— Esto no es justo. —se quejó HyunJin con un puchero en los labios y ojos de cachorro abandonado— Me estás humillando.
— Debe ser más rápido, no podrás robar el balón si el otro oponente es más veloz que tú.
— ¡Ten algo de piedad!
SeungMin suspiro. A veces creía que era demasiado débil ante ese mocoso.
— Bien, hagamos esto: por cada vez que me quites el balón tendrás una recompensa.
— ¿La que quiera? —sus ojos brillaron con ilusión infantil.
— Si, la que sea, pero debes quitármelo sin trampas.
— Juego limpio. Entendido.
Aquel día era viernes y se encontraban nuevamente en el patio de SeungMin practicando el robo del balón. HyunJin siendo aún un principiante en el basketball estaba fallando colosalmente en la misión, pero tampoco podíamos culparlo pues no era verdaderamente consiente de la diferencia entre SeungMin y él hasta que le tocó competir contra el mayor. Su fuerza, movimientos y velocidad era totalmente diferentes a la suya, incluso llegaba a pensar que su misión en la vida era ser humillado por Kim SeungMin.
— Ni siquiera debes anotar, solo quítame el balón. —repitió SeungMin después del tercer intento fallido.
— Para ti es muy fácil decirlo.
— ¿Quieres hacerlo distinto? —preguntó, demasiado paciente con la negatividad del menor— Puedo intentar quitártelo yo, es una forma de entrenar tu defensa.
— Bien, tratemos así. —recibió el balón y comenzó a botarlo, pero en menos de un minuto la pelota ya estaba en las manos del contrario— ¡Me rindo!
— ¿No eras tú el que lloriqueaba que jamás se rendiría?
— No puedo competir contra ti, es imposible.
— Vamos, solo debes analizar y comprender la situación; muchas veces incluso la adrenalina y el calor del juego te hacen actuar por mero impulso.
— No puedo, Minnie. —aseguró con un puchero, sentándose en el escalón de la puerta que separaba el resto de la casa con el patio.
SeungMin rascó su nuca; nunca fue bueno tratando con personas tristes o desanimadas y jamás pensó ver esa actitud en él siempre sonriente niño peliazul. Conocía bien él sentimientos de sentirse insuficiente e inútil; muchas veces aun siendo el capitán del mejor equipo en su escuela y tener las mejores notas de su salón seguía sintiendo que no era suficiente. Había sufrido de acoso escolar por muchos años y había experimentado la soledad en su más cruel forma de primera mano, así que lo último que quería era que aquel niño de sonrisa brillante se sintiera tan solo e inútil como él llegó a sentirse.
Igual eso no lo hacía mejor con las personas tristes, en ese aspecto seguía siendo un asco; de hecho, no sabía ni siquiera como acercarse a HyunJin en ese momento. Así que...
— ¿Quieres ir por un helado?
No sabe si considerarlo una cita. No quiere dejar que su tonto corazón se ilusione y su mente comience a hacer escenarios imaginarios y absurdos que jamás pasarían. ¡Pero no pueden culparlo!
Tiene a Kim SeungMin, su primer crush real, a unos metros de él mirando todos los sabores de helados en el local e intentando decidirse por uno, mientras él mantiene en su mano derecha su cono con helado de algodón de azúcar y su mirada pegada al atractivo chico. ¡Cualquiera que los viera podría tomarlo como una cita! ¡El mismo quería tomarlo como una cita!
— ¿No te gusto el sabor? ¿Quieres pedir otro?
— ¿Eh? —sacudió la cabeza intentando deshacerse de cualquier otro pensamiento y centrando su atención en el chico que ahora se encontraba frente a él (¿Cuándo había llegado? No lo sabe)— El helado está perfecto, descuida.
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¡Hey, capitán! - ksm & hhj
FanfictionSi un defecto tenía Hwang HyunJin era el no poder negarse ante una apuesta, si alguien lo retaba, él aceptaría. ¿Pero qué estaba pensando al aceptar una apuesta contra el capitán del equipo de basketball? Ahora solo tiene dos opciones: ser un cobard...