❤️ Capítulo 7🤍

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...Pensamientos...

Narra Ralsei

Esto es extrañamente cálido.  Acogedor.

Hace unos  minutos podía percibir el aire frío que la montaña nos ofrecía, ahora, con Kris dormida en mi pecho, dejé de sentir esos pequeños escalofríos que se producen al entrar en  contacto el viento con mi cuerpo.

Un suave calor se apodera de mi rostro, mis mejillas enrojecieron. Mis nervios, a flor de piel, me hacen pensar una y otra vez en alejarme.
¿Qué qué me detiene? A decir verdad, no lo sé.

Acompañado por el pensamiento de que nada me detiene, puesto a que la única persona de la habitación y de la casa, sin contarme claro, y  que me retendría aquí es Kris, quien en algún mundo de sueños y paz se encuentra.

Decidí moverme con cuidado y cautela, evitando despertar a la castaña, desplazé su cuerpo sereno del mío.
Ni siquiera había pasado un segundo desde que la separé de mí cuando su entrecejo se frunció y volvió a buscar el calor que mi cuerpo le brindaba.

Podía ver su rostro, inundado en paz, y confirmar que estaban cerrados pero eso no me aseguraba si estaba dormida o despierta.

Se movió un poco, estiró su mano a ciegas buscándome y al hacer un contacto físico entre ambos, junto lo más que pudo su cuerpo al mío.

Dormida en mi pecho, su respirar relajado golpeaba sutil mis prendas y, al colarse entre los tejidos, producía pequeños hormigueos en mi cuerpo, tenso a diferencia del suyo.

Kris... ¿No quieres que me vaya? -Pregunté, con una sonrisita, susurrando por si realmente dormida estaba. Mi mano recorrió su espalda cariñosamente una y otra vez.

Obviamente la respuesta por parte suya faltó. La teoría de que Kris solo buscaba algo de calor se convirtió en un hecho.

Mis pensamientos se dieron la libertad de volar, llevarse con sí mi concentración.

Kris... Ella se ve como solo una niña.

Volví a reir.

Yo había conocido en mi mundo a una chica fuerte e independiente, carente de emociones.

Verla así es raro, pero me agrada.
Me hace pensar en ella como una pequeñita de 5 años asustada por una pesadilla.

Pero... Esto no era una pesadilla. Lo que le produjo miedo, incluso le hizo llorar era tan real como ella.

Y así, pasé de sentirme lleno en ternura, a ahogado en mis miedos.

Múltiples “Y si...” se colaron en mi mente. Ninguno positivo.

Tenía miedo, mucho miedo de perder a Kris. De que la lastimaran. De--

Por la ventana entró como en una pequeña estampida el aire frío de la tarde casi noche.

—¡HMP! -Kris hizo un sonidito, casi inaudible, en mis brazos se retorció antes de quedar su rostro frente al mío.

Ahí la ví más de cerca, sus labios semiabiertos, sus ojos cerrados, pero descubiertos. Si tan solo hubiera despertado, hubiese visto sus iris.

Me rendí, solo que esta vez ante todo.

¿Qué importa si tengo que hacer algunas tareas?

Las haría luego.

Un momento así no se repetiría muchas veces, uno en el que Kris baje su escudo y me deje verla completamente.

Despejé su frente de sus cabellos, deposité un casto beso en ella.

—Duerme bien...

No tendrá cinco años, ni mostrará su miedo ni sus lágrimas, aún así, en el fondo, es una niña que desea y necesita consuelos o mimitos.
Es posible que incluso se haga la fuerte solo por orgullo.

...Yo te protejo... -Concluí la frase que empezé.

Aunque ya le haya dedicado esas palabras antes, las había repetido determinado a cumplirlas.

~Continuará~

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