capitulo 7

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Si después llego un tipo; capaz y era su pareja o algo así, en lo que la ayudo aproveche a salir y cuando salí hacia afuera del salón había un policía tirado en el suelo y me escondi detrás de la pared para escuchar.

— aguanta, ya viene la ambulancia— dijo el jefe de policía apretando la herida.
— ¿esta muy mal?
— ¿quien le disparo?— grito el jefe— quiero saber todo.

Salí corriendo como pude de ahí, ahora si la banda y yo estábamos en problemas serios, si lograban identificar a todos nosotros.

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Había un oficial que se acerco a mamá porque era la organizadora del evento a hacerle unas preguntas y la pobre estaba tan nerviosa.

— amor, tu tranquila que yo me ocupo de tus padres— me dio un beso en la frente Rodrigo y se acerco a papá y mamá.
— bueno el salvador— dijo riendo Daniel.

Yo solo sostenía mi mano con una servilleta, que me había cortado con pequeños vidrios.

— deberías ir al médico Martina— Daniel miraba preocupado mi herida.
— no te preocupes yo se como parar la sangre— suspire— no entiendo que pasó ¿nunca pasó algo asi? Yo solo estaba parada ahí hablando con sebastian.
— ah estaba ese tipo aquí— me miro ironico.
— ay algo que no te conté, sebastian estaba en la cárcel cuando yo trabajaba ahí
— lo se, soy abogado ¿recuerdas? — las cárcel son mi trabajos.
— ¿tu crees que el haya tenido algo que ver en esto?
— Daniel se rio— tini podrá ser muy guapo y con esa carita de angel pero personas como el no cambian
— me toque la cabeza preocupada— no se no quiero acusar injustamente.
— y dime ¿porque ahora no está? — mira para todos lados— deberías hablar con la policía.

Al día siguiente

Me gustaba llegar primero, es decir abrir y estar un rato sentada en paz antes que llegue el lío laboral.

Me encontraba sentada en mi oficina, tomando un cafe, por abrir un carpeta y en eso Golpean la puerta

— ¿si?— respondi mirando la puerta.
— soy yo licenciada— Sebastian abrió la puerta y entró a mi oficina.
— hola Sebastian— lo mire seria— necesito hablar contigo.

Sebastian se sentó en la silla y me miro con su mirada profunda.

— ah ¿como esta su mamá?
— suspire— pues la verdad aunque no se le note si le afectó lo de anoche
— se cruzo de brazos— ojalá agarren a los ladrones
— ¿entonces tu crees que fueron varios?
— mmm no lo se, supongo que para un robó así pudo haber sido uno o varios— siguió cruzado de brazos— pero seguro el policía tiene más pistas
— negué con mi cabeza— solo nos han dicho que están investigando pero sobre todo por el oficial herido
— Sebastian hizo un pequeño suspiro— ¿usted cree que yo tuve algo que ver no?

Solo me quede mirandolo y no puede responder una palabra
— si mire, soy un ex delincuente, un ex ladrón y lo raro hubiese sido que no desconfiara de mí licenciada.
— respire y solté una palabra con un poco de pena— perdón, discúlpame pero entiéndeme, es como si hubiese una reunión de amigos y uno es alcohólico
— mire licenciada Martina, robar no es un vicio en algunos casos como yo es por necesidad y si se puede salir
— baje la mirada apenada— perdón no fue la mejor comparación
— es que yo haya estado en una prisión, quiere decir que voy a estar condenado de por vida
— no no olvídalo perdón

Sebastian se levanta y me mira serio con su mochila en su mano
— buenos días licenciada— no tengo que porque trabajar aquí
— me acerque y lo agarre del brazo mirandolo a los ojos— no te vayas...

Una hora después

Intentaba acomodar cada papel de la oficina pero la realidad es que no podía con todo y ya no quedaba nadie de la oficina, en eso vi que sebastian abrió la puerta y entró

— ya termine aquí— con su mochila en su mano, mirando todos los papeles— ¿quiere que la ayude con eso?
— no como crees ese no es tu trabajo.
— no me cuesta nada licenciada.
— asenti con mi cabeza.

Las horas pasaron y ya eran las doce del mediodía recibí una llamada de mi futuro marido para ir a cenar pero le tuve que cancelar porque necesitaba encontrar unos papeles importantes para una reunión para unos clientes, entre el silencio buscando, carpetas por carpetas, miradas y suspirós, se podía sentir nuestros estómagos muriendo de hambre, así que mirando una carpeta pregunté

— oye voy a pedir comida para almorzar aquí
— el asentio y me siguió mirando— bueno

Los segundos de las agujas del reloj seguian pasando hasta que la comida llegó
— ¡que bueno! —Exclamo Sebastian
— sonreí y saque mi hamburguesa — bueno y dime tu vida, las relaciones ¿tu novia?
— me miro serio y respondió haciendo una pausa— no yo no tengo novia, acabo de salir de prisión
— rei nerviosa — hay si pero seguro alguien debe haber.
— digamos que si estuve con algunas mujeres pero no me han movido el piso— me miro a los ojos fijamente— con excepción de una pero esta comprometida
— guarde las carpetas nerviosa y se me cayeron al suelo— bueno si no es ella será otra ¿no?

se agacho hacia a mi y quedo mirándome fijo a los ojos muy cerca

— o quien sabe y no se casé!

Soy yo o hace calor aquí, siento un fuego aquí dentro ¿que me pasa? Ya tini controlate pero que le digo, por dios si me mira con esos ojos. Ruido de puerta reacciona Martina tienes que abrir ¿quien será?

Besos clandestinos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora