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Una ceja arqueada es el recibimiento de la rubia conforme aparece el capitán del equipo de baloncesto dándose en la comisura de la boca con el dedo, el cabello despeinado y los labios hinchados.

— No tengo claro qué te has llevado a la boca, pero sí que tienes que mirarte a un espejo cuando acabes porque das vergüenza ajena — el pelinegro se encoge de hombros mientras ella se encarga de peinarle correctamente, mirándola en silencio — ¿Quién ha sido esta vez?

El capitán desvía los ojos, sin tener nada que decir, cuando Siyeon ve a Taehyung viniendo por el mismo sitio que él ha venido hace unos minutos y recolocándose el pantalón, para cogerle del mentón, haciendo que sus ojos choquen.

— ¿No que le odias? — casi gruñe ella, siéndole la mano retirada de su agarre.

— Le odio — asiente, sin planteárselo más de un segundo — con toda mi alma y estoy deseando que se acaben las clases para no verle nunca más, pero me pone demasiado caliente y caigo, son cosas raras.

— Yo realmente no entiendo cómo puedes decir eso después de llevar más de tres años así — el pelinegro le entrelaza la mano, tironeando de ella — debes sentir algo, fuisteis novios antes de llevaros mal.

— ¿Novios? Teníamos 16 años, cómo puedes llamarle novio a eso — bufa, para rodar los ojos.

Los ojos de Yoongi se abren de forma desmesurada cuando siente cómo le agarran la nalga izquierda con fuerza, para girar su cabeza y ver la sonrisa coqueta y arrogante de Taehyung, justamente a su lado.

— En efecto, a eso no se le podía llamar novios — dice con desinterés, soltándole el culo al pelinegro — si realmente lo hubiéramos sido, este imbécil no se habría acostado con nadie más.

— Lo hice única y exclusivamente porque empezaste tú, si no me hubieses puesto los cuernos, a lo mejor incluso seguiríamos siendo pareja y todo — el castaño arquea una ceja, incrédulo — no, realmente no lo seríamos, porque eres un cabrón y un infiel de mierda y, además, te odio.

— Qué sucia tienes la boca, Yoonie — ronronea, pasando la mano por detrás de su nuca — ¿Quieres que volvamos al aula?

Las manos del pelinegro se van a su camisa, acercándolo a él, dejándose llevar por ese sentimiento arrollador de deseo que le absorbe completamente cuando lo tiene cerca, dando gracias mentalmente a su mejor amiga cuando prácticamente se mete en mitad de los dos para separarlos.

— Vámonos, Yoon — el pelinegro siente, dejándose entrelazar las manos con ella — a mi tampoco me caes bien, presidente.

— ¿No te caigo bien porque me acosté con alguien cuando Yoonie y yo aun no éramos novios? Sois dos falsos — el castaño se revuelve el cabello, para después recolocarse debidamente el uniforme, con mala cara — ni siquiera nos habíamos besado aun y este ya se pensaba que nos íbamos a casar.

— No pienso tener la misma conversación de nuevo — gruñe el pelinegro, comenzando a andar — que te den, Kim.

El presidente le contesta de la misma manera cuando Yoongi le enseña el dedo de en medio, volviéndose por donde ha venido e ignorando a la pareja de amigos que se marchan hechos unos basiliscos.

— Menos mal que jamás llegué a enamorarme de él — suspira, metiéndose en el aula — porque entonces tendría que partirle la cabeza.

Siyeon se mantiene en silencio, recordando lo mal que lo pasó Yoongi en esos días en lo que ocurrió todo, además, fue demasiado rápido en su opinión; cuando el pelinegro tuvo que soportar cómo esa chica con la que se había acostado su, en aquel entonces, novio llegó a interrumpirles a ambos para contarle todas las veces que Taehyung y ella lo habían hecho, sin darle información de cuando había sido.

El problema fue el corazón roto y despechado de Yoongi, que apenas se lo pensó cuando salió esa noche y se metió con el primer chico guapo que se encontró en el pub, para luego llamar borracho a Taehyung y contárselo todo entre el enfado y el llanto.

Por eso ella ignora las actitudes y los te odio que Yoongi tanto le repite al castaño, porque sabe de sobra que es la única manera que tiene su amigo de mantener esos sentimientos que fluyeron cuando eran más jóvenes a raya, sin dejarse abrumar por ellos y poder esquivarlos con facilidad.

A pesar de ser más baja que el pelinegro, no duda en abrazarlo y dejar que se refugie entre sus brazos, dándole suaves caricias en el cabello mientras Yoongi aspira el dulce aroma que desprende.

— Te lo digo siempre, y te lo repito — Yoongi asiente, escuchando con atención — tuviste culpa, sí, pero él también tuvo por tener todas las pruebas en la mano y aun así dejarte humillado frente a todos — el agarre a la rubia se refuerza mientras lo recuerda todo, sintiéndose patético — realmente no sé por qué seguís volviendo el uno al otro, pero sin que te ofendas, cariño, estoy deseando que nos marchemos de aquí para que no vuelvas a verle más.

— Busan nos espera, Siyeonie — dice este, sonriente mientras se separa — allí vamos a conocer a alguien impresionante con quien nos casemos y tengamos un bebé.

— No sé cómo puedes ser abierto de mente para todo y tener pensamientos de viejo — el pelinegro se ríe, para guiñarle un ojo — además, pocos bebés voy a tener yo cuando me case con la mujer de mi vida.

— Somos dos desviados — se ríe de nuevo, contagiando a Siyeon que ama profundamente a su amigo riéndose.

Siendo observados en la lejanía del aula, por un Taehyung que acababa de entrar.

Converse high ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora