Capítulo 12.2

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Damian

El salón permanecía en silencio, mi hermano molesto intentaba crear una respuesta ingeniosa para contrarrestar a la de Wiston.

- ¿Entonces nuestro salvador es un traidor? -  cuestionó mi hermano.
Wiston solo sonrió y con sus hombros le resto importancia a la acusación.

- Todos tenemos un precio al final de cuentas, yo solo he escogido al mejor postor. - concluyó.

- ¿Mi padre te ha llamado? ¿O como rata de alcantarilla has escapado de los tuyos? - el tono despectivo de mi hermano demostraba que no confiaba en él y tal vez nunca lo haría. Al final, depender de un humano para llevar a cabo el plan era un golpe bajo para su orgullo.

- Su alteza, creo que me está subestimando. - claramente Wiston se estaba burlando de mí hermano. Demetrius jamás dejaría que cualquiera se dirigiera a él de esa manera. Aún así, la conversación con este humano no hacía más que humillar lo en frente de todos los nobles.

El rostro de mi hermano comenzaba a tornarse rojo, tal vez por la vergüenza o tal vez por la ira que no podía expresar ni controlar.
Lo siguiente fue tan rápido que mi mente tuvo que procesarlo como diez veces, cuadro por cuadro.

Cuando alguien, ya sea sirviente o noble, osa retar a la familia real su castigo es fácil de decidir y ejecutar… la muerte. Era claro que Wiston se creía con la autoridad para hacerlo, con su mirada de superioridad, sus burlas… hicieron que mi hermano reaccionara violentamente.

Mi hermano se abalanzó sobre dos guardias, tirandolos al suelo para que no estorbaran. Quería ganar tiempo, y eso era crucial en una batalla.

Nuestro entrenador siempre decía “ataquen con velocidad y superarán la fuerza bruta”... Había visto cómo está estrategia funcionaba en entrenamiento, pero aquí la experiencia desequilibró la balanza.

Aunque mi hermano desarmó y eliminó a algunos soldados, Wiston ya lo estaba esperando. Y cuando mi hermano se abalanzó a él, con un solo brazo logró tomar el cuello de mi hermano. Todo fue en cámara lenta, ver la sonrisa de triunfo en los labios de Wiston hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

- Su alteza, me está subestimando - volvió a decir, Wheeler, aunque su tono ahora había cambiado a uno serio… y luego el miedo se hizo presente en el salón.

Wheeler apretó un poco más su mano, mi hermano intentaba soltarse de ese agarre, pero sus intentos eran en vano. Para concluir con esa humillación, Wiston azotó a mi hermano contra el piso haciendo que un ruido hueco resonará por la habitación.

Mi hermano tosía tratando de recuperar el aliento. Algunos nobles que estaban cerca le ayudaron a levantarse y lo sentaron en su respectivo asiento. Pero fuera de eso nadie se atrevía a hacer o decir nada más.
Wiston Wheeler había sido claro desde el inicio, nadie de esta habitación sería capaz de siquiera golpearlo. Sus intenciones ahora mostraban que si quisiera matarnos él fácilmente lo haría, y ese recordatorio sería el detonante del plan de mi padre.

- Espero que su alteza se recupere, no quiero que se pierda la sección de hoy. - alardeo Wiston. ¿Qué podía decirle yo? Claro que quería reclamarle, había matado a tantos vampiros que ahora era ilógico que quisiera ayudar a la causa. Pero, me contuve… simplemente porque no quería acabar como mi estúpido hermano.

- Lo hará, usted tampoco debe subestimar la resistencia de la familia real - dije educadamente. Él me sonrió, pero tan diferente a cuando lo hacía con mi hermano, tal vez, sinceramente o al menos con respeto.

- Eres diferente a tu hermano, eso es un punto muy bueno a tu favor - dijo. - déjame darte un consejo: En una batalla gana aquel que esté concentrado y no deja que sus emociones lo gobiernen. - mientras lo decía camino hacia su asiento. Los soldados que estaban de pie lo siguieron, mientras que los que habían sido noqueados por mi hermano habían sido retirados del salón.

- Gana aquel que es racional - acordé. - Es lo que el Rey siempre nos ha dicho - tomé asiento yo también. Y luego los nobles hicieron lo mismo.

La habitación se había arreglado de tal manera que el trono de mi padre permanecía en la parte de arriba, luego iban las sillas de los príncipes y a la par la silla de Wiston. Atrás de nosotros los consejeros más cercanos de mi padre y atrás de ellos los demás.

- Es muy correcto de tu parte reconocer la sabiduría que te he compartido - se escuchó la voz resonante de mi padre, quien entraba al salón con gran autoridad.

Todos nos levantamos e hicimos una referencia, incluyendo a Wheeler.
- Bien, tomen asiento todos, necesitamos tratar asuntos importantes - mi padre tomó asiento y todos hicimos lo mismo.

- El príncipe Demetrius se unirá un poco tarde, mientras se recupera del atentado - mencionó uno de los subordinados de mi padre, esté en respuesta solo movió su mano en señal de aprobación. Y así se inició la discusión del plan, y mis preguntas al fin serían contestadas.

**********************

Hace más de mil años, el primer vampiro nació.

El origen de aquel ser era incierto… ¿Por qué existía un ser incapaz de vivir entre los humanos?

Muchos gritaron: ¡Maldición!, y por miedo huyeron del pueblo. Al poco tiempo solo quedó la familia de aquel niño en un pueblo fantasma.

La familia nunca lo abandonó, no querían pensar en aquel infante como un monstruo… pero la soledad trastornó su mente y poco después murieron en desesperación.

El pequeño vampiro vivió solo por un tiempo, alimentándose de animales que habitaban los alrededores. Por lo que, a diferencia de las leyendas urbanas, él si envejecía, lento, pero lo hacía.

Así que crecía en estatura y experiencia, sabía que acercarse a los humanos era peligroso, aún así no pudo evitar observar un poblado cerca… pero la belleza que lo cautivo no era el paisaje en sí, sino la belleza de una dama que vivía allí.

Ella era todo lo contrario a él, pero lo que más le conmovió fue que ella le hablara sin miedo de lo que él era o representaba.

Tal vez, ella desconocía lo que era, tal vez confiaba en que nunca la lastimaría… por lo que el tiempo transcurría para ellos en visitas a escondidas. La aventura de un amor secreto hacía que todo valiera la pena, hasta que todo dejó de ser perfecto.

Aquel solitario ser se había enamorado, pero no estaba dispuesto a condenar a su amada a una vida de desgracia a su lado… Esa noche sería la última vez que la vería, que la tocaría, que la besaría.

Pero, aún cuando él vampiro tuviera todo planeado, no contaba con que la mujer sería condenada a muerte por sospechas de brujería. Porque, ¿a qué iba al bosque en la noche todos los días sino a conspirar contra el pueblo?
Al conocer la verdad del destino que le aguardaba a su amada no dudó en destruir al pueblo entero.

Aquella noche, mató a cientos de hombres, mujeres y niños. El pueblo fue reducido a cenizas, pero ¿para qué?

Su amada ya no estaba con él, había llegado tarde… y eso lo entristeció tanto que estuvo muerto en vida. Su odio hacia los humanos incrementaba más y más, mataba y destruía para tratar de consolarse.

Y eso hacía que más humanos se convirtieran en vampiros… creando una sociedad impulsada por el odio y la sed de venganza. Hasta que la luna intervino, y bendijo a sus descendientes con un poder que contrastaba con él mismo rey y demonio vampiro…

Sumido en la desesperación, huyó a su lugar de nacimiento. Fundó una sociedad y juro que todos los vampiros acabarían con la vida de todos los humanos… promesa que llevaba años en la familia real.

Tal vez una maldición hecha por el vampiro original… tal vez un objetivo en común… tal vez solo había sido producto de un corazón roto que jamás se curó, y todo fue por amor.

La Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora