⌜Las Converse matan tus encantos, ¿no lo sabías?
Da igual, cuando quedes conmigo no lleves Converse
Es muy difícil hacer que te las quites⌟
⇝ Taehyung top
⇝ Yoongi bottom
Después de eso las indicaciones del profesor para Yoongi fueron descansar, comer algo con muchos nutrientes y pasar el resto del día sin someterse a ningún tipo de esfuerzo, solamente viendo cómo los demás se divertían sin que él pudiese y todo porque se había desmayado apenas una hora.
Siyeon le dijo que de la nada, estaba tirado en el suelo y que es la primera vez que veía a Taehyung cortársele la respiración de esas formas, que decidió mantener la tregua porque de verdad estaba preocupado.
Al menos el calor se ha ido y la suave brisa de la tarde le mece el cabello tanto como le refresca, haciéndole sonreír mientras lame su paleta de helado de mandarinas observando cómo Siyeon le patea la cara a Taehyung en un juego parecido al del twister, siempre siendo consciente de lo poco bien que se van a llevar ellos.
Su estómago se encoge de pensar que estos son los últimos momentos de poder observarle, de poder verle sin ser tener que justificarse, deleitarse con su bonita sonrisa geométrica mientras se da cuenta de que ha caído justo encima de Key sin poder remediarlo para pensar cuándo fue la última vez que se la dedicó a él.
Una sonrisa triste se forma en su rostro al recordarlo, quitándose con disimulo la lágrima traviesa que se ha escapado de su ojo; ese día Taehyung y él hacían seis meses de novios, al menos para su persona, cada día dormía en su casa, estudiaban juntos y cenaban allí, aunque siempre acababan siendo regañados porque la madre del castaño lo llamaba porque se había pasado de la hora, pero es que les era insoportable el solo hecho de separarse, aun siendo apenas unas horas desde que lo hicieran.
Al día siguiente Taehyung no pudo ir al instituto por temas de médicos y la última sonrisa geométrica que recuerda, fue la que le dedicó antes de irse a dormir, pues ese fue el último momento de romance que han tenido en tres años.
Se siente mal, horriblemente mal recordando a ese Taehyung pequeñito, de cabellos revueltos y carácter dulce, ese que él mismo amargó y estropeó por no preguntar, por dejarse llevar por esos celos insoportables y sale a correr hacia el baño, su estómago está revuelto, quiere vomitar con tantas ganas que podría hacerlo allí mismo.
Aunque apenas son unas cuantas arcadas, unas que se mezclan con los sollozos que quieren ahogarse en su garganta y no pueden dejar de salir.
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- Os tengo una mala noticia, alumnos — dice el profesor, mirándolos a todos — los noticieros nos han programado un tifón para mañana, por lo que nuestra última noche será esta, si en otra ocasión se puede hacer el campamento, procuraré que lo hagamos, no lo dudéis ni un segundo.
Se escuchan quejas, lamentos y algún que otro insulto hacia el profesor, pero Yoongi lo agradece, no se encuentra de especial buen humor desde que vomitó la tarde de antes para volver a acostarse y no levantarse hasta la mañana siguiente, sin tener ganas de estar absolutamente con nadie.
Siente sus dedos ser rozados y sube sus ojos, viendo cómo Taehyung disimula sus preocupaciones sin ningún tipo de éxito, y olvidándose de todo, entrelaza sus manos, andando hacia atrás, con disimulo.
El castaño se deja hacer hasta que están lo suficientemente lejos de todos los demás, ambos apoyados en la pared, sin soltarse.
- ¿Cuánto vomitaste ayer? — pregunta, serio.
- Otra cosa que odio de ti es lo bien que me conoces, realmente no lo soporto — dice, calmado y con una sonrisa de medio lado — fueron solo arcadas, no tienes que preocuparte de nada.
- ¿En qué pensabas para vomitar? H-Hacia mucho que no ocurría — le pregunta con cuidado, girando el rostro para encontrarse con sus felinos ojos — ¿Por qué preocuparme de esta forma? ¿Estás enfermo? Sé que tu padre está lejos y puedes mantenerte bien por ti mismo, pero no hace falta que pases las cosas solo.
- En qué pensaba ¿Eh? — pregunta de vuelta, con cansancio.
Es en ese momento cuando todo parece pararse para ellos, solo existen los dos, ningún alumno quejándose o profesor dando explicaciones absurdas, solo Kim Taehyung y Min Yoongi dejándose llevar por esos sentimientos que nunca querrán admitir.
- ¡Haremos una hoguera! — escuchan decir al profesor, tan alto que les obliga a prestarle atención — cada uno va a echar al fuego una pregunta, un deseo, algo que les tenga preocupados o que simplemente no se atreven a decir en voz alta, algo que querrías preguntarle a esa persona, pero no te atreves — el agarre en sus manos se refuerza, casi dolorosamente — solo tenéis un papel por alumno.
Yoongi piensa en ese momento que quiere decir tantas cosas que no tendría libro suficiente para escribirlo, de hecho, necesitaría un par de días para poner en orden sus pensamientos y que, aun así, no conseguiría hacerlo correctamente.
Taehyung, sin embargo, solo tiene una cosa clara para decir y no cree que sea capaz de escribirla en un papel, es algo que prefiere tener siempre para sí.
- Yoonie — dice, en un susurro.
El pelinegro se gira, siendo sorprendido cuando los labios de Taehyung se posan encima de los suyos, obligándole instantáneamente a cerrar los ojos y moverlos a su compás, posando su mano encima de la que le acaricia el rostro a él, pasando de todos sin que les importe nadie más que ellos.