Pecado XI

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     Donghyuck caminaba el lunes hacia su casa, después de las clases universitarias, las cuales no fueron provecho ya que durante toda la explicación del profesor se mantuvo maldiciendo mentalmente a Mark. Se alarmó cuando un hombre más alto  se acercó para preguntarle la dirección de una nueva cafetería. A él mismo se le antojaba un café fuerte en ese momento, uno bien amargo como su estado de ánimo, así que se ofreció a llevarlo. Sabía muy bien dónde quedaba dicha cafetería pues la había montado su hermano, el que lo golpeaba cuando estaba de mal humor, el que casi mata a su exnovio, el que ahora, gracias a sus visitas al templo, estaba empezando a dirigirle la palabra —cabrón, hipócrita, homofóbico—. Caín y Abel tenían mejor relación fraternal que ellos.

     —Eres muy amable en mostrarme el lugar. Me han dicho que sirven un excelente cappuccino.

     Donghyuck escuchó esa voz feliz y entusiasta tan contraria a su sentir. Miró al hombre de cabello castaño a la cara y detectó la manera en la que sus labios parecían mucho más delgados cuando sonreía.

     —Soy Johnny.

     —No podría asegurarlo.

     —¿Perdón?

     —Que sirvan un excelente cappuccino, no podría asegurarlo.

     —¡Ah, eso! —rio— Pensé que dudabas de mi identidad.

     Donghyuck casi sonrió de vuelta, pero caminaban cerca de la plaza de la comunidad y observó a Mark jugando fútbol con los niños que habían salido de la catequesis. Se detuvo en ese mismo instante sin que su acompañante se diera cuenta de inmediato y se adelantara algunos pasos a los suyos. Primero, pensó que perseguir una bola bajo el calor de las dos de la tarde y encima, usando una arropada sotana negra, no era precisamente algo grato... Luego, lo vio sonreír... Mark se las arreglaba perfectamente para correr con esa larga tela negra cayendo sobre sus piernas. Los niños se acercaban a él con confianza.

     «¡Padre! ¡Corra! ¡Rápido! ¡A mí, Padre! ¡A mí!» El sacerdote tomó al más pequeño y le dio vueltas en el aire. Estaba sudando y el viento junto al esfuerzo físico habían conseguido hacer de su cabello un desastre. Jadeaba y tenía una sonrisa inmensa estampada en su rostro sonrojado por el sol.

     —¿Donghyuck? —lo llamó Johnny desde adelante en cuanto notó su rezago. El joven salió de sus cavilaciones como si la voz de su acompañante hubiera roto el cristal imaginario en el que él caminaba. Johnny siguió la mirada de Donghyuck —El padre Lee, ¿cierto?

     —Hmm —murmuró a modo de respuesta.

     —¿Es cierto que te ves con él cada domingo?

     Ok, ahora Donghyuck estaba realmente, realmente prestándole atención a ese tipo.

     —Sí... ¿Y cómo sabes mi nombre?

     —Eres algo popular en la universidad, supongo... Yo oí... —Johnny dudó al inicio, pero luego respondió con más confianza— Oí que eres gay.

RELIGARE I [Fanfiction NCT- MarkHyuck/JohnHyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora