6.- Entrevista

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Shirley

Laura, era la más motivada, quería que cuanto antes iniciáramos las entrevistas, porque eso eran, solo que hasta para entrevistar a los candidatos debía desembolsar dinero, o no participarían en nada, incluso aunque dije que solo me gustaría hablar con ellos.

La persona al otro lado de la línea, solo se rio y dijo que eso es lo que todas decían.

No le podía explicar de qué se trataba, tampoco creía que las mujeres que requerían este tipo de servicios compartieran una situación tan particular como la mía.

Debatimos entre los tres, no podía malgastar el dinero, porque no sabría cuánto intentaría cobrar el supuesto novio por el trabajo. Debía hacerme una idea de pagar algunos miles de dólares por el servicio.

Con mi presupuesto, les dije, que solo podríamos ver a 5 candidatos, y decidir luego de conocerlos, principalmente buscaría que fuera algo creíble, es decir, que por lo menos tuviéramos una plática fluida y ya después vería cómo hacer para familiarizarme con él, para hacerlo más verosímil.

Ese era mi grandioso plan, el mejorcito al que he llegado, el penúltimo era llevar a Thomas, el último admitir que mentí y solo quise ganar tiempo.

En la compañía de mis amigos me sentiría mejor, que ir a conocerlos yo sola, las citas las organice para verlos cerca del trabajo de Thomas, porque para nuestra mala suerte él tenía turno de noche, así que le facilitamos el conocerlos.

Una cafetería que estaba cruzando la avenida, de donde se situaba el hospital, así él podía ir y venir a placer y no se lo perdía, para mí era importante su opinión, él es muy bueno a la hora de juzgar el carácter de las personas.

Laura y yo llegamos antes y Thomas unos minutos después; al aparecer el candidato, lucía bastante decente, portaba un pantalón de vestir gris oscuro, camisa beige, abrigo del mismo tono y una bufanda verde botella.

Él me identificaría porque yo llevaría un traje en verde botella, justo como el color de su bufanda, yo sabía cómo lucía, puesto que lo pedí precisamente a él, no sé si su nombre fuera real o era el artístico.

Verlo algo despistado, me hizo levantarme y hacerle una seña con la mano, él levantó una ceja y prosiguió.

—¡¿Samantha?! —pregunto, por supuesto, que no le diría mi nombre real.

—Esa soy yo. Toma asiento Luciano, ¿quieres algo de beber?

—¿De qué se trata esto?, nadie me informó que la atención era para tres personas —me reí, al igual que mis amigos, Laura me dio un codazo.

—Hoy solo te quiero invitar a charlar y un café, ¿si te apetece? Estos dos, — señalé a mis cómplices —están como apoyo porque estoy nerviosa, las especificaciones de tu perfil indicaban que eres acompañante, hoy solo quiero eso, nada más.

—Regularmente, usan mi compañía, para eventos o para... —lo corté, estábamos en un lugar público y concurrido además.

—Sí, lo imagino, justo me gustaría que me contaras sobre los eventos a los que acudes, a los que no tienen nada que ver con, ya sabes —no era puritana, pero no podía sacar de mi cabeza las imágenes que tiene su perfil. Porque el sujeto tenía un book de fotografías en varias poses y atuendos, así como con casi nada de ropa.

La charla fue para averiguar sobre su trabajo y darme una mejor idea de si puedo o no pedir ciertas cosas, él me dio una muy buena idea y lo que pensé era mi caso aislado, era más común de lo que parecería.

Nos contó algunas anécdotas, Thomas le hacía preguntas de varias cosas y Luciano encantado de contestar, de esa forma Laura traía una libreta en donde anotaba detalles, pues habíamos hecho un cuadro con características que queríamos tuviera.

Una hora y media paso volando, le agradecimos por su tiempo, él fue perspicaz, porque al despedirse —espero haber pasado la prueba y te vea en otra ocasión.

Thomas se adelantó a su trabajo, —me llaman, pero vengan a la cafetería del hospital y lo hablamos.

Accedimos encantadas, por lo menos mi estómago probaría comida, la gente se queja de la comida de hospital, pero aquí esa aseveración es nada acertada.

Quizá gracias a que es uno de los mejores hospitales en varias especialidades, no lo sabríamos si el buen Thomas no nos contara cosas interesantes o nos llevará esas tartas que son deliciosas. Me hice amiga de él porque no me aburre con cosas fastidiosas, él me divierte y sorprende con datos curiosos.

Cenamos y mientras lo hacíamos saludamos a compañeras de Thomas, a quienes vemos con regularidad en las fiestas.

—¿Y qué te pareció?, guapo si estaba —menee la cabeza.

—Solo eso notaste, yo no quiero darle muchas vueltas, hasta que conozca a todos, de aquí debe salir el príncipe azul.

Thomas llegó ya que habíamos cenado, su emparedado ya estaba frío.

—Chicas, ¿ya se les pasó la calentura?, no lo nieguen, las observé y se les caía la baba. Si estaba re cogible, pero eso no es lo que buscamos aquí, espero que, para la siguiente entrevista, se despabilen, solo yo hacía preguntas relevantes.

Como de rayo me levante, —nos vemos, me acordé que debo hacer algo —salí como alma que lleva el diablo.

Hermes

Me piden que socialice, ¿serán estúpidos?, qué creen que hago todos los días, se figuran que no hablo con las personas o ¿qué?

Llevo dos días siendo por demás amable y tirando comentarios del clima, preguntando cosas que realmente no me interesan y de más para socializar.

Todos ya sabían la clase de persona que soy, ahora los tengo realmente confundidos, me han preguntado si me siento bien, más veces de las que puedo contar.

De por sí ya era cansado y desgastante mi trabajo, ahora me cansa mentalmente el tener que buscar formas de acercarme a la gente.

Lo primero que me he propuesto es hacerlo con personas que me conocen por primera vez, con ellos si obtengo otros resultados, mis pacientes, son los primeros en decir que soy muy considerado y fuera de lo normal, antes lo decían, pero no de forma positiva.

Apreciaban mi talento, pero preferían que otros doctores les dieran consulta y que solo yo operará.

Me sentía feliz, hasta que alguien salió huyendo, tan solo verme, eso solo le daba la razón al director, yo que pensé ir a saludar...

Di la vuelta y me llevé mi bandeja para ir a comer a mi oficina, necesitaba avanzar con esos cursos de "habilidades sociales", "comunicación asertiva" y otros que actualmente intento tomar.

...

Al día siguiente volví a ver a aquel peculiar trío, en esta ocasión lo hice desde la distancia, aunque los cursos aconsejaban acercamiento, (no muerden), lo sabía, estaba el hecho de mi curiosidad insatisfecha, ¿qué demonios le pasa?

Le di hospedaje, agradecimiento es lo que debería tener para conmigo.

Cuando lo dejaron sus amistades, aborde a Thomas —¡buenas noches!, ¿turno nocturno?

Se sorprendió, pero rápido se recompuso y en vez de decir idioteces como los demás.

—Sí... ¿Qué hace tan tarde por aquí, doctor Harsley?

—Investigación... —respondí.

—¿De campo? —me reí.

—Ría más a menudo, con ello se ve más amigable, solo tendrá un problema, no se quitará de encima a las féminas.

—Gracias, tengo curiosidad sobre su amiga, ¿por qué huyo de mí?

—No lo tomé... personal, ella es peculiar —me hubiera gustado averiguar más, pero Thomas llego a su piso y aquella conversación termino, la mejor que había tenido hasta ahora.



Comenzó en NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora