Erika D'angelo, una chica argentina, se ha mudado a Busan, Corea del Sur, debido al nuevo trabajo de sus padres. Es carismática, extrovertida, y le encanta pasar tiempo con sus amigos, sobre todo con Jeong Jong Hyun, su vecino.
Jong Hyun es todo l...
El ambiente del desayuno es más tranquilo que el de la cena. Mamá preparó algo distinto a lo que acostumbra; hay café, leche, y jugo de frutas. La excusa del desayuno americano sirve para satisfacer a D'angelo y su carente ingesta de alimentos por la mañana. Sin embargo, ya habló con nosotros al respecto. Mientras ella se quede en la casa, la haremos sentir cómoda y a gusto.
Por otra parte, papá nos llevará al colegio. Quiere asegurarse de que realmente estoy cursando y no que me escapo o algo por el estilo.
—Mañana es el cumpleaños de Erika—digo con una sonrisa; soy el único que lo sabe.
—Te acordaste... —Se sorprende.
—¿Por qué lo olvidaría?
—¡Haré un pastel! —exclama mamá con entusiasmo.
—No es necesario—Su voz es apagada—. Sé que suena feo, pero no tengo motivos para celebrarlo.
Sus palabras duelen, este año quedará marcado como el peor de su vida; aun así, debe encontrar otros motivos para continuar. Quiero ayudarla.
—¿Qué quieres de regalo? —Le pregunta mi hermano mayor a fin de animarla.
—Nada, de verdad no hace falta—sonríe.
—Vamos, pequeñita, ¿hay algo que te gustaría comprar? Dilo con confianza.
—Tal vez un libro —responde dudosa—. Hay 2 que me gustaría leer, podría ser uno de esos.
—Dinos los nombres, yo te regalaré uno y Jong Hwan el otro.
—No, uno solo está bien.
—Espero que no sea 50 sombras de Grey —Bromea Jong Jin.
—Tal vez quiere el libro de las hermanas—acota Jong Hwan.
Quisiera saber de qué hablan, aunque no soy el único desorientado, porque mis padres se encuentran en la misma condición. ¿Cuáles hermanas?
Es un chiste interno, uno en el que no participo y que tampoco me tienen en cuenta como para explicármelo.
Es molesto. Ella es mi amiga, no la de ellos.
—Se enojó el bebé castigado—comenta papá, a modo de recordatorio.
—Lo lamento—Reconozco por lo bajo al notar que los tres restantes no prestan atención —. No volverá a ocurrir.
—Los hombres inteligentes son aquellos que hacen lo correcto aun pensando con el corazón.
—No soy inteligente, nunca lo he sido.
—Jonghyunie, mi amor—expresa mamá —. Tú eres maravilloso.
—Pero no inteligente —sonrío—. Ni siquiera puedes mentirme, mamá.
—Eres inteligente como yo, pero con el carácter de tu padre. Por eso hacen cortocircuito.
—Algún día tendrás un hijo y te vas a acordar de mí—dice papá.
—Tendré una buena esposa, ella se hará cargo de su educación moral—Bromeo.
—Vamos, los llevo a la escuela—sonríe—. Te acordarás de mí, ya verás. Mi nieto será tu castigo.
Eso jamás pasará.
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