Besos clandestinos

Capitulo 10

— yo, yo — suspiro agarrando el dibujo y se levanto — me tengo que ir ya es tarde.
—Asenti
— nos vemos mañana en la oficina.

No contesto nada y su sonrisa a medias seguía en su rostro y tomó su bolso y salio corriendo casi que no pude verla porque desapareció.

Me quedé pensando un poco, hay Sebastian se está por casar, esta comprometida, esta de novia, seguro se incomodo.

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Al día siguiente

Bueno después del domingo siempre llega el no tan esperado lunes y en mi caso después del hermoso domingo que tuve después de mucho tiempo que no me pasaba, me levante no se como decirlo un poco especial, era raro pero si, dispuesta a cumplir mi trabajo de abogada que caigan todos los malditos culpables ese era mi lema.

Eran las siete en punto en el reloj, me encuentro sentada en mi escritorio revisando papeles de tantos casos pero dejé los papeles porque mis dos amigos Daniel y caro entraron los dos eran un poco graciosos juntos, se iniciaba siempre una pelea de quien era mejor amigo para mi y así que yo solo reía de ellos.

— bueno ya — repitió riendose a carcajadas caro — a trabajar señores.
— me puedes explicar  como que es que mi amiga no atiende mi llamada — me miro y frunció su ceja Daniel.
— ok pero estaba ocupada — mientras seguía mirando los papeles.
— ¿que estabas haciendo?
— nada importante dani.
— ok  — me siguió mirando y agarro unos papeles  — estos papeles son para tu nuevo mensajero.
— si déjalos ahi, es que Sebastian va a llegar un poco tarde hoy, ya que hoy le toca su visita de un policía para evaluar su salida en libertad.
— ¿ y tu como sabes eso? ¿Desde cuando estas tan pendiente?
— bueno — hice una pequeña carraspera con mi garganta.

Se escucho el teléfono de la empresa desde mi oficina así que caro corrió a responder y luego llego con el teléfono y me dijo que tenia una llamada importante.

— si soy yo — mire a Daniel con una sonrisa sin mostrar mis dientes.
— señorita Martina stoessel lamento molestar, pero soy el encargado del caso del señor sebastian y el dice que esta empleado en su empresa ¿eso es cierto?
— si, si — mire a daniel — y quiero que sepa que estamos muy contentos con el, pues es una persona muy seria, responsable y de confianza — no pude evitar sonreír.
— entiendo, entiendo, ¿cual es su función?
— es el mensajero de la empresa, el se encarga de llevar papeles y documentos muy importantes y la verdad lo está haciendo de maravilla no tenemos la más mínima queja.
— bueno, entonces le agradezco licenciada.

Corte la llamada y como no dejaba ni un minuto de sonreír caro y Daniel empezaron a hacer preguntas obio yo solo dije que hay que trabajar pero no podía evitar siempre, paso una hora y los dos estaban inquieto así que tuve que soltar un poco de información.

— como que nos vimos y pasamos la tarde juntos — repitió Daniel en voz alta.
— ya baja la voz o quieres que toda la empresa se entere — cerre la puerta con una carpeta en mis manos.
— ¡habla! — exclamo caro.
— bueno es que yo fui a ver como le había ido con el detective ese y me invito un café.
— ¿ y luego? — caro no saca los ojos de mi.
— fuimos a un parque
— ¿que parque?
— ay que importa era lindo, el lugar nunca fui y es todo.
— Martina, Martina —repitió elevando su voz a un tono alto —saliste con el mensajero de tu oficina.
— sssssshhhh, ¡baja la voz!
— tini, saliste con el mensajero de tu oficina — volvió a decir pero en voz baja y despacio cada palabra.
— bueno no fue una cita, solo he algo de amigo.
— aja — respondió caro.
— ya esta a trabajar se ha dicho.

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Llegue a la empresa y fui directo a la oficina de la licenciada, tenía que agradecerle por hablar tan bien de mi con el oficial que llevaba mi caso, entre y la salude educado.

— gracias por las cosas tan buenas que dijo de mi.

Ella solo miraba una carpeta y respondió cortante

— dije la verdad nada que agradecer.
— ¿le pasa algo licenciada?
— Negó con su cabeza — nada.
— es que ayer, estaba tan relajada.
— si pero ya pasó.
— asenti y le respondí serio — si entiendo nadie se va a enterar de que pasó un día con el mensajero de su oficina, tranquila.
— ¿que?

Salí de allí con unos papeles pero la licenciada me siguió diciendo mi nombre dos veces.

— Sebastian, sebastian, oye porque me atacas así.
— solo le hablo como un empleado a su jefa, eso es lo que somos ¿no?
— a ver ayer fue un día agradable nada más.
— yo no tengo vergüenza de decir que me pasé todo el día con usted aunque sea mi jefa y esa es la diferencia
— Sebastian ya...
— aunque este subidita de clase, usted me me — suspire — cae bien.
— subidita de clase — me miro seria y luego rio irónicamente.
— ya me voy a hacer mi trabajo porque no quiero tener problemas licenciada.

No es fácil tratar con una jefa así ni se imagina lo que es la licenciada todo lo que tiene de linda lo tiene de mandona haciendose la jefa por ensima de todo.

Mi día continua por la tarde...

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Eran las cuatro de la tarde y estaba en mi departamento decidí no ir a la empresa a revisar los casos que tenia pendientes, quede en casa tranquila, me prepare fruta y café aunque si no pude evitar llamar a la empresa para ver como iba el caso.

— ¿hola? — pregunte Dudosa
— ah soy yo licenciada, disculpe que tome el teléfono
— si ehhh ¿esta caro?
— tuvo que salir, pero dígame.
— pues llame por unos documentos de un casó importante.— mmm ¿y daniel?
— pues estaba con un cliente y la señorita caro no debe tardar en llegar ¿pero diga se le ofrece algo?
— mmm no yo quería saber si habían revisado los papeles.
— supongo que si, están arriba de su escritorio.
— y ¿todo bien? — pregunte pronunciando rapido.
— si todo perfecto. —bueno entonces que tenga un buen día licenciada.

Iba a decir su nombre con la intención de decir gracias y escuche el pi pii del celular así que mire sorprendida y solté un suspiro abriendo mi boca, marque de nuevo el número de mi empresa.

— empresa de abogados stoessel.
— solté un suspiro y respondí — Sebastian soy yo otra vez.
— dígame licenciada.
— Sebastian yo voy a necesitar los papeles esos que están en mi escritorio porque mañana tengo una reunión.
— ok ¿ y que necesita que haga entonces?
— aprete mis labios — que me los traigas para mi casa.
— claro que si en cuando llegue a allí se los dejo con el portero.
— no, no no  — abrí mi boca y lo dije lo más rapido — yo prefiero que me lo subas.
— ¿y porque?
— ¿porque? Porque — volvi a repetir nerviosa acercándome al microondas — es que como tu dijiste que arreglabas de todo— tu crees, tu crees — pronunciando la s al final— se me daño el microondas.
— ¿ y que es lo que le pasa?
— me mordi los labios y aprete mis ojos– que no prende, pues es que pense llamar a un técnico pero bueno dije tal vez Sebastian pueda y además prefiero pagarte el arreglo a ti.
— bueno, al menos puedo intentar.
— te lo agradecería mucho.
— ya salgo para allá...

Corte la llamada y me empecé a lamentar de lo tonta que era ¿Enserió Martina el microondas roto?

— que estúpida eres Martina el microondas dañado — me cruce de brazo algo entrando en pánico — a ver el microondas tiene que estar roto — me acerque y lo comencé a observar y desconecté el cable y puse una sonrisa— ya esta.

Desconectado Martina ay por favor tonta tonta, me repetía a mi misma

— piensa, piensa — Agarré un cuchillo y corte el cable — listo — comencé a reír despacio.

Paso para ser exacta una hora desde la llamada a la empresa y yo estaba con un café en la mano de pronto escuche el timbre de casa y se me quedó atorado el café y mi corazón empezó a latir a un kilómetro por hora, dios mio se me iba a salir de aquí adentro.

— acomode mi cabello y respire ondo— tranquila tini es solo tu mensajero, no pasa nada...