Los encuentros siguientes fueron algo esporádicos pero cargados de ese deseo que habían descubierto. Jiang Cheng estaba seguro de que la maldita cinta no funcionaba porque un par de ocasiones que no tuvieron tanto tiempo, Lan Xichen lo había tomado aún con la cinta puesta. Y esas veces lo más que deseaba era desarreglarlo para que al menos se notara... Su única victoria en esos momentos era dejarle unas marcas. Todavía no hablaban sobre las razones de esos encuentros, sentían un poco el peso de llevar adelante sus sectas. Lo único que deseaban durante esos instantes era ser ellos, ser simplemente dos personas disfrutando del sexo sin compromiso.
No fue sino hasta que la tragedia sucedió que los encuentros fueron cortados abruptamente. Wei Wuxian había asesinado a unos cultivadores usando al General Fantasma. Y con ellos al esposo de Jiang YanLi: Jin Zixuan. Y durante la conferencia en Nightless CIty otra tragedia más. La muerte de ella. Lo había visto todo... Incluso cuando Wei Wuxian perdió el control por la muerte de la joven, y como su hermano Lan Wangji lo agarraba para escapar. No podía casi moverse, estaba agotado por haber estado peleando contra cadáveres. Miro alrededor pero no pudo ver a quien le interesaba... Realmente esa noche había sido de las peores.
Durante todos esos eventos no hubo tiempo ni para escapar unos momentos como antes solía hacer. Apenas si había podido cruzar algunas palabras antes de la tragedia. Tenía que lograr un intermedio entre ser un Líder de Secta y un hermano. Desgraciadamente no había tiempo para quien se volvía su amante. Logró que su tío no expulsara a Lan Wangji, en cambio solo pudo obtener que recibiera latigazos por los ancianos que lastimó. Solamente cuando supo que podría dejar a su hermano, tomó su espada para ir hacia Yunmeng. No había habido noticias de Jiang Cheng y estaba preocupado. Sabía también por un mensajero que su tío junto a otras sectas había ido a Burial Mounds y Wei Wuxian había dejado de existir.
Cuando llegó, el segundo al mando no se negó a dejarle ver a su líder, pero le advirtió que lo que viera... Debería mantenerlo en secreto. Lo guio hasta una habitación donde estaba el menor con varias botellas de alcohol, y sollozaba. El porte digno y orgulloso que lo caracterizaba se había ido, sus ropas estaban desarregladas denotando que quizás llevaba unos días. Su cabello, usualmente peinado en un rodete estaba desarreglado. Ni siquiera estaba en una mesa, sino directamente en el suelo. Su corazón se encogió al verlo así y se acercó.
— Wanyin... -lo llamó suavemente pero no obtuvo respuesta.
Volvió a llamarlo, solo logrando que el otro levantara unos momentos la vista. Sus ojos parecían vacíos, como si hubieran perdido un poco la vida. No solo había perdido a sus padres, también ahora había perdido a sus hermanos. Lo abrazó mientras le daba unas caricias en la espalda a modo de confort. No fue correspondido, era casi como si no lo visualizara.
— No voy a dejarte solo esta noche...- le susurró y definitivamente, esta vez se quedaría. Aunque deseaba cuidar a su hermano, tampoco podía dejar a Cheng así.
— Jiejie... -fue una de las pocas palabras que dijo, pero su voz estaba ronca y apenas podía hablar. Se notaba que entre el alcohol y el llanto no podía decir mucho- Jiejie...
— ... - Xichen solo se aseguró de quitarle la jarra que tenía en mano – Lo sé. - susurró depositando una mano en la parte de atrás de la cabeza- Yo estoy aquí, Wanyin... Puedes confiar en mí. Puedes apoyarte en mí...
Y quizás esas eran las palabras que necesitó porque el otro comenzó a llorar nuevamente aferrándose a sus túnicas y ocultando su rostro. Nunca lo había visto tan... apagado y desesperado como en ese instante. La última vez que lo había visto borracho, no estaba tan así. Lo dejó desahogarse sin decirle mucho más que darle cada tanto algunas palabras de consuelo, hasta que se quedó completamente dormido. Lo tomó en brazos, y comenzó a llevarlo hacia la cama. Cuando lo dejó, solo le quitó las botas y la túnica exterior, además de terminar de liberar el cabello. Buscó un paño húmedo para pasarlo por el rostro y algo del cuello. Jiang Cheng no reaccionó más que volviendo a llamar a sus hermanos y a sus padres. Al terminar, se quedó a un lado. Podía ver que realmente no estaba descansando, sino que parecía tener pesadillas. Si seguía así quizás hasta podría tener una desviación de qi... Decidió sacar a Liebing para tocar unas melodías que podían ayudar a calmar el espíritu. Estaban más pensadas para tocarlas con el guqin pero había aprendido a adaptarlas. Pudo ver como parecía funcionar y tomó una decisión. Esa vez se quedó toda la noche... Hasta verlo volver en si.
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La deuda del Loto
Hayran KurguDespués que su secta, su hogar ha sido destruido a mano de los wen... Jiang Cheng como unico heredero debe volver a levantarla de sus cenizas, no solo eso sino también entrenar nuevos discipulos. Solo tiene un problema: dinero. ¿Cómo logrará levanta...