Extra...

1.1K 135 66
                                    


Tanya y Draco intercambiaron una mirada, ambos dándose cuenta de que necesitaban concentrarse en la clase si querían evitar una mayor deducción de puntos por su casa.

Rápidamente montaron sus escobas y siguieron al resto de la clase para practicar el hechizo que llamaba a la escoba a tu mano.

A medida que avanzaba la clase, Tanya no pudo evitar sentirse frustrada con su escoba. Era lento y no respondía, lo que le dificultaba realizar el hechizo correctamente. Draco notó su lucha y se ofreció a cambiar de escoba con ella.


"No tienes que hacer eso", dijo Tanya, su voz apenas por encima de un susurro.

"Quiero hacerlo", respondió Draco, con una sonrisa genuina en su rostro. "Somos un equipo ahora, ¿verdad?"

Tanya sintió que sus mejillas se sonrojaban cuando le entregó su escoba a Draco. Tan pronto como lo montó, ella pudo ver la diferencia en su control y velocidad. Sin esfuerzo llamó a la escoba a su mano de ella, y Tanya no pudo evitar sentir una punzada de celos.

Draco notó su expresión en la de ella y le ofreció algunos consejos. "Se trata de equilibrio y enfoque. Necesitas visualizar la escoba viniendo a tu mano, y responderá".

Tanya asintió, decidida a dominar el hechizo. Respiró hondo, cerró los ojos y visualizó la escoba volando hacia su mano. Cuando abrió los ojos, vio su escoba flotando hacia ella.Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando atrapó la escoba. "Gracias, Draco. Tenías razón. Se trata de equilibrio y enfoque".

Draco le devolvió la sonrisa. "Ves, sabía que podías hacerlo".

Draco y Tanya intentaron concentrarse en la clase, pero no pudieron evitar mirarse a hurtadillas. Eventualmente, la clase terminó y todos regresaron al castillo.Draco y Tanya caminaron juntos, discutiendo la lección y haciendo planes para practicar volar juntos. Cuando llegaron al vestíbulo de entrada, Draco se giró hacia Tanya y le dijo: "La pasé muy bien hoy. Deberíamos hacerlo de nuevo en algún momento".

Tanya sonrió y respondió: "Me gustaría eso. Tal vez podamos ir al Bosque Prohibido la próxima vez. Escuché que hay algunas criaturas interesantes allí".

Draco levantó una ceja. "¿Estás seguro de que es una buena idea? El bosque es peligroso".

Tanya sonrió. "Es exactamente por eso que es interesante".

Draco se rió entre dientes. "Eres un verdadero Slytherin, ¿lo sabías?"

Tanya juguetonamente le dio un puñetazo en el brazo. "Y tú eres un verdadero Malfoy".

Se despidieron y se fueron por caminos separados. Mientras Tanya regresaba a la sala común de Slytherin, no pudo evitar pensar en lo mucho que disfrutaba pasar tiempo con Draco. Se preguntó qué aventuras tendrían a continuación.

Cuando entraron al Gran Comedor, vieron a los otros estudiantes ya sentados en las mesas de sus respectivas casas. Tanya y Draco se dirigieron a la mesa de Slytherin y se sentaron, tomando platos de comida del centro de la mesa.

Mientras comían, Draco se volvió hacia Tanya y dijo: "Lamento lo que dije antes. Estuvo fuera de lugar".

Tanya lo miró por un momento antes de responder: "Disculpa aceptada. Pero para que lo sepas, ser un Slytherin no convierte automáticamente a alguien en grosero o cruel".

Draco asintió en acuerdo. "Tienes razón. Supongo que me quedé atrapado en los estereotipos".Los dos continuaron comiendo en silencio por unos momentos antes de que Tanya volviera a hablar. "Entonces, sobre el juego de Quidditch de la próxima semana. Estaba pensando que podríamos practicar juntos, tal vez trabajar en algunas jugadas".

Draco parecía sorprendido pero complacido. "Me gustaría eso. Siempre es bueno tener a alguien con quien practicar".

Tanya sonrió. "Genial. Podemos empezar después de clases mañana".

Cuando terminaron su almuerzo, Tanya y Draco hicieron planes para su práctica de Quidditch y continuaron charlando sobre otras cosas. A pesar de su comienzo difícil, parecía que se estaban convirtiendo en amigos de forma lenta pero segura.

Durante las próximas semanas, Draco y Tanya pasaron más tiempo juntos, estudiando en la biblioteca y practicando hechizos fuera de clase. Se hicieron más cercanos a medida que compartían sus esperanzas y temores para el futuro.

Una noche, mientras regresaban a la sala común después de la cena, Draco le quitó la mano a Tanya y la detuvo en el pasillo.

"Tanya, sé que acordamos ser solo amigos, pero no puedo evitar sentir que hay algo más entre nosotros".

Tanya miró a Draco y sintió que su corazón dio un vuelco. "Yo también lo siento, Draco. No sé qué es, pero no puedo dejar de pensar en ti".

Draco respiró hondo y se inclinó para besar a Tanya. Cuando sus labios se encontraron, una oleada de electricidad los recorrió a ambos. Se alejaron, sin aliento.

"Creo que me estoy enamorando de ti, Tanya", dijo Draco.

Tanya sonrió y lo besó de nuevo. "Sé que estoy enamorada de ti, Draco. Lo he estado desde el momento en que te vi en el Expreso de Hogwarts".

A partir de ese momento, Draco y Tanya fueron inseparables. Pasaban todo su tiempo libre juntos, explorando el castillo y practicando magia. Sabían que su relación sería desaprobada por algunos de sus compañeros de casa, pero no les importaba. Estaban enamorados, y eso era todo lo que importaba.

Años más tarde, mientras estaban en el altar del Gran Comedor, Draco y Tanya se miraron a los ojos y supieron que habían tomado la decisión correcta. Intercambiaron votos y anillos, prometiendo amarse y cuidarse por el resto de sus vidas.

Mientras salían del Gran Comedor, tomados de la mano, Draco le susurró al oído a Tanya: 

"Nunca pensé que podría ser tan feliz. Gracias por ser mi mejor amigo, mi compañero y el amor de mi vida".

Tanya sonrió y lo besó. "Siento lo mismo, Draco. Te amo más que a nada en este mundo".

Y con esas palabras, caminaron juntos hacia su futuro, listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara, sabiendo que se tenían el uno al otro en quien confiar.

Después de graduarse de Hogwarts, Tanya y Draco se mudaron juntos a Londres. Encontraron un pequeño apartamento en una zona tranquila de la ciudad y comenzaron juntos su vida adulta.

Tanya se fue a trabajar como Auror para el Ministerio de Magia, mientras que Draco se hizo cargo del negocio de su padre. Ambos tuvieron éxito en sus carreras, pero siempre hicieron tiempo el uno para el otro. Viajaron por el mundo, visitaron museos, asistieron a conciertos y festivales y exploraron juntos los mundos mágico y muggle.

Pasaron los años y nunca perdieron la chispa que los unió en Hogwarts.

Sus hijos crecieron sabiendo que sus padres venían de casas diferentes, pero nunca lo vieron como una barrera. Tanya y Draco los criaron para que fueran amables, de mente abierta y aceptaran a todas las personas, sin importar su origen o creencias.

Mientras envejecían juntos, Tanya y Draco nunca olvidaron el amor y la magia que los unió en Hogwarts. Siguieron siendo un brillante ejemplo de lo que puede suceder cuando dos personas de diferentes orígenes se unen y encuentran el amor.


_____________________

Extra:Estaba jugando con el chat GPT y el hijo de puta acaba de escribir un momento Draco x Tanya, así que aquí está, joder el grandísimo hijo de puta me quiere robar el trabajo maldita sea XD, como sea, esto era demasiado bueno como para dejarlo fuera.

Tanya la serpiente de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora