Pecado VIII

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Ese soy yo en el centro de atención, 

perdiendo mi religión,

intentando mantener contacto contigo.

REM- Losing my religion

     El sacerdote lo atraía de manera irremediable, haciéndole perder la poca cordura que tenía. Donghyuck lo besaba apasionadamente como si se tratara de su última vez y era posible que lo fuera, nunca antes había deseado tomar tanto de alguna persona, le abrazaba la cabeza mientras se restregaba contra él, estaba a punto de empezar a gemir cuando escuchó a alguien entrar del lado del confesionario que él había abandonado hace unos minutos. El presbítero se apresuró a cerrar la pequeña cortina de tela morada.

     —Padre, perdóneme porque he pecado —suplicó un feligrés.

     Ambos quedaron atónitos, apenas y se atrevían a respirar con sus rostros sudorosos demasiado cerca, con sus cuerpos llenos de temblores a bordo de un abismo.

     —Di-dime, hijo mío —tartamudeó Mark después de aclarar su garganta.

     —Soy hombre, pero estoy... Verá usted... es que...

     El sacerdote y su acompañante se miraron confundidos ante el estado dubitativo de aquella repentina compañía, en parte deseando que el hombre escupiera sus pecados y se largara de una buena vez.

     —¿Qué cosa? —apuró el religioso.

     —El asunto es que...Yo soy homosexual.

     Donghyuck estuvo a punto de reír porque aquello no podía ser más loco. De haber logrado hablar, hubiera fastidiado a Mark pidiéndole permiso para invitar a aquel feligrés a su fiesta pecaminosa. El sacerdote cubrió la boca de su acompañante para evitar que hiciera ruidos que los dejaran al descubierto.

     —Verá usted, padre —continuó la voz varonil desde el otro lado—. No es ser gay lo que me incomoda, es que, Donghyuck, la persona que me gusta es víctima de acoso por parte de algunos idiotas en la universidad, y yo no puedo hacer nada por ayudarlo. Vivo en casa de mi tío, es homofóbico, hasta que me gradúe y me vaya con mis padres a la costa podré expresar abiertamente quién soy.

     Donghyuck dio un respingo. ¿Había escuchado bien? ¿Quién era aquel admirador secreto?

     —¿Has dicho «Donghyuck»? —indagó el sacerdote sin poder dar crédito a lo que escuchaba. ¿Qué clase de designio era aquel?

     —Sí, padre. He sabido que está asistiendo a charlas aquí para dejar de ser homosexual. ¿Las recibe con usted?

     —Lo siento, no puedo decirte eso.

     —Si es usted, deténgase, por favor.

     —¿Perdón? —preguntó con un tono más indignado del que hubiera querido. Sin darse cuenta sujetó con mayor ahínco la cintura de Donghyuck, como si de manera inconsciente intentara impedir que el hombre del otro lado del confesionario se lo arrebatara.

     —No haga que se confunda más, no intente cambiar quién él es. Déjelo así, por piedad, solo dígale que lo soporte, que sea fuerte hasta que yo pueda luchar junto a él. Sé que esto está en secreto de confesión, pero le doy permiso de contarle. Quiero que sepa que no está solo, aunque no me conozca, algún día sabrá mi identidad. Hasta ese día, padre, no arruine quien es Donghyuck, porque así como está es perfecto y si hay un dios, seguro concordará conmigo.

     El feligrés misterioso se levantó sin esperar a que el sacerdote le dictara su penitencia o que hiciera la señal de la cruz, salió con movimientos seguros y los dos hombres que quedaron encerrados en el confesionario pudieron escuchar sus pisadas alejándose.

     Donghyuck sentía mucha curiosidad al saber que existía alguien que había estado observando su sufrimiento desde hace tiempo, un pequeño aliado entre las sombras que le enviaba un mensaje de fortaleza. Tenía muchas ganas de saber su identidad, no porque sintiera inclinaciones románticas después de escuchar esa confesión sino para poder decirle: «Gracias». Era la primera vez que alguien se atrevía siquiera a pensar que él podía ser perfecto.

 Era la primera vez que alguien se atrevía siquiera a pensar que él podía ser perfecto

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RELIGARE I [Fanfiction NCT- MarkHyuck/JohnHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora