13.-Cohabitando

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Hermes

Luego de unas horas de guardia por la cirugía que acababa de realizar, llego un colega en el cual confió como para dejar en sus manos a mi paciente, sé que es de ágil pensamiento y bueno para encontrar soluciones.

Me fui cerca de las cuatro de la madrugada, deje mi maleta en la entrada, ya mañana me ocuparía de ordenar las cosas en su sitio. Venía aguantándome la sed que tenía, porque sabía que el camino a esta hora está despejado y me toma unos 25 minutos llegar.

En el refrigerador, constate que ella había visto lo que le deje, para mi completo agrado, había lavado los utensilios que uso.

Así que al verla como nunca antes, me dio un susto, más porque creí que a estas horas estaría en sueño profundo.

Cuando me vio saltar y casi escupir mi agua, no demoro en reírse de forma sonora, con un ademán la invité a que viera su reflejo en los cristales, con las luces tenues y otras apagadas que había de algunas lámparas, se dio cuenta de su aspecto.

—Lo siento, pero imagina lo irónico, un médico cardiólogo infartado.

—No le veo la gracia, ¿qué haces despierta?

Bostezo —soy de sueño ligero, al escuchar cómo se abría la puerta me dio algo de miedo.

—¡Hmm! Y pensaste que sería buena idea asomarte sin ninguna protección.

—Sé defensa personal —respondió.

De pronto se me ocurrió poner a prueba su alegato, así que sin previo aviso me acerque a ella y la tome de la mano —pruébalo —le dije al oído, porque aproveche para estrellarla contra mí.

Giro su muñeca y ahora ella sujetaba mi mano, con un jalón la llevo a mi espalda y ella se posicionó detrás de mí, empujando mi hombro al frente y doblando mi mano hacia arriba.

—¡Te creo! —le grité —suelta, que con esa mano hago las cirugías.

—Tú empezaste.

—Solo comprobaba algo.

—¿El qué?

—La gente suele mentir cada vez que habla; hasta ahora, no lo has hecho o no te he descubierto.

—¿Qué más mentiras quieres?, si todo esto que pretendemos llevar a cabo es un nivel más arriba de una mentira.

—Buen punto, pero ahora vayamos a dormir, que en unas horas debo volver.

...

Me despertó un ruido, no era mi alarma, eso me molesto, me di la vuelta para seguir durmiendo, pero, escuché más ruido.

Avente el edredón, con una firme intención de ir a poner un alto a ese ruido que no me dejaba dormir, fui a ver de dónde venía, porque seguro que la causante era esa nueva huésped.

Antes de llegar a la cocina, mi olfato percibió el agradable aroma de comida, mi estómago, como alerta ante eso, emitió un sonido.

—¡Oh! Buenos días, lamento el ruido, se me callo una tapa, descuida, no se rompió. Pero ya está el desayuno, siéntate, ahora lo sirvo.

No respondí a nada de su soliloquio, hablaba conmigo, pero yo solo la vi, hablaba y hablaba, mientras que mi cerebro aún quería despertar.

—Aún no sé qué alimentos no te agradan o los que te gustan, espero que no seas alérgico a nada, espera... no comas, ¿tienes alergias?

Tome un sorbo de café, lleve mis manos a mi cabeza, respiré hondo, conté del diez hasta llegar al uno.

—Estoy acostumbrado a mi soledad, así que me parece apabullante tu incesante hablar —sus ojos se abrieron grandes, luego solo tomo su tenedor y comió un bocado de su huevo, la vi asentir.

—Sí, suelo hablar mucho, pero deberás acostumbrarte o por lo menos soportarme. Debemos conocernos, no sé cómo pretendas que lo hagamos si no vas a hablar.

—Claro, también está el hecho de que como ya notaste, no soy nada sociable, tengo problemas con ello, así que deberás ser paciente, mi forma de hablar es otra cosa que espero puedas pasar por alto, no suelo ponerle filtro a lo que sale de mi boca.

—Ya lo había notado, pero ya tengo una idea, diré que me gusta tu forma directa y honesta.

—Siendo así, entonces yo debo decir que como somos polos opuestos, nos damos balance y nos complementamos.

Al terminar de desayunar, ella se levantó, me dio una palmada en el hombro, —te tocan los trastes.

Ver el desorden que había hecho era..., me resigne, después de todo había estado muy bueno, y no espere que supiera cocinar.

Antes de regresar al hospital, lleve mis cosas de la maleta para dejarlas en el cuarto de lavado, al regresar si no se presentaba nada podía hacer los pendientes.

Mi teléfono sonó "puedes ver si desconecté la secadora", era un mensaje de ella, como si de una misión se tratara, fui a la habitación que ahora ocupa. La verdad no tenía la intención de curiosear, era inevitable, era muy desordenada, difícil de reconocer que tan solo ayer había limpiado aquel lugar.

En el baño, un sinfín de productos de higiene personal, maquillaje y la secadora no estaba ni a la vista, busqué todos los posibles lugares donde pudo conectar la famosa secadora, al verificarlos todos, me sentí aliviado.

En el hospital...

Mientras hacía mis rondas, viendo la evolución de los pacientes, otro mensaje: "no suelo comer mucha carne, prefiero las verduras", sería con referencia a que le había dejado de comer pollo un día antes.

"No tengo color favorito, me gustan más lo perros que los gatos, siento que los gatos traman algo".

El último mensaje me hizo sonreír, esta mujer tenía ideas curiosas, aunque era cierto que los gatos parecen tener una agenda escondida.

Los estudiantes que me acompañaban notaron de inmediato, —deben ser buenas noticias —comento alguien.

Guarde el celular, aclare mi garganta, desviaría el tema, pero recordé que debo ir cambiando mi forma de interactuar con la gente.

—Mi novia y sus ideas —algunos sonrieron, otros se sorprendieron, ya se habían acostumbrado a mi forma fría y distante.

Ese día Shirley me envió más mensajes con datos que supongo eran para irla conociendo; yo, sin embargo, no le respondí.

De salida, me interrogaron ¿por qué la prisa?, solo les dije que debía ir a recoger a mi novia.

Entre lo que iba mejorando con los cursos que estaba tomando y ahora con tener en cuenta que Shirley es mi "novia", esta farsa va tomando forma.

Espero que en una semana ya todo el hospital este enterado que tengo una novia-prometida, teniendo a esa novia tan parlanchina, espero que algo de sus formas se me pegue.


Comenzó en NavidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora