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Es la hora del almuerzo y Yoongi le da amablemente de comer a Siyeon porque le gusta mucho mimarla, cuando la rubia ve cómo el nuevo busca de forma apurada alguien con quien comer, y esta, amablemente levanta la mano para que los vea.

— Es guapísimo — babea Yoongi mientras este se acerca — necesito con urgencia que se fije en mí antes que en Taehyung.

— ¿Quién ha decidido que le gustan los hombres? — pregunta ella, echándose a un lado para que Namjoon tenga sitio — no podéis poneros en modo ataque antes de saber siquiera qué le va.

— Cierto — asiente el pálido, sonriéndole ya a escasos metros — ahora lo vamos a averiguar.

El moreno llega a donde están ellos, saludándoles con un pequeño movimiento de cabeza para sentarse al lado de Siyeon y frente a Yoongi, que le mira de la forma más coqueta y poco sutil posible.

— Gracias por dejar que me siente y por enseñarme ayer toda la escuela — dice con amabilidad a la rubia, que le guiña un ojo — también lo siento Yoongi, por hacer que os castigasen a los dos, no era mi intención crear un conflicto en mitad de clase por mi culpa, realmente lo siento.

— No te preocupes, solo pasa que Taehyung es profundamente imbécil — sonríe, apoyándose en su mano derecha — y bueno, cuéntanos de ti, Namjoonie.

El moreno se sonroja un poco por la mirada intensa que le dedica Yoongi, además de por el atrevimiento de llamarle así cuando solo se conocen de ayer y ahora están empezando a intercambiar sus primeras palabras.

— Ayer ya lo dije todo, realmente — dice algo apurado, para llevarse un poco de arroz a la boca.

— Echarás de menos a tus amigos ¿No? — pregunta con fingida pena, ignorando la mirada ponzoñosa de su amiga — y supongo que a tu pareja también, sería lo lógico que alguien tan lindo como tú, la tuviese.

Tiene que retener la sonrisa de victoria que se forma en sus labios cuando este se atraganta con la comida y se sonroja furiosamente, para luego negar.

— No tengo pareja — niega, dejando los palillos encima de su fiambrera — antes de venirme estaba con una chica y bueno, me dejó porque yo tenía la posibilidad de venir aquí o quedarme allí solo, y decidí marcharme, no me fio mucho de mí mismo.

— Entonces ¿Eso significa que no tengo posibilidades? — dice una cuarta voz, haciéndoles mirar a todos.

La cara de Yoongi se deforma en el momento en el que la anatomía de Taehyung se sitúa a su lado, llevando directamente la mano a su muslo para apretarlo con más fuerza de la necesaria.

— El presidente está de broma — se ríe Siyeon, con apuro por la cara de descomposición del nuevo — solo quería hacerte la típica pregunta de cómo te sientes respecto a que te gusten tanto los hombres como las mujeres, si eso pasa claro.

— Realmente el género da igual, independientemente de lo que sea, si es una persona agradable, que me trata bien y me ama tal como soy, poco importa lo demás — explica, sonriente.

El problema es que los otros dos están más empeñados en intentar matarse con la mirada que en hacerle caso a Siyeon que habla entretenida con Namjoon; la mano de Taehyung sube discretamente por su muslo, llegando hasta su objetivo y sonriendo de forma maliciosa cuando las mejillas del pálido se encienden y un pequeño jadeo sale de sus labios.

— ¿No opináis que las faldas son cosas preciosas? — interviene Taehyung, apretando su mano contra la entrepierna del pálido.

— ¿Las faldas? — pregunta Namjoon, sin entender.

— Sí, tu imagínate que quieres pasar un rato entretenido con tu pareja, que quieres hacérselo pasar bien, pero claro, hay prisa o dificultades de desnudaros — Yoongi se tapa la cara con las manos, sintiéndose cada vez más excitado debido al movimiento de la mano de Taehyung en su entrepierna — si se lleva una falda, se podría meter la mano profundamente y darle todo el gusto del mundo.

— Yoongi, ¿Te ocurre algo? — pregunta Namjoon, al verle con la cara tapada y las orejas completamente rojas.

— N-No — niega, retirándose las manos de la cara para meterlas debajo de la mesa y quitarle la suya a Taehyung de donde la tiene, importándole poco la cara de malos humos que este le pone al hacerlo — perdón.

Siyeon le mira con aburrimiento, sabiendo perfectamente por qué están así, diciendo que se odian cuando ni el aire pasa entre ellos debido a lo pegados que están, o buscándose constantemente para buscar cualquier excusa con la que insultarse, pero eso está bien si les permite hablar entre ellos.

— ¡Taehyungie! — llaman, haciéndoles a todos girar.

— Key — saluda, sonriéndole encantado de verle.

— Vengo a avisarte de que el sábado hay macro fiesta y estamos invitados — le dice mientras chocan las manos, contentos por ello — aunque también te lo podría haber dicho el capitán, que para eso la organiza el equipo.

— ¿Por qué estáis invitados si yo dije específicamente que vosotros dos no podíais ir? — pregunta Yoongi, sin entender nada.

— Tu segundo al mando decidió no hacerte caso, somos populares y la gente nos quiere allí — explica Key, al que se le une Taehyung a su lado — a mí me caes bien capitán, podríamos tener nuestro momento de gloria en la fiesta.

— ¿Sí? — ronronea, para relamerse los labios — cuéntame más.

Aunque poco más pueden hablar, pues Taehyung tira del brazo de su amigo, sacándolos de allí y llevándolos lejos mientras Yoongi les mira marcharse, encantado con ese ataque de celos que sabe que le da al castaño de vez en cuando; mientras tanto Namjoon se acerca al oído de Siyeon, con curiosidad.

— ¿Es que el presidente y el capitán se gustan? — le cuestiona, sin entender.

En ese momento la rubia sabe que Yoongi no tiene posibilidades de tener nada con ese muchacho y de que esa persona, sin conocerlos de nada se ha dado cuenta de lo que todo el instituto sabe, menos ellos dos.

Y le sonríe con pesar, para negar con la cabeza.

Converse high ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora