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ADVERTENCIA: Este capítulo tiene mención de los campos de exterminio y en general crueldad humana. Traté de que fuese lo más respetuoso posible teniendo en cuenta el tipo de fanfic que es.

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URSS tenía casi todo listo, un plan, una coartada, un lugar al que llegar, y un plan de respaldo por si algo llegaba a salir mal, pero faltaba la parte más importante, avisarle a Reich.

Admitía que tal vez eso debió ser lo primero que debía haber hecho, pero teniendo en cuenta que no había estado hablando con Third, prefirió dejarlo para el final. Aunque seguía sin sentirse listo para verlo, y menos para hablar con él.

Caminó demasiado lento hasta la habitación en la que había dejado a Reich todos esos días. Porque había tratado de mejorar un poco el lugar mientras el alemán se quedara, agregando cosas como una lámpara de aceite y mantas que no estuviesen sucias y destrozadas.

Realmente esa casa estaba prácticamente abandonada como para no tener siquiera una habitación decente, porque todas las habitaciones de esa gran casa estaban prácticamente destruidas y eran un peligro para la integridad de cualquier ser vivo. Tal vez, y solo tal vez pensaría en arreglarla después, cuando todo esto llegara a su fin.

Dejando sus contemplaciones y planes futuros, planeó muy bien que palabras usaría al día siguiente, pues ya era muy entrada la noche y realmente quería descansar un poco antes de enfrentarse a Third.

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Third tenía problemas para dormir desde que era un niño. Siempre había sido víctima recurrente de las pesadillas, y con la actual situación de su país, parecía empeorar en gran medida.
Las pocas veces que alcanzaba a dormir, terminaba despertando por imágenes y sonidos confusos, la mayoría de veces no recordaba que era, pero estaba seguro de que se relacionaba a la guerra y todo lo acontecido en su país y con su gente.

Antes de que tuviera que esconderse, cuando aún sus superiores creían que había alguna forma de reponerse, lo obligaron a ir a uno de esos "campos de detención". Salió más que horrorizado del lugar.

Probablemente su subconsciente siempre supo que algo como eso estaba pasando, las heridas y las quemaduras no aparecieron por arte de magia, eran un reflejo de todo lo que le sucedía a su gente, aunque se hubiese querido engañar pensando que era algo normal en una situación de guerra que la representación viva de la nación apareciera con daño físico.

Había sido completamente cobarde, tan cegado de que ningún ser humano podría ser capaz de hacer tales atrocidades a sus semejantes. Estaba claro que era completamente posible.

Ahora todo el peso de la situación lo atormentaba. Si no era la constante preocupación por cómo estaría su hijo, o su creciente tensión con URSS, las imágenes aleatorias de lo sucedido en esos lugares invadían su mente.
Eso quería decir que el resto de la gente también ya lo sabía, que también lo habían visto, sinó, no podría encontrar una explicación para que imágenes como las que lo acechaban en sus sueños aparecieran sin que él las.hibiese visto previamente.

Porque sí, lo llevaron a uno de esos centros, pero no conocía los demás ni había visto que atrocidades más cometían en los otros lugares.

Desde entonces, había estado peleando contra el cansancio y el sueño, no deseando ver de nuevo todo lo que su gente había sufrido, cómo muchos habían sido obligados a dejar sus hogares por la fuerza, cómo mucho perdieron a su familia en esos horrendos lugares y, lo que más odiaba, todas la imágenes o conocimiento relacionado a los niños.

Secreto (Nazunist/Resubido/Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora