⌜Las Converse matan tus encantos, ¿no lo sabías?
Da igual, cuando quedes conmigo no lleves Converse
Es muy difícil hacer que te las quites⌟
⇝ Taehyung top
⇝ Yoongi bottom
Al hacer mejor tiempo del esperado, el primer juego al que le dedican tiempo es nada más y nada menos que al del pañuelo, uno en el que la clase ha decidido que los dos rivales sean los capitanes mientras que Siyeon, es la que lo sujeta.
Aunque nadie está haciendo ningún caso al pitido del profesor, pues ambos chicos han decidido sacar sus cuerpos a pasear y claro, toda la atención está centrada en ver el bonito torso pálido, trabajado y definido del capitán del equipo, dejando ver ese pequeño tatuaje de una media luna mirando hacia la derecha, justo en su pectoral izquierdo, donde se sitúa el corazón.
La cosa es que el presidente del instituto no se queda atrás y el bonito, delgado y pulcro cuerpo de Taehyung parece relucir bajo la luz del sol, ambos mirándose en un intento de no desviar sus ojos a los tatuajes del contrario, aunque Yoongi se muera por ver de nuevo esas pequeñas estrellas que reinan en el pectoral del castaño.
¿Realmente nadie se da cuenta de que comparten tatuaje?; se pregunta Siyeon, que solo puede rodear los ojos cuando ambos se atan sus pañuelos, rojo y blanco, en la cabeza, subiendo el mentón con decisión.
- Bueno, empecemos — dice el profesor, demasiado aburrido — quiero juego limpio y nada de hacer trampas, solo tenéis que divertiros.
Eso sería lo normal si en las manos de ambos rivales no estuviera el poder de ser capaces de humillar al contrario, de poder dejar en ridículo a la persona que más odian delante de todos los demás.
Y así el juego comienza, el profesor va diciendo números al azar mientras que ve cómo los alumnos se intentan tirar unos a otros, cómo se vapulean o se pegan voces con tal de distraer a los rivales, todo eso a la vez que Taehyung y Yoongi se mantienen en silencio, observándose como si a su alrededor no pasase nada, casi manteniendo una conversación fluida por sus orbes.
Voy a ganar.
No, voy a ganar yo.
Eso parecen gritarse y es justo en el momento en el que el profesor dice el número que comparten ambos; un sonoro siete suena como si se tratase del grito que va a poner el final de una guerra que ha durado miles de años, justo en el momento en el que ambos pisan el suelo como un trampolín que los lleva directamente hacia el otro.
Taehyung es completamente consciente de que Yoongi al ser más pequeño y ágil puede escabullirse de él sin problemas, por ello el juego sucio al que le dice el profesor que no puede acudir, le parece la mejor idea.
Las manos de los dos se paran a escasos milímetros del pañuelo que Siyeon deja caer con aburrimiento, deseosa de que esto acabe ya, cuando el castaño se acerca al oído de Yoongi.
- Ríndete y vayámonos — ronronea, rozando sus labios contra su piel — no pasa nada porque el capitán pierda una vez, nadie te va a rechazar por eso — Yoongi rueda los ojos, aburrido — estás tan caliente, joder, con esa bandana en el pelo y tu cuerpo semi desnudo para mí.
- Que te jodan, Kim — dice este, girándose escasos centímetros para dejarle un fugaz beso, antes de coger el pañuelo con fuerza.
A Taehyung no le da tiempo casi a reaccionar cuando Yoongi se agacha y gira, saliendo a correr como si de un verdadero tigre se tratase lo que le persigue, queriendo reírse y disfrutar de este momento, casi puede ver la cara del castaño por eso.
Hasta que todo es completamente negro de repente.
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Le cuesta abrir los ojos con dificultad, demasiada en su opinión, pero lo consigue para encontrarse la mirada llorosa de Siyeon y la preocupada de Namjoon, ambos mirándole cómo si fuese un bicho raro.
- ¿Dónde estoy? — pregunta el pelinegro, algo mareado.
- Te desmayaste de repente, cosa que es muy rara de ti porque no suele pasarte — Siyeon se le tira al cuello, sollozando con fuerza — me h-has asustado m-mucho, i-incluso T-Taehyung—
- ¿He ganado? — pregunta, esperanzado.
- ¡¿Eso es lo que te importa?! Has estado una hora inconsciente, casi me matas a mí de un disgusto y no entiendes cómo se ha puesto Taehyung, le ha faltado morder al que se te acercarse — Siyeon se separa, entre la pena y la furia, sin tener muy claro a quién dedicarle sus sentimientos — cuando volvamos a Seúl te haremos exámenes, no puedes estar así y desmayarte de nuevo.
- ¿Te habías sentido regular antes? — pregunta Namjoon, en un intento de ser la voz de la razón.
- No — dice este, mirando a un lado y a otro; se muerde el labio, luchando porque de su boca salgan unas palabras que no está preparado para decir, aunque lo desee.
- El imbécil está esperando fuera a que nos vayamos, quería estar contigo a solas — Siyeon se levanta furiosa, tirando de la camiseta de Namjoon, que solo la sigue sin hablar — ni un juego de esfuerzo más para ti.
El pelinegro sonríe enternecido por la actitud de su amiga, preguntándose durante los segundos que dura la transición de uno y otros, qué le ocurre.
Aunque su corazón se para cuando los oscuros orbes de Taehyung le enfocan de forma directa, irradiando tanta preocupación que se le podría partir el alma en ese mismo momento, igual que cuando este le abraza y esconde el rostro en su cuello, incluso parece escucharlo dejar ir un pequeño sollozo.
- P-Por mucho que n-no te soporte — susurra Taehyung, apretándole contra sí — n-no me vuelvas a asustar de esa forma.
Tan temblorosas como dudosas, las manos de Yoongi pasan por detrás de la espalda de Taehyung, abrazándole de vuelta mientras siente tantas ganas de llorar como si hubiese hecho el peor de los males.