CAP 31

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—¿Estás segura que no se darán cuenta?—Pregunte no muy convencida.

—Ay vamos Nani, faltan dos días para ya salir de esta maldita universidad.

—Si pero…No quiero correr riesgo Michelle, tú sabes lo tanto que he pasado por estar aquí.

—Lo sé Nani, y te prometo que no se darán cuenta.

—¿Segura?—Suspire pesado.

—Claro—Sonrió.

—De acuerdo—Hice una pausa—¿Tienes hambre?

—Un poco.

—No creo que Mark nos deje salir solas—Rodé los ojos.

—Hay que preguntarle.

—¿Quién le preguntará?—Dije confundida.

—Pues tú, es obvio duh—Alargo la ultima palabra.

—Mhm bueno—Reí nerviosa.

—Vamos vamos—Dijo parándose del sillón.

Imite la misma acción de ella, al estar completamente de pie caminé a paso lento al despacho de Mark.

Toque dos veces aquella puerta recibiendo un “pase” del lado contrario.

—Hola Dada—Sonreí mientras cerraba la puerta detrás de mi.

—¿Que sucede cariño?—Dijo sin despegar su mirada de la computadora.

—Bueno es que yo…—Mordí mi labio inferior con un poco de nerviosismo—Quería ver si me dejabas salir un rato con Michelada.

—¿A esta hora?—Miró su reloj.

—Si—Rasqué mi nuca—Es… temprano—Reí.

—Yo las acompaño preciosa—Dijo apagando su computadora.

—Ah, bueno—Maldije en mis adentros.

—Adelante, si quieres ve a ponerte zapatos—Frunció levemente su ceño—Ya te dije que no estés sin zapatos.

—Si Dada, ya voy—Dije para después salir de su despacho.

Salí rápidamente de su oficina, comenzando a correr un poco para confirmarle a Michelle.

—Y ¿Que te dijeron Nani?

—Que sí, pero él vendrá con nosotras.

—Ah de acuerdo.

—No vayas a decir ninguna tontería Michelle—Amenacé.

—Si si si—Paso su mano izquierda sobre su boca simulando un cierre en ella.

—¿Ya están chicas?—Dijo Mark detrás de nosotros.

—Si cariño—Me gire a verlo.

—Okay, vayan al auto yo las alcanzo tiempo después.

Okay, vayan al auto yo las alcanzo tiempo después—Dije para comenzar a buscar las llaves.

A paso rápido me dirigí hacia la cocina buscando con la mirada el cajón donde guardo las llaves.

Al encontrarlas rápidamente cierro aquel cajón para después salir de casa, al salir recibo una llamada de Ulises.

—¿Que sucede Ulises?

—Buenas noches Mark, ya tengo los nombres de los sospechosos.

Daddy's handsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora