3. ¡Hey, capitán!

333 48 3
                                    

— ¿Tus padres no te llevan a la escuela?

— Solo los martes, cuando mi papá Chris no tiene clases a primera hora.

— ¿Les llamas por sus nombres?

— Bueno, al tener dos padres es necesario distinguirlos ¿no?

— Si, supongo. Yo supe que mi mamá no se llamaba "mamá" hasta los once años, cuando sospeché que era muy raro que todas las madres se llamaran mamá.

— Yo nunca tuve una mamá, pero tampoco podía llamar a mis padres como "papá 1" y "papá 2", por eso estoy acostumbrado a llamarlos por sus nombres.

— Eso es genial.

Aquella mañana, con la mochila en el hombro y el uniforme de la escuela puesto, al abrir la puerta se había encontrado con un sonriente peliazul esperándolo frente a su casa. HyunJin había insistido en caminar juntos hasta el punto en que sus caminos se separaban y debían de tomar la dirección contraria al otro para llegar a sus respectivas escuelas; una petición un tanto rara pues, aun siendo vecinos durante años, nunca habían hecho algo como aquello. Sin embargo, a SeungMin no le importó y aceptó; lo que no tenía previsto era lo parlanchín que podía llegar a ser el peliazul aún por la mañana. ¿Acaso tenía una fuente de energía inagotable o algo parecido?

Da igual, en lo que llevaban del camino HyunJin no había dejado de conversar sobre cosas triviales hasta llegar al punto de preguntar sobre sus padres, y a decir verdad había sido una plática bastante cómoda pues la mayoría de personas que preguntaban sobre su familia lo hacían con el morbo de encontrar algún defecto en aquel sistema de dos hombres con un hijo, sin embargo, el peliazul parecía más interesado en cómo se dirigía hacia sus padres o como era su relación con ellos que en sí ambos eran hombres o el hecho de que él mismo fuera adoptado. Eso le agradaba. La forma en que funcionaba la mente de HyunJin le agradaba.

Cuando llegaron al final de la calle, donde había dos caminos en direcciones contrarias y cada uno debía de tomar uno, se despidieron brevemente, con la promesa de parte de Hwang de ir a su casa al llegar del colegio. El resto de camino fue rápido, en menos de quince minutos ya se encontraba frente a la gran puerta de su colegio, con miles de alumnos con uniformes negros y rojo entrando y saliendo. Caminó a su salón, ignorando cualquier otra distracción y pensando únicamente en lo bien que lucía el clima aquella mañana.

No tenía muchos amigos, no era un chico muy sociable y aun siendo el capitán del mejor equipo en la escuela sus interacciones sociales eran casi nulas; el hecho de sufrir un constante acoso en sus anteriores escuelas lo habían hecho alguien reservado, sin afán de buscar amistad ni lazos afectivos. Se llevaba bien con su equipo, de hecho, podría considerarlos algo así como "más que conocidos" pero no sabía si podía llegar al nivel de amigos.

Igual no se preocupaba, ya contaba con un mejor amigo que seguro se enfadaría mucho si lo remplazaba.El tema de las amistades jamás le molesto. No le molestaba estar solo, podía decir incluso que se sentía más cómodo así; pero eso no evitaba que algo se removiera en su interior al ver todos esos grupos felices de amigos pasear por los pasillos.

— Agh, ¿por qué estoy pensando en esto ahora? —murmuró con fastidio vislumbrando su salón a lo lejos. Por ahora debería concentrarse en sus clases, ya después tendría tiempo para torturarse con sus pensamientos.

— Lo primero que debes saber es que no puedes dar más de tres pasos con el balón en la mano, eso se considera una falta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Lo primero que debes saber es que no puedes dar más de tres pasos con el balón en la mano, eso se considera una falta.

— ¿Así que lo tengo que botar mientras camino?

— Por supuesto.

HyunJin hizo una mueca; no parecía nada complicado, pero conociendo su suerte terminaría con el balón golpeándolo en alguna parte del cuerpo. SeungMin a unos metros de él lo alentó a intentarlo y aún dudoso comenzó a rebotar el balón y regresar el golpe con su palma. Al parecer no era tan difícil. Claro, hasta que la pelota chocó con su pie y salió disparada a otra dirección.

— ¡Ni siquiera me estaba moviendo! —se quejó.

— Es porque no sabes controlar el balón.

— ¡Es un balón, no un perro!

SeungMin le lanzó otra pelota que por suerte no se estrelló contra su rostro. Empezaba a creer que el basketball lo odiaba.

— No golpees con la palma, usa las yemas de los dedos y ahueca un poco la mano. Así, observa.

Y HyunJin nunca admitiría que se sintió gravemente humillado cuando con toda la facilidad y rapidez del mundo, SeungMin rebotó de un lado a otro el balón. Ahora entendía en verdad la diferencia abismal entre sus niveles.

— Inténtalo, debes al menos saber lo básico del rebote antes de intentar los otros tipos.

— ¿Hay diferentes tipos?

— Claro que sí. Lateral, de velocidad, con dos manos. —enumeró algunos. HyunJin en serio comenzaba a replantearse sus decisiones de vida.

— Más lento, capitán, yo no hablo basketbolesco.

SeungMin rodó los ojos, dejó su balón en el piso y se acercó al menor. De pronto, con el pelivioleta a solo un par de centímetros de distancia, HyunJin se sintió mareado. ¿Como carajos jamás había notado lo alto que era SeungMin? ¿Y por qué demonios se veía tan jodidamente bien con esa ropa deportiva?

— Deja de tenerle miedo al proceso y céntrate en el resultado. Si no lo intentas nunca podrás lograrlo.

Y no sabe si lo que causó el cortocircuito en su cerebro fueron las palabras del mayor o la mano más grande tomando la suya. Dios, sentía que se desmayaría en cualquier momento.

— Tú mano no debe de estar muy rígida, dobla un poco los dedos. —indicó, mientras con su propia mano tomaba los delgados dígitos ajenos— Tienes las manos pequeñas. —dijo; tal vez en forma de burla o como una observación, da igual, HyunJin no tuvo tiempo de procesarlo por estar demasiado ocupado muriendo internamente a la hora que SeungMin extendió su mano frente a la suya, dejando ambas palmas juntas y exponiendo la clara diferencia de tamaño. Si aún seguía vivo era por el único capricho de no querer arruinar ese precioso momento con su patética muerte; nada más.

— Tampoco golpees con tanta fuerza, te terminarás lastimando y el balón saldrá disparado en otra dirección. —prosiguió, soltando suavemente la mano e ignorando el desastre de chico que había dejado frente a el— Por ahora inténtalo viendo el balón y usando tu mano más habilidosa, después nos encargaremos de la velocidad, la visión y el cambio ¿De acuerdo?... ¿HyunJin?... ¿HyunJin? — Tomó los hombros del chico y lo agitó un par de veces. Cuando él reaccionó levantó el dedo índice, en una petición silenciosa de que le diera un minuto — ¿Estas bien?

— Si... acabo de tener tres mini infartos consecutivos, pero sí.

— ¿Eh?

A SeungMin le agradaba la forma en que HyunJin pensaba, le agradaba que no fuera como el resto y tuviera una energía única, sin embargo, también lo confundía, le confundía la velocidad a la que iba el menor y le confundía no poder alcanzarlo para entenderlo; justo como en este momento, donde el chico frente a él sonreía tontamente mientras veía un punto muerto en la cerca. En serio comenzaba a replantearse sus decisiones de vida.

¡Hey, capitán! - ksm & hhjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora