Nota: Mantengo la inexactitud histórica, mientras la verdadera guerra duró 6 años, aquí duró más o menos la mitad, técnicamente este es un universo completamente alternativo a la realidad.
Advertencia: Mención de sangre y genocidio.
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El olor a pólvora y sangre en el aire solo lograban enfermarlo .
Supo desde un principio que el idiota de su líder los llevaría a la ruina, pero no esperaba que lo hiciera de esta manera tan horrible.
Su huella en la historia estaría manchada de sangre para siempre, un genocidio completo por ideales prejuiciosos y estúpidos, todo disfrazado de ideas progresistas. Reich no podía hacer más que lamentarse de su situación. Oculto como una rata en medio del bosque, todo para que su hijo pudiera sobrevivir.
No tenía idea de dónde habían acabado sus superiores, si habían escapado como viles cobardes, o habían enfrentado sus horribles actos. Poco le importaba ya; su única prioridad era mantener al niño con vida, pero se le dificultaba mucho con su constante deterioro.
Después de haber capturado a Polonia, siguieron otros países. Los veía llegar como prisioneros políticos bajo su cuidado, y después de las primeras semanas, simplemente los llevaban a distintos lugares para "trabajar". Lo que realmente ocurría allí escapaba a su conocimiento; sólo sabía que no podía ser bueno.
Los días y semanas pasaron bajo la incertidumbre de lo que vendría después. Su líder hacía creer que de alguna forma eran invencibles, pero como nación, sabía que no lo eran. Su cuerpo se debilitaba cada día más; no podía hacer mucho esfuerzo sin empezar a toser, incluso llegaba a sentir que sus pulmones se quemaban con el aire que respiraba. Simplemente empezó a sufrir. Y cuando el resto de las naciones entraron en acción bombardeando y atacando sus tierras, todo comenzó.
Como predijeron sus aliados, su pacto con la URSS quedó irremediablemente roto. Recuerda haberse lamentado mucho ese día; aquello sucedió contra todos sus deseos, y terminó pagando por ello. No podía culpar a su (ex) amigo ruso; él también era una nación y debía defender a su gente de una inminente amenaza, que para desgracia de ambos, en ese momento era la nación alemana. Eso no quitaba que se sintiera tremendamente herido cuando veía la mirada de desprecio en los ojos del soviético; no era culpa suya las decisiones que tomaban los humanos.
Después de eso, simplemente empeoró más. Su estado de ánimo estaba casi tan destruido como su propio cuerpo. Reich se había cansado de ver moretones y marcas de quemaduras en su piel todos los días, y su mente se sentía igual de dolida. Aún así, reunió la convicción necesaria para intentar que su pequeño hijo sobreviviera al menos.
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Siempre se consideró un hombre frío, que mantenía sus sentimientos fuera de su trabajo, que prefería evitar relacionarse con otros países u otros seres humanos. Eso no evitó que el (ex) aliado alemán le tomara cariño. Estaba acostumbrado a ser temido por los demás, acostumbrado a que el resto lo mirara con odio, miedo o desconfianza. Cuando los ojos del alemán lo vieron con admiración y confianza, dejó caer sus barreras ante él. Ahora estaba más claro que Reich realmente no lo apreciaba de esa manera si lo había traicionado, y aunque no solían culparse los unos a los otros por las decisiones humanas, no podía creer que él no supiera absolutamente nada de lo que planeaba hacer su jefe. Al menos una advertencia habría sido suficiente para mantener su confianza relativamente intacta.
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Secreto (Nazunist/Resubido/Reescribiendo)
FanfictionDesde un inicio siempre fué así, guardaron recelosamente cualquier información que los humanos pudieran obtener para usar en su contra, enseñando a los más jóvenes a ser desconfiados de humanos y naciones a partes iguales, después de todo, uno no si...