CAPÍTULO 36

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ERIKA

Ayer, tras hablar con Bo Gum, pensé en decirle a Jeong sobre mis sentimientos hacia él. Sin embargo, su consejo indirecto fue de alguna manera una recomendación. La noche anterior casi no durmió a causa de su ex, estuvo apagado. No tenía sentido confesarlo, pero dormimos juntos, otra vez.

Sabe sobre mi miedo a las tormentas, y sin dudarlo, fue a mi cama para quedarse conmigo. Me sentí segura. Lo tuve tan cerca que me atreví a posar mi mano sobre su cuello una vez que quedamos enfrentados. Jong Hyun tenía su mano sobre mi cintura, era perfecto, volví a creer que entre nosotros había algo, una mínima chispa que podría encenderse. Pero todo se esfumó en cuanto abrí mis ojos y se apartó escandalizado.

Se fue a bañar con la excusa de que tenía calor, aunque hay grandes posibilidades de que quiera quitarse el roce de mi piel, incluso mencionó algo sobre el sudor. ¡Qué vergüenza! Definitivamente fue un gran rechazo. Aun así, la sensación amarga se fue desvaneciendo con el pasar de las horas.

Tuvimos clases de español, las presentaciones dieron buenos resultados, mis amigos aprobaron y todo salió bien. Bo Gum y Jun Ho tienen mejor pronunciación que Him Chan y Jong Hyun, pero avanzaron mucho. La maestra Kang se percató de mi intervención, aseguró que hice un buen trabajo en equipo. Es lo mínimo que puedo hacer por ellos.

—¿Solo vas a comer eso? —Me pregunta Bo Gum al ver que aparto las raciones.

Mi banchan se ve delicioso, aunque solo comeré las verduras, quiero empezar una dieta estricta.

—¿Alguno de ustedes quiere la carne y el arroz? —pregunto.

—No hagas eso, Erika, cómete todo, te hará bien—dice Him Chan.

Es como un padre protector que regaña a la tonta niña con ideas caprichosas.

—Quiero hacer dieta—digo.

—¿Por qué esa decisión repentina? —Inquiere Jun Ho con interés—. ¿Estás menstruando?

—¡Jun Ho! —Lo regañan.

—No lo estoy, es que... quiero verme mejor.

—Haz otro tipo de actividad, no dejar de comer.

—D'angelo, ¿alguien te ha dicho algo? Pensé que era un tema cerrado.

—Ya cómete el arroz y la carne, anda, no dejes nada. ¿De dónde sacas esas ideas? No te dejes influenciar por estándares pocos realistas.

De los cuatro, Jun Ho es el único que no me trata de una forma especial. Es decir, no hace distinción conmigo por ser una chica. No se cuida en lo que dice, es más directo y eso me gusta, porque puedo confiar en su palabra. A la vez, sé que me quiere y me cuida, pero es diferente al resto. Quizás los otros tres piensan igual, aunque no se atreverían a decirme lo que realmente pasa por sus cabezas.

—Jun Ho, tengo que pedirte un favor—digo, mirándolo a los ojos—. Tú eres sincero conmigo, no me tratas bonito por ser una chica, a veces eres muy malhumorado.

—¿Qué? —Deja de comer—. Perdona, no me he dado cuenta de eso.

—¡No, no! Me gusta que seas así, porque eres el único. Puedo confiar en ti, en que me dirás la verdad.

—Claro—asiente con la cabeza—. ¿Qué quieres?

—Dime 3 cosas que te gusten de mí y 3 cosas que no.

—D'angelo, ¿otra vez con lo mismo?

—Cállate, él me dirá lo que quiero saber.

—¿Realmente quieres saber mi opinión? —Luce sorprendido.

Deberías darte cuenta (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora