Cómo comenzar a salir con un delincuente [Asakaru]¹

Volumen VIII

¿Ha llegado hasta aquí? A partir de ahora, comienza lo interesante.

Asano llegó a casa con una misión en mente. ¿Estaba desesperado? Efectivamente.

—Gracias por el desayuno, madre —dijo y subió corriendo a su habitación.

Cerró la puerta con seguro apenas entró y, luego de quitarse la gruesa bufanda del cuello y arrojarla a su silla, se agachó para ver bajo la cama. Allí estaba la enciclopedia, justo como la había dejado. Nunca había estado más feliz de que su padre le hubiera negado el acceso al servicio de limpieza para que se enseñara a hacerla por sí mismo; si la persona de limpieza hubiera husmeado un poco, él hubiera tenido que dar unas cuantas explicaciones.

Se sentó con las piernas cruzadas en la cama con el libro sobre su regazo y lo abrió. Fue directo al índice esta vez; si podía ahorrarse su vergüenza y conservar un poco de su dignidad al no tener que ver esos dibujos demasiado bien hechos de él y Akabane, estaba más que feliz de tomar la oportunidad.

Pudo ver al instante que la guía, como el tal Koro-sensei había llamado a esa enciclopedia gigante, estaba dividida en volúmenes. El primer volumen, el Volumen N, parecía ser una introducción al resto, así que sin pensarlo mucho, fue directo a la página que se indicaba.

—Cómo comenzar a salir con un delincuente; La guía definitiva —leyó en un murmullo bajo—. Si estás leyendo esto y tu nombre no es Asano Gakushū, te invito a retirarte. Pero si lo es... ¡Bienvenido, este manual está especialmente escrito para ti! —Su ceño se frunció casi de inmediato—. En este libro encontrarás, entre otras cosas, veinte volúmenes exclusivos de consejos extremadamente útiles, y otros no tanto, sobre cómo salir con un delincuente sin ser asesinado en el intento. Así que preocúpate, amigo mío, porque, como seguramente ya lo habrás notado, cuando uno cae por ese delincuente ya no hay vuelta atrás.

¿Que se preocupara? Oh, pero claro que estaba preocupado, estaba más que preocupado; en pánico le parecía una expresión más adecuada. Además, ¿qué clase de consejo era ese? Porque saber que ya no había salida no lo tranquilizaba en absoluto.

Reteniendo la respiración y con los ojos ligeramente entrecerrados, se arriesgó y dio vuelta a la página. El Volumen I apareció ante él con un título simple: Identifique perfectamente al delincuente en cuestión. ¿Necesita ayuda? Su nombre es Akabane Karma. Debajo, la breve descripción de una persona se leía en un párrafo pequeño. No había que ser un genio para saber de quién se hablaba. 

No se molestó en leerlo más de una vez, sabía todas esas cosas de memoria, sin embargo, debía admitir que se quedó mirando la foto que aparecía al lado un poco más de lo necesario: Cabello rojo brillante y desordenado por el viento, la misma piel pálida de siempre, una sonrisa que dejaba ver sus colmillos y hacía que sus ojos dorados se arquearan en pequeñas medias lunas.

De repente, Gakushu tuvo la peor idea que había tenido en sus cortos quince años de vida: decirle a Karma que le gustaba. Lo que surgió como idea rápidamente se convirtió en una necesidad; quería decírselo, necesitaba decírselo. No importaba si lo enviaba al carajo, si no lo aceptaba, si lo miraba con asco; necesitaba hacerlo.

Esos pensamientos repentinos sobre el pelirrojo comenzaban a afectar su sueño, su apetito e incluso su concentración al estudiar. Tal vez al confesarse al menos esos distractores se irían.

—Pff —río—. Claro que va aceptarme, soy yo —Se alentó, sonando mucho más confiado de lo que realmente se sentía.

Pasó al Volumen II y lo leyó, recordando el incidente de la rama donde las cosas no habían resultado muy bien para él. Sintió su rostro calentarse ligeramente ante el recuerdo de lo cerca que había estado de Karma esa vez. Pasó al Volumen III, luego el IV, V (donde sus mejillas volvieron a colorearse de un tono rojizo), VI, VII y VIII.

Tal parecía que, sin siquiera ser consciente de ello, había estado realizando los mismos pasos que la guía señalaba. Llamarla guía aún le parecía extraño, pero debía admitir que los textos estaban demasiado bien redactados y poseían información útil para su... situación, así que no cabía duda que el nombre había sido bien elegido. Sin mencionar, además, que ya comenzaba a esperar con ansias el siguiente dibujo o gráfico.

Con el corazón latiendo rápidamente y una sonrisa en el rostro, dio vuelta a la hoja. Tenía que reconocer que el hecho de que le atrajera Karma había traído un poco más de emoción a su vida, que antes se basaba simplemente en estudiar y ser el mejor.

El Volumen X lo hizo sentir tan nervioso como emocionado en cuanto leyó el título.

—¿Solo eso? Fácil, yo puedo hacer eso.

Cinco minutos después, ya se encontraba poniendo manos a la obra. Estaba sentado sobre su silla, inclinado levemente hacia el monitor frente a él, pasando la vista por cientos y cientos de páginas web que prometían tener las mejores indirectas. 

Descartó muchísimas; demasiado tontas, demasiado sexuales, demasiado directas, demasiado indirectas... Nada parecía ser tan bueno como para decírselo a Karma. 

Algunas horas de investigación después, tenía una lista de las diez mejores indirectas y se sentía más confiado de nunca. 

Hola, hola~ Tuve unos días un poco (muy) duros en todo sentido y siendo sincera, hasta se me había olvidado que tenía wattpad. Lo sientooooo.

No hay mucho qué decir de este capitulo además de que va a dar pie a un capitulo muy gracioso aka el Volumen VIX.

Y a pesar de que ya todo está escrito y planeado, ¡déjenme sus mejores indirectas aquí! Vamos a reírnos un rato~

Espero que les haya gustado el cap, ya saben qué hacer si sí~

No olviden de Jenn les ama♡