23.- Tiene sentido

33 12 2
                                    

Shirley

Al saber que mi novio no venía conmigo, no lo mencionaron más, fui llevada al interior, por mi parte les pedí que me dejarán ir a ver el árbol, al mirarlo ahí sin ningún adorno, solo sonreí.

—Si cariño, te esperamos para adornarlo juntos como siempre. Prepare chocolate, las galletas ya están a punto de salir.

Regresé al recibidor para llevar los regalos, —yo traje estos, es mi cooperación con el adorno, — destapé una caja, había comprado unos ángeles dorados y blancos.

Me quité el abrigo y me puse cómoda, mi madre desapareció, para traerme un suéter con motivo navideño, mi padre y yo abrimos las cajas de los adornos.

Les conté sobre que había decorado yo sola la casa de mi novio, que, por supuesto, horneé galletas, no quedaron como las de mamá, pero eran comestibles.

Mi padre quería pruebas y le mostré la foto, para la hora de la comida, ya solo faltaba poco, los últimos toques y acomodar los regalos.

Cuando todo quedo listo, nos tomamos la foto que conmemoraba un año más juntos.

—Shirley, ¿cuándo me harás abuela?, quiero poder disfrutar de mis nietos.

Suspire pesadamente, mi padre miro a mi madre y negó con la cabeza.

—Qué les parece si les doy nietos, pero ustedes los cuidan, yo solo los hago y ya.

—Qué inteligente saliste —asevero papá, solo me reí.

Tenía tantas cosas que contarles, solo que mi padre no pudo seguir con nosotros porque recibió una llamada que estaba esperando.

Mi madre aprovechó para interrogarme sobre mi novio —anda me tienes intrigada, ya sé que te presioné para que lo trajeras, pero otras ocasiones lo hice y no has querido. Dime, ¿acaso es el definitivo?

—¡Ma!, no quiero hablar de él, nos disgustamos, porque yo ya había comprado los boletos y todo estaba arreglado y a último minuto salió una cirugía que solo él podía realizar. Cómo decirle que yo lo necesitaba y lo quería conmigo.

—¿Es médico?, ¿dónde trabaja?, ¿de qué especialidad?, ¿cuántos años tiene?

—No vale la pena que te diga si ni siquiera lo conocerás —ella hizo un puchero y torció los ojos.

—Aguafiestas, descuida, hoy iremos a la fiesta de la empresa y te distraerás.

Con eso dimos por terminada la charla y me fui a recorrer la casa, extrañaba el lugar, cuando regresará, será que me quedaba aquí o sería mejor si buscaba mi propio espacio. Tal vez sea bueno pasar un tiempo con ellos, hasta que ya no me soporten, ¡ja, ja, ja!

Por la noche, fingí no estar muy bien de ánimo para no acompañarlos, quiero mis últimos días de libertad, sin ver a gente con la que deberé trabajar, por lo que me resta de vida.

Hice mi maratón de comedias románticas, esas que te sacan carcajadas o mocos, me gusta llorar, es sanador.

...

Le tenía mucho miedo a este día, y aquí estaba tan tranquila como si nada, desayunando con mis padres, hablando de lo bien que les había ido en la fiesta.

Me avisaron que debía poner mi mejor sonrisa porque la tía y sus hijos habían confirmado su asistencia, la prima de mamá también y otros.

—Cuando haremos nuestra fiesta solo para nosotros, de verdad que no entiendo por qué los tenemos que soportar.

—Cuando seamos suficientes para llenar la mesa —dijo mamá con cara de enojo.

—Eso me hubieran dicho, para empezar a tener hijos desde que salí de esta casa, ya tendríamos suficientes.

—¡Shirley! —protesto papá.

—Ni te escandalices, que deberían de ser de diferente padre para qué se llenará más rápido la mesa. ¿A que sería divertido?

Después de las barbaridades que les dije, era tiempo de ir a darle una mano a la revisión de cómo iban los preparativos, el menú, las mesas, y todo lo que conlleva una mini fiesta.

Cómo era tradición, portábamos los colores navideños, mi madre con un vestido en rojo y yo en verde.

Y claro, mi sonrisa falsa, esa que espero me abandone mañana porque se me podría torcer la cara.

Desde las 7 pm empezaron a llegar los invitados, y con ellos sus terribles preguntas, "¿y el novio?, ¿ahora en qué país andas?, ¿cuándo regresarás?, ¿no te has cansado de viajar?, ¿por qué abandonas a tus padres?, ¿para cuándo piensas casarte?, deberías buscarte un novio, no te haces más joven, necesitas pensar en tu descendencia".

Intente esquivar esos temas y contestar cosas ambiguas, ¡¿qué les importaba a ellos?!

Y para rematar mi padre, veía el reloj, tontamente le pregunté si esperaba a alguien —a tu novio, pensé que por lo menos se presentaría a la hora de la cena. —estaba hablando en serio.

—Yo misma estoy molesta, pero no creo que pueda ser más importante una reunión familiar, que salvar una vida, ¿tú qué piensas?

No replico a lo que le dije, pero no estaba convencido, es más, podía apostar a que no me creía.

Todos ocupamos nuestros asientos, al no caber en la misma mesa había otras dispuestas para acomodar a los restantes, mi padre alzo su copa —brindemos por un año más de vida, reunidos como familia —se me escapo sin querer una risa, mi madre me reprendió con la mirada.

El timbre interrumpió a mi padre que puso cara de enfado.

Hermes

El día que ella se marchó, lo hizo de mal humor, yo entendía que estuviera decepcionada.

Al llegar revisé su habitación y se llevó todas sus pertenencias, incluso limpio la recámara, quito los blancos y los lavo, estaban doblados en el closet.

La tarjeta para ingresar al departamento, estaba en la barra de la cocina, con un post-it, "gracias por todo, si algún día andas en Nueva York, pasa a Riverside Drive 122".

La mitad de los regalos se habían ido, solo me dejo su tarro con galletas recién horneadas.

Para mí fue claro que ella se dio por vencida en cuanto al plan por el que armamos todo este lío.

Por ahora no podía ni debía distraerme, justo iba tarde para una última práctica con el robot con el que se realizaría la cirugía.

...

Luego de seis horas de vuelo solo me quedo ir al hotel para dormir, al día siguiente a las 8 am estaba programada una de las operaciones con más cobertura mediática. A mí me preocupaba la condición tan precaria del paciente, querían básicamente practicar porque era su única oportunidad de tratamiento.

Todo había ido de acuerdo a lo planeado; aun así, los pronósticos eran reservados, no podíamos cantar victoria, ahora dependía de los medicamentos y su sistema inmune que coadyuvará a la recuperación.

Pase varias horas monitoreando al paciente, se hicieron varias entrevistas para varios medios, no me reúse porque eran de gran ayuda para mis próximos planes.

Tan solo me aseguré que el paciente estaba estable, salí corriendo para tomar un vuelo, ojalá llegará a tiempo.

...

La dirección que me dejo, era una broma, ya había descendido del taxi, esto no era lo que esperaba encontrar.

Llamé reiteradamente a su celular, no obtuve respuesta, solo quedaba averiguar si ella estaba dentro de esta enorme mansión.

—¡Buenas noches! ¿A quién busca?

—¡Buenas noches! Soy el novio de la señorita Shirley —abrieron más la puerta.

—Por aquí, por favor, permítame su abrigo —me reí internamente, todo cobraba sentido, la necesidad de un novio, la jaula, incluso su personalidad.

Al observar aquella que era su casa, entendí toda la información que sabía de ella, el colegio de señoritas, Columbia, los viajes, las maestrías. Fue un rompecabezas que encajo perfecto.

Comenzó en NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora