25.- Regresa

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Hermes

Con la promesa de que ella volvería un día después, me fui de su casa, sus padres en ningún momento me hicieron sentir no bienvenido, si acaso su padre tenía algunas acciones que imagino todo padre celoso muestra.

Antes de abandonar Nueva York, tenía una parada que hacer, para aprovechar el viaje y hacer algunas peticiones. Un vuelo de 8 horas que me hizo llegar en plena madrugada, lo bueno era que había podido descansar, no a todo mundo le gusta viajar en estos horarios.

Al abrir mi departamento y ver todo a oscuras, solo lo hizo nostálgico, porque días atrás Shirley iluminaba mi casa, no solo con la decoración, pensándolo detenidamente, volver a mi soledad se sentía mal.

No espere ni un momento para ir a la habitación que ella ocupaba, saque los blancos del closet, puse las toallas en el baño, arregle la cama, revise si en el baño hacía falta algo.

Quería que a su llegada ella se sintiera bienvenida, vi el árbol, se veía triste sin las luces, así que las encendí, aún había regalos, le tome una foto y se la mande en un mensaje, "vuelve pronto, aquí tienes más regalos que abrir".

Yo había realizado unas compras a toda prisa, no podía solo recibir regalos, por primera vez me nació ese sentimiento de obsequiar algo. Regrese con su regalo, ese que solo llevé a pasear a Nueva York, porque cuando me informo que volvería, se me hizo más apropiado dárselo aquí.

Con las ansias que tenía ya me sería imposible siquiera intentar dormir, por lo que preferí ir a quemar algo de mi entusiasmo, baje al gimnasio. Hacer tareas repetitivas me ayuda a concentrarme y divagar tranquilamente en mis pensamientos.

Ahora que descubrí y acepte mis sentimientos por Shirley, ¿qué debería hacer? Ella se mudaría definitivamente a Manhattan, desconocía las razones y viendo un poco su forma de vida, más allá de fingir ¿podría ella enamorarse de mí?

Había un montón de cosas a considerar, pero también era cierto que solo eran conjeturas mías, debía ser paciente, esperar que llegará para qué me contará más sobre ella. Toda esa información que necesito para trabajar en función de esta.

De una cosa estoy seguro, quiero que esté en mi vida...

...

De regreso al hospital, tan solo avisaron de mi presencia, eso fue suficiente para qué me llamarán a una sala de juntas, esperaban obtener un reporte sobre cómo había ido la cirugía, gracias a que solemos hacer cooperaciones con ese hospital a menudo, la grabación de la cirugía me fue dada.

Así que en vez de un reporte solo pedí una laptop para conectar la USB y que por ellos mismos vieran el desarrollo.

Era de gran ayuda para la enseñanza, en los hospitales es lo que siempre se hace, y yo siendo un entusiasta del aprendizaje lo vi muy necesario.

Al terminar me quedé con el director médico, —Hermes, ¡te felicito!, como siempre un gran trabajo. Hace unos días estuvo aquí tu prometida, es muy simpática. ¿Cómo estuvo la reunión con tus suegros? —ellos sabían de la cena familiar, por el permiso que solicite.

—Bien, aunque mi suegro estaba algo celoso, porque me he colado para robarle a su princesa.

—Me imagino, pero deben estar muy orgullosos de tener a un yerno exitoso como tú.

—Digamos que, en su mundo, no soy tan exitoso —el director enarco una ceja, por supuesto que no tenía idea y tampoco le diría. —Bien, nos vemos luego, debo ir a hacer mis rondas.

Shirley

Él no pudo quedarse más tiempo, por supuesto que tenía trabajo que hacer, me hubiera gustado, mostrarle tantas cosas, cómo mi lugar favorito para ir a comer, los lugares que frecuentaba y que me hacían feliz. Mi necesidad de que Hermes supiera más de mí de pronto se volvió imperante.

Comenzó en NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora