-VIII-

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Third estaba muy confundido.

No lo malinterpreten, estaba agradecido de seguir con vida, su situación no era la mejor y, el simple hecho de que nadie lo estuviese torturando para sacarle información era algo que agradecía encarecidamente. Pero poco disipaba su confusión.

No iba a engañarse, claramente URSS seguía furioso con él. A pesar de que el ruso había estado cuidándolo, llevándole comida y agua, además de sanar sus heridas y cuidar que no se infecten, sería absurdo e ingenuo creer que URSS seguía siendo el mismo de antes.

El ruso no era una persona que pudiese catalogarse como empalagosa, o alguien que demostrase su cariño en exceso, pero tampoco era apático, no con él al menos.

Entonces su actitud actual, aunque justificada, era demasiado difícil de procesar. No estaba para nada acostumbrado a las miradas dolidas o el contacto totalmente frío que el otro le proporcionaba. No esperaba que el otro lo sostuviera en sus brazos, tendría que ser demasiado cínico para eso, pero la incomodidad era demasiado densa para poder soportarlo cada que URSS venía a esa habitación.

Y hablando de estar encerrado en ese extraño cuarto, no es que estuviese exactamente encerrado, en la segunda visita de URSS a ese cuarto le dijo que podría salir hacia algunas áreas cuando mejorase, y que hasta mientras, si necesitaba algo se lo dijera para poder ayudarlo si era necesario.

Un par de veces el ruso lo había llevado a una especie de jardín interior, dijo que no consideraba bueno dejarlo todo el tiempo en ese cuarto, y que ese lugar era lo suficientemente privado para que nadie lo viese. 
No sabía quienes pudiesen ser esas personas de las que URSS quería ocultarlo, era aterrador estar a ciegas pero trataba de tranquilizarse pensando que si URSS lo quisiese muerto no estaría aún con vida.

A menos que hubiese un plan más grande por detrás.

Era una opción válida, como también podría ser su paranoia saliendo a relucir por el estrés de todo lo acontecido.
Podía enumerar las cosas que en ese momento le preocupaban, pero siempre aparecían más. Estaba preocupado por su hijo, no sabía si sería prudente mencionarle a URSS acerca del niño. También le estresaba lo que pasaría con su país, o qué pasaría con sus aliados, porque a pesar de la "traición" de Italia, podía entender hasta algún punto lo que había sucedido con su ex-aliado, pero quien más le preocupaba era el japonés.
Además de todo lo anterior, su creciente tensión con el ruso lo ponía ansioso de muchas formas. En algún punto, empezó a ver a URSS como alguien en quien confiar, alguien en quien buscar consuelo o hasta algún lado de protección emocional en los momentos difíciles. Ahora con lo sucedido, se sentía perdido al respecto, como si hubiese perdido algo tan valioso que lo llenaba de rabia y tristeza en igual medida.

En palabras más simples, estaba en un estado constante de culpabilidad y pena. Todo lo que aconteció resultó en un gran choque para él, lo que era absurdo en sí mismo, teniendo en cuenta que era la representación viviente de un territorio, debería haber sido capaz de prevenir o frenar muchos de los acontecimientos.

Ahora estaba completamente solo, la única persona más cercana de quien hubiese buscado consuelo lo odiaba, y muy probablemente no viviría mucho más para seguir lamentando toda su patética existencia.
Su mente le traía malos pensamientos constantemente, desde cómo era un amigo y aliado terrible, hasta pensamientos de culpa por no haber sido capaz de proteger a su único hijo.

Al paso que iba, no podría siquiera saber si su pequeño hijo estaba bien.

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Por otro lado, URSS se encontraba en un dilema.

Tener dignidad y no perdonar lo sucedido, además de que en el momento que fuera posible, alejarse completamente de Third. O, hacer lo que su imprudente corazón le decía, perdonar y olvidar lo sucedido, además de proteger como pudiese la vida de su amigo y la de su hijo.

Secreto (Nazunist/Resubido/Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora