Converse high ❣ TaeGi

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Conversaciones triviales, pensamientos escondidos y una ropa que no se seca, todo eso pasa mientras el tiempo transcurre y el ascensor no se arregla ni un poco.

Un pequeño estornudo delata a Yoongi del frío que tiene y le obliga a retirarse la chaqueta del traje, pues no tiene intención de seguir pasándolo mal tontamente; aunque le es imposible no sentirse avergonzado porque Taehyung no se corta en mirar su pecho.

- N-No mires, descarado — gruñe, dándose la vuelta y tapándose los pezones transparentados en su camisa blanca.

El castaño se ríe en bajito, mirando con detenimiento ahora la anatomía del pelinegro, por detrás; gracias a su camisa mojada se puede apreciar la pequeña cintura que tiene, su trasero respingón y algo, que le hace tragar de forma dolorosa para su garganta; el pantalón de traje, empapado y pegado a su cuerpo, deja ver casi de forma transparente que lo que lleva debajo es un tanga.

- No sé si es peor que te gires, Yoongi — dice, con una voz tan ronca que eriza cada parte de su cuerpo; la respiración del pelinegro se acelera, pues escucha a la perfección los pasos que da Taehyung hacia él — ¿Te sigues poniendo faldas? — el pálido niega, inmóvil aun — una lástima, siempre te viste hermoso.

- Mucho te gustan las faldas, a lo mejor eres heterosexual, plantéatelo — intenta defenderse, pero resulta inútil.

El gran cuerpo del castaño le opaca por detrás, sintiéndose diminuto porque sus manos están por encima de su propia cabeza, eso sí, sintiéndose más cálido porque ahora tiene algo que le irradie calor; su corazón duele de la forma tan dolorosa en la que late cuando los labios de Taehyung dan en su oído, rozándolo.

- Que ame tu coño no me hace heterosexual, Min Yoongi — ronronea, disfrutando de cómo se siente la piel del pálido en sus labios.

Es en ese momento en el que el pálido comete el mayor error que podía tener; se gira en sí mismo, quedando tan cerca del rostro de Taehyung que casi grita por ello.

- Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando — le amenaza, queriendo chillar por esa sonrisa de medio lado que tiene en su rostro — me voy a casar Kim Taehyung, estamos esforzándonos por ser amigos y nuestro tiempo pasó, así que estate quieto.

- No he hecho nada, Yoonie — le dice, bajando una de sus manos hacia el rostro del pálido.

Le es imposible no cerrar los ojos cuando la gran mano de Taehyung se dedica a acariciar con suavidad su rostro, dejándose llevar por esa estupenda sensación que siempre le dieron los largos dedos de su ex; aunque no puede evitar sentir su labio inferior temblar cuando el dedo pulgar del castaño lo acaricia, volviendo a abrir los ojos para encontrarse la devastadora imagen que tiene delante.

Tiene el rostro de Taehyung tan cerca que casi no puede ni enfocar, su respiración dando contra su boca, su nariz rozando la suya.

- He cambiado — susurra, erizando el cuerpo de Yoongi — no voy a besarte sin que tú me lo pidas, ya no soy ese adolescente que te arrastraba hacia a mí siempre, ¿Sabes por qué? — el pálido niega con lo que puede, llevando sus manos al pecho del contrario — porque sé que acabarás volviendo a mí voluntariamente.

Son contradictorios sus pensamientos, igual quiere patearle que besarle, no tiene muy claro qué hacer en ese momento.

Las luces del ascensor se encienden y este vuelve a ponerse en marcha, para que, con todo su pesar, Taehyung se separe de Yoongi; sabe que la estrategia que está siguiendo, es la propia, pero no deja de costarle la misma vida hacerlo.

Ambos salen del ascensor en silencio, sin tener claro qué hacer en ese momento, girándose cada uno para su propia casa.

El pálido anda decidido hacia su puerta, sabiendo que lo ha hecho bien, que se ha resistido a la tentación que siempre le supuso Taehyung, que no se ha dejado llevar por lo que ese cuerpo grande, ese rostro hermoso y esos largos dedos querían hacerle sentir, que no echa de menos el contacto de sus labios contra los propios.

Las llaves tiemblan entre sus dedos, teme echar la vista hacia atrás y que no se haya ido, no sabe qué podría pasar si ocurre eso.

Y lo hace, desmoronándose su vida en ese momento.

Una sonrisa triste está decorando los labios de Taehyung, sus ojos brillan con demasiada intensidad para su corazón, sin detenerse ni un segundo a plantearse el por qué sus pies han decidido ponerse en marcha.

Sus manos van directas al hermoso rostro del castaño, bajándolo a su altura hasta juntar sus frentes, sintiéndose nuevamente en casa cuando su cintura es rodeada.

- No me mires así, es injusto, Taetae — ruega, dejándose abrazar con fuerza.

- ¿Cómo quieres que lo haga? ¿Sigo sonriéndote como si nada pasase? Me he prometido seguir adelante, buscar tu felicidad primero que la mía, pero me—

Las palabras dejan de salir, pues los labios de Yoongi se encargan de tapar suavemente los suyos; la sensación de tener miles de hormigas por su cuerpo, estremeciéndolos a los dos conforme ambas bocas deciden moverse lentamente, pensando en ese momento que cómo es posible que la misma sensación al besarse sea la misma.

Una en la que no importa nada más que sus labios juntándose de forma lenta y nostálgica, una sensación que no sabían cuanto extrañaban hasta ese momento.

- Esto no está bien — susurra Taehyung, encima de sus labios; el pálido siente cómo si nuevamente se quedase solo de nuevo cuando el cuerpo de su expareja se separa de él y se pierde por su casa, dejándolo allí en el rellano.

- E-Es lo mejor para ambos — se convence a sí mismo, tembloroso y confuso por lo que ha ocurrido.

Tocándose los labios, el pálido se mete en casa, olvidando todo lo que no tenga que ver con Taehyung y el hecho de que habiendo pasado tantos años, es igual lo que ocurra mientras se queden a solas los dos.

¿Su solución? Que no vuelva a pasar esa situación.