HyunJin nunca fue gran fan del basketball, de hecho, antes de aceptar la apuesta y entrenar con SeungMin sus conocimientos sobre el deporte eran demasiado básicos. Nunca tuvo un equipo favorito ni le interesó asistir a ningún partido, aunque recuerda haber asistido a uno cuando era pequeño junto a sus padres y a Hyun, también haber ido a un par en el colegio, aunque en esas ocasiones estaba más concentrado en arrojarle bolitas de papel a Han junto a Lia que en los jugadores en la cancha; sin embargo, aún cuando un mes atrás hubiera declinado la oferta de ir a un partido de baloncesto entre dos escuelas rivales ahora se encontraba más que sumergido en cada movimiento que hacían los chicos para meter el balón dentro del aro.
Jeongin a su lado también se mostraba nervioso cuando el balón pasaba a manos del rival amarillo y festejaba junto al resto del público cuando una canasta era anotada por el equipo rojo.
Jeongin...
Ahora que lo recordaba el de ojos grises había estado actuando extraño.
Pero realmente, realmente, extraño.
Minutos atrás cuando el silbato sonó SeungMin tuvo que irse a reunir con su equipo y entrenador mientras él esperaba a que Jeongin lo encontrara para no perderse entre el montón de personas en el gimnasio, sin embargo, cuando el chico lo encontró y lo guió hacia sus lugares en las gradas, el partido estaba a punto de comenzar y les fue imposible intercambiar más que un par de palabras antes de que ambos equipos ocuparan la cancha.
El chico se mostraba más callado y a la vez más agitando, una rara combinación que solo funcionaba en Yang Jeongin. Era como si hubiera una tormenta dentro de una botella de vidrio, por dentro hay un desastre pero por fuera el vidrio se mantiene inmune.
HyunJin no sabe como describirlo, pero el sentimiento lograba inquietarlo.
Debería de hablar con él lo antes posible.
- Dios, cargador portátil, emociónate un poco, parece que las baterías se te agotaron. -le reclamo.
- Cállate, estoy pensando.
- Vienes ha apoyar a tu novio, no a pensar, además, si esfuerzas mucho tu cerebro comenzará a echar humo y asustaras a la gente.
HyunJin pensó en los mil insultos que le podría responder, pero antes de poder abrir la boca SeungMin en la cancha recibió el balón y la mitad del estadio celebró mientras la pelota anaranjada viajaba de mano en mano hasta quedar frente al aro.
- ¡Anota Yunho!
- ¡Vamos chicos!
El tiro falló y el balón cayó en manos de un jugador con uniforme verde.
Ambos chicos se dejaron caer en las sillas suspirando.
- Ganaremos. -afirmó Yang, con una mueca de desagrado al ver como los del equipo contrario se acercaban cada vez más al aro.
- Ni siquiera estudias aquí.
- Tú tampoco.
- Lo sé... pero ganaremos.
- Por supuesto que si.
Sus vistas volvieron a la cancha, siguiendo con atención el balón y buscando con la mirada la melena índigo que viajaba de una punta a otra en perfecta armonía con el resto del equipo.
Hyunjin sintió una mirada sobre él, de hecho, desde que había puesto los pies en ese gimnasio se había sentido amenazado por millones de miradas.
- Ignórala.
- ¿Eh?
- La tipa de allá atrás te está viendo desde hace horas, es molesto pero ignórala.
- Sabía que eras una bruja. -murmuró HyunJin, girándose y topándose con la mirada azulada de una chica castaña.
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¡Hey, capitán! - ksm & hhj
FanfictionSi un defecto tenía Hwang HyunJin era el no poder negarse ante una apuesta, si alguien lo retaba, él aceptaría. ¿Pero qué estaba pensando al aceptar una apuesta contra el capitán del equipo de basketball? Ahora solo tiene dos opciones: ser un cobard...