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Siempre fue maravilloso y a pesar del tiempo transcurrido, sigue siéndolo; la naturalidad con la que se mueven los labios del uno contra los del otro, cómo sus cuerpos se pegan hasta que su deseo es fundirse piel con piel, deshaciéndose de la ropa ante ese molesto sentimiento.

Los grandes ojos de Taehyung observan el precioso y delgado cuerpo de Yoongi, que le mira de la misma forma predadora que él; pero le es inevitable no tener un pequeño pinchazo en el pecho, cuando el castaño baja su rostro hacia el vientre contrario.

- Lo siento — susurra, rozando su piel — no estuve ahí para ti, ni para tu papá, pero prometo que a partir de ahora no lo dejaré ir más — el pálido pestañea rápido, acariciando los cabellos del contrario — gracias a ti tuvimos la oportunidad de estar juntos y pude vivir la etapa más feliz de mi vida, y, aunque ya no estés, quiero que sepas que te amo mucho aún.

Sus ojos suben a ver el rostro de su expareja, ahora mismo descompuesto por las palabras de Taehyung y este le sonríe, subiendo hacia él con diversión.

- Podemos hacer otro, Yoonie — ronronea, rozando ambas narices.

- No puedo tener más hijos, Taehyung — explica, pasando las manos por detrás de su cuello, disfrutando de su suave piel — se me dañó mucho el útero cuando perdí a nuestro bebé y no es recomendable que pueda tener otros, es perjudicial para mi integridad física y mental.

- Está bien — susurra, acariciando su mejilla — al final todo lo que he necesitado en esta vida no eres más que tú.

Su rostro se siente caliente cuando el castaño junta los labios de ambos, haciéndolo con lentitud y con tanta sinceridad que realmente se siente bastante abrumado por la cantidad de sensaciones que está sintiendo.

Jimin hace horas que quedó en el más absoluto olvido.

Las grandes manos del castaño recorren con tranquilidad y desesperación el cuerpo de ex mientras se besan sin prisa, queriendo recuperar todo el tiempo que jamás debieron haber perdido; los besos de Taehyung se cambian de sentido, paseándose por sus mejillas, su nariz, su frente, haciéndole suspirar a cada uno de los que deja.

- Si me dieran otra oportunidad — dice Yoongi, obteniendo un sonido afirmativo — jamás me habría ido, nunca te habría dejado, Taehyungie.

- A partir de ahora iremos donde vaya el otro, me niego a perderte de vista nunca más — le responde, bajando a su cuello — siempre he querido estar así, fui un gilipollas y te perdí por un orgullo que no necesitaba, cuando todo lo que amo es a ti.

Un jadeo en vez de una bonita palabra porque la mano de Taehyung se ha colado en ese sitio que tanto tiempo esperó para volver a poseer.

Es como si pasase por primera vez; en el momento en el que los largos dedos de Taehyung se dedican a acariciar con lentitud su clítoris, cada célula del cuerpo de Yoongi se activa como si nunca le hubiesen tocado.

El pelinegro deja ir jadeos sin control siendo atacado por tantos sitios que no tiene ni claro a cuál atender; tal vez a los dedos masturbándole, o a los labios del castaño succionando y mordisqueando su pezón derecho, quizá a la mano que acaricia su muslo sin descanso, simplemente a la presencia de Taehyung opacándolo todo de él.

Y se da cuenta de cuan calmado y respetuoso está siendo Taehyung recordando cómo cuando eran jóvenes, casi todos sus encuentros sexuales eran brutos, obscenos y sin ningún control, ahora mismo están haciendo el amor.

- Extrañaba tocarte, besarte, sentirte — comenta el castaño, subiendo sus besos al cuello contrario — ya te dije que jamás me cansaré.

- Q-Quiero hacerlo ya, Taetae — jadea, sintiendo como el dedo corazón se mete dentro de él mientras los otros dan mimos a su clítoris — d-deseo hacerlo como nunca, v-venga, déjate de juegos.

El castaño simplemente sonríe y asiente, separándose de su cuerpo para posicionarse de forma correcta; ambas piernas del pálido son retraídas hacia sus muslos y Taehyung se inclina, introduciéndose lentamente dentro del que es sin duda alguna el amor de su vida, aun sean los malos de la película.

La sensación es electrizante, simplemente perfecta para ambos que no dudan en fundirse en un apasionado beso a la vez que el castaño se comienza a mover.

Cada duda, cada miedo y mala sensación desaparece en el momento en el que están nuevamente unidos, sin nada que pueda separarlos de nuevo, porque ninguno de los dos va a soportar estar alejados el uno del otro.

Los brazos de Yoongi se pasan a través de su cuello, exactamente igual que hacen sus piernas en la cintura, atrapando a Taehyung como si se fuese a marchar a algún lado, cuando este no tiene ninguna intención de dejar escapar al amor de su vida ahora que ha vuelto a tenerlo consigo una vez más.

Esa noche lo hacen de todas las formas posibles, hasta que el sol está más que en su zenit, es sábado y el pálido no tiene que ir al bufete, de hecho, ninguno de los dos se mueve de la cama hasta que es la necesidad básica de comer lo que los hace trasladarse a la cocina.

Solo que en ese emplazamiento empieza una nueva ronda de besos, toqueteos y caricias mientras Yoongi cocina, que le hace sonreír.

- Extrañaba tanto tocarte mientras cocinas — ronronea Taehyung, metiendo la mano dentro de sus braguitas — ver cómo gimes y te mantienes sereno, cocinando tan perfecto como solo tú sabes hacerlo, eres maravilloso Yoonie.

- Yo extrañaba sentirme el rey que me siento cuando estoy a tu lado — responde, apartando la sartén del fuego.

Taehyung ve con soberano triunfo cómo Yoongi le separa de su cuerpo, poniéndose de rodillas para bajarle los pantalones cortos, relamiéndose cuando eso que lleva toda la noche penetrándole, aparece altivo ante sus ojos.

- Me parece que comeré dos veces — canturrea, abriendo la boca.

Converse high ❣ TaeGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora