CAPÍTULO 44- FINAL

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ERIKA

Unos abogados se contactaron con papá. Esto fue un problema. Él desconfió de ellos, lo que atrasó la reunión donde yo debía estar presente. Semanas después de mi cumpleaños, tuve que asistir a su oficina porque los abogados estaban aquí en Busan. Reconocí a uno de ellos, había presenciado la videollamada con mi abuela cuando decidió que me quedara con la familia Jeong. Me hablaron de un contrato, algunas formalidades por alcanzar la mayoría de edad, y obligaciones. Papá Jong Hyuk me explicó con calma, la reunión se extendió más de lo pensado; hasta que tomé una decisión.

Firmé un contrato de fideicomiso, obtendré ganancias sin la necesidad de estar presente en la empresa a la que se asociaron mis padres. Me pareció oportuno, pero faltaba hablar sobre algo más: la casa de mi abuela Alfonsina y los bienes que dejó a mi nombre. Me entregaron un manojo de llaves, una carta, y una tarjeta para que pueda contactarme en caso de dudas. Eso fue todo. Pese a su paciencia por explicarme, salí de allí con muchas preguntas; aunque nada que papá no me pudiera aclarar, es un hombre muy sabio. Me llevó a tomar un helado antes de regresar a casa. Tuvimos una charla a solas, me compartió un poco de su sabiduría, e hicimos una larga y linda reflexión de todo esto.

Luego, durante la hora de la cena en familia, platicamos acerca de las costumbres coreanas, aquellas de las que no participo. Jong Hwan inquirió en que no podía irme de Busan sin antes celebrar Chuseok en casa de los abuelos, así que acepté. Mi estadía continuó hasta la festividad. Los abuelos Jeong son personas acogedoras. Ya los conocía; no obstante, me dieron una grata bienvenida. En más de una oportunidad elogiaron mi rostro, incluso mi cabello. La tía de Jong Hyun lo mencionó bastante.

La comida estuvo deliciosa, y las actividades recreativas para los más pequeños fueron divertidas. Pasé 3 días maravillosos, valió la pena.

Ya han pasado meses desde que mi abuela falleció, mi ánimo poco a poco mejora. Creo estar preparada para afrontar el viaje, solo me queda comprar el vuelo, aunque inconscientemente lo estoy retrasando.

—¡Erika, escúchame! —dice Jong Hyun—. ¿Mi pronunciación es correcta?

—Ya te dije que sí, tu inglés es muy bueno. Mejor que el mío.

—Sí, pero tú hablas italiano y español, tienes ventaja.

—Vas a aprobar el examen de admisión, aún tienes tiempo.

—¿Pero qué hay del resto de las materias? Estoy muy nervioso. D'angelo, mi futuro tiende de un hilo.

—Confía, Jeong, te irá bien—Palmeo su hombro.

Él ha estudiado mucho, se está esforzando. No me cabe duda de que ingresará a la universidad como tanto desea. Ha omitido mi ayuda, hace tiempo que lo hace, mi egoísmo hizo que me apartara a nivel académico, mas fue un gran logro personal.

Lo único bueno es que en sus tiempos libres se queda conmigo. Es decir, me incluye en sus descansos. A veces salimos a caminar por aquí cerca, otras vemos una película o simplemente platicamos, lo hace para despejarse. Aun así, la despedida se aproxima.

—¿Qué quieres hacer hoy? —Me pregunta.

—No sé... —Digo, mientras observo la pantalla de mi laptop.

—¿Comprarás el boleto de avión? —Se me queda viendo.

—Tal vez—respondo dudosa.

—Hoy no—Pide con esa mirada compradora—. Por favor, hoy no.

—El vuelo no es inmediato, no es como si me subiera al avión apenas pase el número de la tarjeta—río—. ¿Qué quieres hacer tú?

—Estar contigo—Se pone de pie con nerviosismo al darse cuenta de cómo sonó—. No sé si... tienes planes...

Deberías darte cuenta (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora