El Interés

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Si nousó a Zidian fue simplemente porque lo primero que se le ocurrió fue patearlo.Ahora solo esperaba que todo lo que había tenido que soportar fuera suficiente.No volvería a esos encuentros. 

Y no hubo algunos encuentros sino hasta que terminó completamente la guerra. Habían ganado y estaban tranquilos, aunque miraban a los Jin porque parecía que se les estaba subiendo las cosas en la cabeza. A su vez sabía que estaban los preparativos para la competencia de caza en la Montaña Baifeng debido a que habían estado recibiendo invitaciones del Clan Jin para asistir junto a su hermana, pero parte de su cabeza estaba en otra cosa. Lan Xichen volvía a decirle para encontrarle, aludiendo que era momento de pagar. Quemó la carta, sin evidencia podía hacer que quedara en ridículo. Así lo ignoró un par de veces hasta que...

– Líder Jiang- lo llamo un sirviente- Ha venido alguien de Gusu pidiendo una audiencia con usted.

– ¿Qué? – y frunció el ceño- ¿Quién diablos es?

– No lo sé, lleva una capa sin dejar ver su rostro, pero dijo que usted lo atendería si mencionaba la palabra deuda.

Gruñó ante eso y Zidian comenzó a centellar. Tuvo que contenerse porque no quería romper ni un mueble... Les había costado mucho llegar hasta ahí y finalmente ahora estaban de pie por sí mismos. Eso sí...Lanzó unos insultos al aire que hizo que el sirviente suspirara. Quien fuera que había venido, lo había enojado. Y seguro luego ellos deberían sufrirlo.

– ¿EN DÓNDE ESTA EL BASTARDO MAL PARIDO?

– Lo deje en la sala donde recibimos invitados- le comento – Le he servido té y unos bocadillos mientras informaba.

– Ahora vera... LE ROMPERÉ LAS PUTAS PIERNAS POR HABER VENIDO AQUÍ.

Cuando llegó a la sala, lo vio sentado calmado y tomando el té. Ni siquiera levantó la mirada al escuchar los pasos sobre el piso.

– ¡¿QUE MIERDA HACES AQUÍ?! ¡¡AGRADECE TU MALDITO STATUS QUE DEBERÍA ECHARTE A PATADAS!!

– El té hoy está delicioso – y era la primera vez que regresaba a Yunmeng desde aquella vez, le daba gusto ver que las cosas habían mejorado muchísimo. Dejó la taza y levantó la mirada- Jiang Cheng, has faltado dos veces.

– YA HEMOS TERMINADO ESE MALDITO TRATO

– Aún queda algo de la deuda... Sumado a los intereses que te creaste a ti mismo. La última vez... huiste completamente y me pateaste.

– ¡¡Te lo merecías por las cosas que estabas haciendo!! – y recordar solo hizo que se ruborizara ante eso

– Puede que me haya pasado un poco...

– ¡¿UN POCO?! – golpeó la mesa – DEBERÍA ROMPERTE LAS PIERNAS AHORA MISMO.

– Pero Líder Jiang...- y la sonrisa que se colocó en el rostro del Jade solo anticipaba algo de problemas- También se llevó la prenda, no la regresó. ¿Planea quedársela?

– ¡Claro que no! ¡No pienso usarla! ¡¿Quién en su sano juicio usaría algo así?!

– Entonces... es algo más para añadir, porque si la destruyo antes que se la regale... Debo añadirlo.

Estaba jugando con fuego. Ya casi se había quemado una vez, pero no podía evitarlo. Pensó en realmente liberarlo de todo este juego estúpido, lo había meditado, analizado, pero no podía quitarse la sensación de la piel bajo sus dedos, la de los labios. ¿Esto pasaba por no seguir las reglas? Pues tendría que aceptar el castigo...

– ¡¿Qué?! ¡¡NO PUEDES HACER ESO YA HEMOS TERMINADO!!

– Si sigue gritando... Parecerá como que tenemos una aventura-lo cual le daba mucha gracia, lo tomo del brazo solo para jalarlo hacia él- Jiang Cheng, espero verte esta noche. Y... ¿sabes? Soy muy bueno dibujando y todavía recuerdo algunas cosas.

La deuda del LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora