C2 Odio las varitas

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Tanya salió del banco mágico con una bolsa de dinero y un sentimiento amargo de derrota que era misteriosamente reconfortante. Ciertamente, acababa de presenciar el poder del dinero y si ese poder terminaba de su lado no dudaria en reforzar su relación con Malfoy, ¿El hijo del señor Malfoy entraría a Hogwarts este año? Entonces Tanya ya sabía con quien fortalecer las relaciones en la escuela.

Sin embargo tales pensamientos serian dejados de lado por el momento, ahora mismo se encontraba de cara con el problema que la llevo a Gringotts en primer lugar: No tener ni la más mínima idea de donde estaba Flitwitch. (Nota del autor, me di cuenta que escribí su nombre mal, es Flitwick, Filius Flitwick pero creo que sin duda alguna es infinitamente más gracioso dejarlo mal de momento XD, si estás en contra habla ahora o calla para siempre)

Por desgracia no tenia idea si conseguir una varita y no sabía a ciencia cierta si hacer un hechizo de rastreo la ayudaría realmente a encontrar al pequeño profesor pero tenia confianza en sus habilidades como mago imperial, uno no consigue una cifra de muertes confirmadas de más de tres cifras por mera suerte o casualidad. No, ella era As de Ases, el demonio del Rhin, la Plata Blanca. Ella quien ganó sobre el barro, la nieve y el desierto; para ella encontrar a un profesor perdido sería pan comido.

Con esa mentalidad en mente Tanya empezó a caminar hacia un señor de apariencia escuálida cuando tuvo que esquivar a un gigante barbudo que casi la atropella. Ella se molestó un poco porque el gigante parecía no notarla en absoluto.

Suspirando vio como el gigante y un niño de pelo negro que lo seguía se alejaban calle arriba. Tanya los reconoció como aquellos en el caldero chorreante que estaban armado escándalo. En ese momento fue capaz de ver mejor al niño de pelo negro que había sido enterrado por la multitud en el bar, sin embargo aparte de las gafas circulares y una extraña cicatriz en la frente no se veía muy peculiar. Por otro lado el parecía estar también en la edad para entrar a Hogwarts así que talvez estaba buscando sus útiles junto con su padre... Su padre...

Tanya le dió una segunda mirada al gigante que caminaba con el niño. ¿Ese era su padre? Tanya trago profusamente. ¿Ese gigante era su padre? El niño no parecía asustado o demasiado nervioso por lo que asumió que no era un secuestro... "No, espera un segundo Tanya, recuerda que en este mundo hay magia, puede que el niño esté hechizado o algo así..." Tanya soltó un suspiro. ¿Pero si de verdad fuera así ella podría hacer algo? ¿No le saldría el tiro por la culata intervenir en tal situación? Podía realizar una magia muy limitada con sus limitaciones actuales y si terminaba en una batalla cuerpo a cuerpo, bueno, Tanya soltó una risa ligera pensando en cuántas espátulas se necesitarían para despegar cada trocito de su cuerpo del suelo, y si de verdad era hechicería lo que había puesto sobre el niño ¿Que le impedía echarla sobre ella también?

Pensándolo mejor, si el gigante no era su padre seguramente era un familiar cercano o un amigo de confianza de la familia, si, sin duda alguna no estaba pasando nada malo frente a sus ojos. Con un ligero suspiro de resignación Tanya se disculpo en su mente con el chico y anoto en un rincón de su mente buscar protecciones contra la manipulación mental mientras más pronto mejor.

Así, Tanya camino hacia el hombre escuálido frente a ella y le pregunto por dónde podría comprar una varita, el hombre muy amable le invito un par de caramelos y se ofreció a guiarla. Aunque a Tanya le molestaba un poco ser tratada como una niña ella sigo al hombre a través de un callejón oscuro donde se encontró de nuevo con Lucius Malfoy.

Tanya lo saludo ligeramente.

— Señor Malfoy, no esperaba reencontrarme con usted tan pronto.

Una expresión de sorpresa se coló durante un milisegundo por el rostro inexpresivo de Lucius Malfoy, sin embargo los ojos afiliados de Tanya lo notaron.

Tanya la serpiente de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora