Los pantalones en el suelo, una posición de la cabeza un tanto incómoda y un movimiento rítmico que no cesa desde hace un rato entre esos dos, que se devoran las bocas mutuamente mientras el castaño se hunde una y otra vez dentro de Yoongi, al que, doliéndole ya el cuello, se niega a dejar de ser besado por Taehyung.
Sus manos están enredadas en el cabello del más alto, sujetándose mientras le es imposible retener los gemidos incontrolables debido a una de las manos de Taehyung jugueteando con su clítoris y su polla meciéndose a la vez que va subiendo la velocidad, obligándole a separarse de sus labios, no sin antes dejar un pequeño mordisco en ellos, girándose y plantando sus manos encima del pupitre.
Un escalofrío recorre su espalda y sabe perfectamente lo que está pasando, por ello mira de reojo al castaño, que ha bajado de forma drástica el ritmo.
Los ojos de Taehyung recorren su cuerpo desnudo, desde la nuca, bajando por la espalda hasta llegar a su trasero, recreándose en el movimiento de su polla entrando y saliendo de su interior, mirándole con tal deseo que, en más de una ocasión, le ha hecho correrse solo por eso.
— Deja de mirarme y vamos, nos quedamos sin tiempo — gruñe el pelinegro, moviéndose él lentamente.
— No te miro a ti — bufa, llevando sus dos manos a las caderas.
El pelinegro rueda los ojos un segundo antes de ser fuertemente embestido, sintiendo cada dedo clavándose en su piel, gruñendo mentalmente por qué está cansado de siempre ir con las manos de Taehyung marcadas en su fina y pálida dermis; las manos en el pupitre intentan agarrarse sin poder conseguirlo de forma correcta, sintiendo que los ojos se le llenan de lágrimas, que ese cosquilleo al que está más que acostumbrado quiere llenarle por completo.
— Acaba, Yoongi — le ordena Taehyung, con una voz tan grave y profunda que parecería salida del mismo inframundo.
Es otro momento en el que piensa en cuánto le odia, porque realmente detesta la facilidad que tiene la voz de Taehyung para llevarle al cielo más alto, derrochando dominancia y elegancia solo propia de él, obligándole sin poder remediarlo a que ese torrente de éxtasis le explote completamente.
Y el castaño ve y siente alrededor de su polla como las paredes vaginales del pálido se cierran, cómo su cuerpo tiembla y ese gemido estupendamente sensual le es regalado una vez más, haciéndole apretarse contra su interior para correrse casi a su vez.
El pálido pestañea rápido, sintiéndose aun más sensible al sentir la esencia de Taehyung salir, odiando profundamente lo mucho que lo desea, lo demasiado bien que lo conoce y en especial, las ganas que tiene de que ahora lo mime, lo cuide y lo acaricie como le apetece después del sexo.
Pero solo puede ver de nuevo cómo la corrida cae de su interior conforme el castaño se sale, haciéndole encoger de hombros y acercar su mano a la mochila, en busca de toallitas.
— Dame — dice el castaño, arrebatándoselas de la mano.
Yoongi observa en silencio cómo Taehyung obtiene una de ellas y lleva su mano de nuevo a su entrepierna, limpiando con cuidado y asegurándose de que nada quede ahí, para seguir por sus braguitas, las cuales se las sube con una lentitud tortuosa, aunque luego le remata al obtener sus pantalones y cubrirle las piernas poco a poco mientras le mira a los ojos de forma directa.
Y les es imposible fundirse de nuevo, abrazándose al contrario conforme lo hacen, pegándose como si nada más importase que comerse la boca en ese momento.
Separándose segundos después para volver a mirarse con el mismo asco y odio con el que acostumbran, cada uno terminando de ponerse la parte de arriba de sus prendas, acabando momentos antes de que el timbre vuelva a sonar, dándoles vía libre para marcharse cada uno por su lado.
— Vete, ya limpio esto yo — dice el pálido, aprovechando su toallita para limpiar los restos que han caído al suelo.
— Yoongi — inicia Taehyung, obteniendo una mirada de este — ¿Cómo te fue en la revisión con la ginecóloga?
— Dice que está todo bien — le explica, terminando su tarea — las pastillas no me han alterado nada y no me has pegado ninguna enfermedad de transmisión sexual, así que todo estupendamente.
— ¿Por qué te la tendría que haber pegado yo? Ni que solo follases conmigo — gruñe, sintiéndose verdaderamente molesto.
— Es cierto, follo con más hombres y con más mujeres — asiente, recogiendo su mochila, con pasividad — pero solo lo hago sin protección contigo, estoy más que acostumbrado a que lo hagamos así — el castaño le sostiene la mirada, en silencio — aun así, no me voy a quedar preñado, relájate.
El castaño abre la boca para hablar, pero se retracta, cerrándola a los segundos antes de decir algo que le haría perder toda su facha de frio, malote y distante.
— Adiós, imbécil — se despide Yoongi, marchándose de la clase con la mochila en el hombro.
Y el castaño suspira de forma pesada, dándose cuenta por enésima vez de lo muy bien que se entienden mientras todo es sexo, besos y caricias, pero repugnándose mutuamente cuando se trata de hablar como personas normales.
— Yo te odio mucho más, payaso — gruñe, recogiendo sus cosas para salir al pasillo, andando hacia el aula donde se reúne el consejo escolar.
De camino, ignora cómo Yoongi se entrelaza las manos con Siyeon y le sonríe con esa hermosa sonrisa en la que enseña sus dientes pequeños y sus encías rosadas, esa misma que le hace tener unas mejillas regordetas que quieres morder, esa que le llamó la atención hace tanto tiempo.
Y que hace más de tres años que no ha vuelto a serle dedicada.
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Converse high ❣ TaeGi
Fanfic⌜Las Converse matan tus encantos, ¿no lo sabías? Da igual, cuando quedes conmigo no lleves Converse Es muy difícil hacer que te las quites⌟ ⇝ Taehyung top ⇝ Yoongi bottom