Banquete

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— ¿Te veré pronto?

— En el banquete...-

Las cosas no siempre fueron simples. Durante el encuentro en la secta Jin pudo ver como Jin Zixun molestaba a los hermanos Lan para que bebieran. Idiota, ¿Qué nadie le dijo que ellos no bebían? No sabía realmente que pasaría si lo hacían, pero estaba seguro de que era mejor no averiguarlo. Apretó con fuerza el vaso que tenía en la mano viendo que Lan Xichen simplemente parecía no querer pelear llegando a beber y usar su núcleo para no ser afectado por el alcohol. Estúpido, si no deseaba beber solo tendría que haber seguido negándose de manera firme. Y el estúpido de Jin GuanYao no ayudaba... Trató de mantenerse calmado ya que no sería de buena educación que interviniera... Aunque en eso se sorprendió cuando de repente vio que Wei Ying apareció por detrás exigiendo saber sobre un grupo de los perros. Frunció el ceño. ¿Por qué de repente estaba interesado después de todo lo que habían pasado? Al obtener la información se fue rápido, ni siquiera tuvo tiempo de hablar con él para saber qué mierda estaba pasando.

– Líder de la Secta Jiang – Jin Guangshan – Creía que ambos habían recibido la misma educación, ¿es usual meterse en banquetes privados? ¿no saber esperar?

– En verdad lamento las acciones de Wei Wuxian – junto las manos a modo de disculpa, realmente lo estaban dejando mal. – Es solo que como bien dijo, Wen Qing y su hermano Wen Ning nos ayudaron mucho – sin ellos él quizás no estaría ahí- Estamos en deuda con ambos...

– Aun así... ¿esa deuda es mayor que la que tiene él con tu secta? – volvió a su asiento y se tapó el rostro con el abanico, estaba completamente molesto. Se suponía que iba a ser su momento, pero ese... lo arruinó- Quizás debería reconsiderar mi percepción del Clan de Yunmeng. Además... ¿por qué realmente necesitaríamos su permiso para castigar a los Wen? ¿O no recuerda lo que su propia secta pasó por culpa de ellos?

Lan Xichen iba a levantarse ante esas palabras, parecía como si estuvieran insultando a Jiang Cheng y a su clan y ciertamente él sabía que no era el caso. Que el joven Wei Wuxian ciertamente solo era alguien... travieso. Al final no pudo intervenir, no fue lo suficiente rápido

– Las acciones de Wei Wuxian no representan la totalidad de lo que es mi clan – y enderezó su postura- Tendré que disculparme, ante esta situación Yunmeng necesita tomar una decisión así que debo regresar.

Decidieron encontrarse esa noche, aunque Lan Xichen podía notar que su acompañante no estaba tan concentrado como la última vez. Decidió darle un mordisco no muy fuerte en el cuello que lo hizo sobresaltar.

– ¡¿Qué acaso eres un vampiro?! – se quejó al sentirlo.

– Bueno... no estabas prestándome atención- se defendió y lo tomo del rostro para que lo mirara- ¿Te preocupa el joven Wei? – a lo que el otro gruñó un poco ante la pregunta.

– No vine para que hablemos de él... Ya suficiente tengo con que debo ir a Yunmeng a hablar con el consejo...

Observó a Lan Xichen que estaba encima de él, lucía completamente normal como si absolutamente nada estuviera pasando... Y la realidad era que se habían estado besando un poco, y ya sus propias ropas estaban algo desarregladas.

– Ustedes son unos malditos...- comenzó a quejarse – Siempre tan pulcros, tan formales... Aun en el banquete dejaste que te pasaran por arriba...Y ahora... -lo empujó un poco... como si quisiera apartarlo, pero de un movimiento invirtió los papeles colocándose arriba. Se agachó para apoderarse de los labios del Jade quien solo pudo tomarlo de la cintura.

No esperaba que Jiang Cheng tomara el control, pero no iba a quejarse. Al parecer entre lo que había pasado en su último encuentro y en la conferencia algo había cambiado en su cabeza. El beso se fue profundizando más e incluso aprovechó para deslizar unas manos entre las ropas. Cuando se separaron del beso, Cheng comenzó a aflojar más las ropas del Jade dejando a la vista el pecho para luego pasar sus manos y comenzar a besar y morder a manera de venganza por todas las veces que lo había hecho a él. Continuó por un rato sin darle mucho lugar a Lan Xichen de retomar el control ya que no dejaba que le quitara la parte superior de su traje. Solo se detuvo unos momentos para contemplarlo...

La deuda del LotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora