🤍 Capítulo 8 ❤️

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Tarde de sueños

Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes.


Cinco exactos días en que un “sueño reparador” no fue parte de mis noches en ese mundo que se inunda de luz casi todo el día.

¿Razón?

Mi promesa.

Lo de la otra noche, lo del alma, no ha vuelto a pasar.

Pero, noche tras noche, vigilo a Kris esperando a que se duerma sin problemas. Cosa que hasta el día de hoy no ha pasado.
Mayormente, se duerme tarde, para entonces de alguna forma ya había logrado espantar el sueño, cosa que me obligaba a esperar hasta que volviera. Siempre, siempre que estaba por dormirme, Kris despertaba con una pesadilla.

Eso le quitaba el sueño, por otra parte yo me quedaba despierto con ella hasta que pudiese conciliar el sueño, pero el cansancio de la escuela y las altas horas de la madrugada podían con mis esfuerzos de mantenerme despierto y eventualmente caía dormido por dos o tres horas y, pocas veces, no sufría de sueños raros en los que veía como mi mundo era destrozado sin yo poder hacer nada.

¿Las pesadillas serán una especie de enfermedad contagiosa?

S-Señor... ¿Me deja pasar, por favor?

Espera un momento, niño. Aún no termino de leer este libro.

No iba ni por la mitad.

Me tendré que conformar con estos libros por ahora.

Aprovechando que era sábado, decidí ir a la biblioteca para buscar un poco de información sobre los sueños y humanos.
De los estantes conseguí siete libros de un tamaño considerable. Solo esperando que alguno tenga lo que busco.

Bajé los escalones al primer piso, estaba casi vacío de no ser por... ¿Badli?... nuestro compañero de clases que no se cansa de recordarme lo nervioso que me puse en mi presentación el primer día de clases, el solo se concentraba en su teléfono, parecía jugar, y Kris que se ocultaba en la capucha que tenía su abrigo. Parecía dormida.

Dejé los libros al lado de sus brazos cruzados.

Tiré con cuidado de la capucha, retirándola dejando a su paso su corto cabello algo despeinado.

Kris, ya nos vamos... Kris. -La llamé, procurando no hablar muy alto por estar en la biblioteca.

Acaricié un poco su cabeza, ni caso.

Umm... -Me dirigí al pájaro azul. Temiendo llamarlo por su nombre y ofenderlo.

¿Si? -Apenas se molestó en verme.

¿Tienes alguna bolsa que puedas prestarme para llevarme estos libros, por favor?

Buscó algo bajo el mostrador, sacó una bolsa de papel y me la dió.

Devulvela con los libros.

Por su tono apático, puedo deducir que nunca seremos amigos.

{•••}

¡Ayudaaaaa! -Fue mi saludo, en forma de suplica, a la amable señora que me abrió la puerta.

No pude despertar a Kris, así que la cargué en mi espalda. Apenas podía con ella.
Sumando el peso de Kris y el de los libros más un pedido de harina y leche para el pie que la señora Toriel quería hacer es igual a que no sé como llegué.

 🤍𝚃𝚠𝚘 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚜❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora