8. ¡Hey, capitán!

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— Pensé que tardaríamos más. —comentó HyunJin cuando caminaban de regreso a la casa de SeungMin.

— Usualmente convencer a Changbin de seguir con el partido sería más tardado, pero tu intervención ayudó.

— El me agrada mucho. —confesó— Nunca pensé que Wooyoung le haría algo como eso.

— Las relaciones son complicadas y requieren esfuerzo por ambas partes, creo que él no lo entendió. — HyunJin asintió. Con la nariz y mejillas ocultas dentro de la bufanda, SeungMin no podía evitar pensar que el mayor se veía más pequeño— Por cierto, lamento lo que insinuó Changbin.

— ¿Eh? ¿Qué insinuó?

— Realmente eres un despistado.

— Lo soy muchas veces. —admitió encogiéndose de hombros— Pero enserio, ¿qué insinuó?

— Pues... —sus mejillas se tiñeron levemente ante la idea de decirlo en voz alta, pero la mirada del mayor esperando una respuesta le obligaba a seguir hablando— Ya sabes... que tú y yo salíamos.

— ¿Salir? Pero si solo salimos al parque, y ayer fuimos por un helado, y en las mañanas caminamos juntos a la escuela, y la otra vez-

— Salir en forma romántica, HyunJin. Él pensó que éramos novios.

— ¿Novi-? Oh... eso... —el menor se encogió más en la bufanda intentando inútilmente esconder el rosado que ahora pintaba su rostro.

SeungMin se arrepintió por haberlo mencionado. — No quiero causar problemas entre tu pareja y tu así que le aclararé a Changbin que-

— No tengo pareja. —interrumpió, aún con las mejillas sonrojadas y la voz tímida— Todas mis relaciones están destinadas al fracaso.

Y como si tuvieran vida propia, las palabras salieron de la boca de SeungMin sin que pudiera evitarlo. — Lastima.

— Si, lo sé, es patético.

— Me refería a los idiotas que no supieron mantenerte en sus vidas. Ellos me dan lastima.

HyunJIn no contestó; no porque no tuviera nada que decir, sino porque estaba seguro de que sus palabras no se podrían oír sobre el ruido de su acelerado corazón palpitando a mil por hora. Solo Kim SeungMin lograba confundirlo de esa manera.

— Volvamos a casa y practiquemos el robo de balón. —sugirió, caminando con normalidad e ignorando el desastre que había causado en el pecho del mayor.

 —sugirió, caminando con normalidad e ignorando el desastre que había causado en el pecho del mayor

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— Debes convertirte en una sombra; perseguir el balón y en el momento menos esperado robarlo.

— Es muy fácil decirlo.

— Y es difícil hacerlo, pero lo lograrás.

— Fracasé veintiocho veces —le recordó, viendo la pizarra donde había decidido anotar los puntos de cada uno.

¡Hey, capitán! - ksm & hhjDonde viven las historias. Descúbrelo ahora