Erika D'angelo, una chica argentina, se ha mudado a Busan, Corea del Sur, debido al nuevo trabajo de sus padres. Es carismática, extrovertida, y le encanta pasar tiempo con sus amigos, sobre todo con Jeong Jong Hyun, su vecino.
Jong Hyun es todo l...
No tenía ganas de salir del cuarto de Jong Hyun, pero tampoco podía quedarme encerrada por siempre. En algún momento debía regresar al colegio.
En mi ausencia perdí dos exámenes, tenía la posibilidad de rendirlos diferentes días, mas elegí hacerlos hoy. La profesora Jung me dio las condolencias, luego comencé a leer las consignas en tanto ella completaba unas planillas frente a mí. Ahora está corrigiéndolo, y mientras espero el resultado, ya empecé con el de Química. El profesor Lee no podrá venir personalmente, por lo que debo esperar para obtener la calificación.
Jong Hyun se encargó de pasarme las tareas a diario. En mis tiempos de encierro completé los cuadernos y comprendí los temas. Mi problema no era venir a la escuela, sino escuchar las condolencias, cuando en verdad les importa poco como me siento.
Algunos de mis compañeros son buenas personas, como Him Chan, Bo Gum y Jun Ho, pero el resto son contados.
—Buen examen, Erika.
—Gracias, profesora Jung —Hago reverencia.
—Eres una de mis mejores estudiantes. Sé que estás pasando por un mal momento, y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que necesites. ¿De acuerdo?
—Se lo agradezco—continúo en lo mío.
El director Dong repite las mismas palabras cuando entrego la hoja. No obstante, pienso que no hay nada que puedan hacer por mí.
Regreso al salón en plena clase de Literatura. Mis compañeros me observan, pretenden que brinde explicaciones por mi tardanza, pese a que la profesora se encuentra al tanto. Tomo asiento en mi pupitre, actúo como si nada hubiese pasado, como si mi ausencia por días no fuera un hecho, o si mi vida en general no hubiese cambiado de la noche a la mañana.
Me gustaría desaparecer.
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Hyo Ri habla sobre un nuevo drama que comenzó hace unos días y que por obvias razones no he visto. Suena interesante, tal vez se lo recomiende a la señora Ji An y lo veamos juntas. En este tiempo nos hicimos amigas.
—¿Tú que cuentas? ¿Terminaste de leer el libro?
—Siempre termino mis libros, ¿quieres que te lo preste? Es una historia romántica preciosa.
—Qué raro, tú y tus historias de amor. —ríe—. ¿No has pensado leer otra cosa? Quizás un libro erótico como 50 sombras de Grey que está de moda.
—¡Ay, no! ¿Te imaginas? Papá me va a matar cuando se entere—digo, y de repente me quedo en silencio.
—Erika, está bien... —Toma mi mano—. Yo voy a leerlo por ti —Suelta una risita.
Logra hacerme reír. Han Hyo Ri tiene ese don.
—¿Crees que tu papá te lo compre si se lo pides? —Indago divertida.
