Capítulo 8

261 33 14
                                    

Damian

Me importaba muy poco si había permanecido dos semanas en coma... había muchas cosas que debía saber y discutir... especialmente con mi padre.

- ¡Damian por favor regresa a tu habitación! - gritaba Becky mientras yo caminaba lo más rápido que podía para llegar a la oficina de mi padre.

Hace aproximadamente una hora había surgido un milagro... lo que parecía perdido... vencí a la muerte... pero todo eso era muy alejado de la realidad. Los médicos dijeron que era un guerrero "Digno hijo de la casa Desmond". Muy cómico saber que nada de eso influyó para que yo abriera los ojos. Becky estaba alegre y lloraba porque su amigo había derrotado lo que fuera que lo mantuviera en coma... yo solo podía escuchar la voz claramente de mi madre pidiéndome que me levantará si quería dejar de ser el títere de mi propio padre.

Y aquí me ven... descalzo, con piyama, sin arreglarme, sin estar presentable, corriendo por toda la mansión en busca de mi padre para confrontarlo. Pero... aun no sabía porque quería hacer eso... simplemente bebía hacerlo.

- ¿Lord Damian? – escuche como las voces de los nobles y sirvientes se cuestionaban mi estado. Aun así, me no me importo ser el centro de atención... si querían hablar de mí les daría de qué hablar.

Llegue a la gran puerta blanca, pero no espere a que la guardia real me anunciará. Podría morir por hacer esta osada acción. Pero mi determinación me impulsaba a dejar mi cobardía por ese pequeño instante.

- ¿Damian? – pregunto mi padre. Donovan Desmond tenía un semblante diferente. No era el tipo hombre indiferente que conocía... su mirada mostraba duda... era la primera vez que lo tomaba desprevenido.

- Padre, lamento molestarle, pero debo hablar con usted. – hablé agitado. No me había dado cuenta que desde hace mucho había dejado de caminar para comenzar a correr.

- Claro... solo, ¿señores me permiten un momento mientras hablo con mi hijo? – en ese momento me percate que había interrumpido una reunión aparentemente importante.

- Lamento interrumpir tan bruscamente, es solo que acabo de despertar y necesitaba... - mi padre levanto su mano haciéndome parar.

- Cualquier razón no excusa tu atrevimiento, Damian. – habló apresuradamente mi hermano. En ese instante me percate que realmente no me encontraba solo en aquella habitación, con mi padre.

- Yo no tuve tiempo para pensar si era oportuno o no... mis responsabilidades me impulsaron a cometer tal acción. – me justifique nuevamente. Mi hermano pareció molestarle mi sola presencia.

– Aun así, Demetruis, me alegra que tu hermano haya despertado. – Habló pausadamente mi padre.

- Padre, aun cuando sea cualquier circunstancia nadie, incluyéndome, puede venir y exigir una reunión con usted. Es peor si interrumpe una reunión tan importante como esta. – comenzaba a sonar irritado. Sin embargo, su insolencia podría hacer que mi padre explotará.

- Más allá de exigir hablar conmigo, yo lo escuche como una súplica- informó mi padre. –Que haya interrumpido esta reunión solo demuestra las agallas que tiene tu hermano de enfrentarse a quien sea, algo que te falta a ti hijo mío. - la tensión de la habitación iba en aumento. Podría gozar del desprecio que sufría mi hermano, no obstante, preferí ignorar esta situación.

- Comprendo que es inaceptable que me presente de esta forma... - me disculpe, usaría el aparente respeto de mi padre a mi favor. – Me gustaría saber cómo se procederá con el plan, y cual será mi papel dentro de él- afirme, necesitaba respuestas. Y sabía que todo dependería de mi padre.

La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora