Cuando la vida te da una segunda oportunidad, no huyes o te escondes, la tomas y solamente tienes algo en mente... no lo arruines.
[Libro 2: Trilogía Reflectores]．
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El ardor del whiskey quema mi garganta mientras trago un sorbo directo de la botella. Los ojos se me ponen llorosos poniendo en riesgo el exceso de maquillaje que llevo en el rostro.
Tomo un poco de papel y me limpio los lagrimales antes de que estropeen todo el trabajo de Bruna, me apresuro a revisarme en el espejo para asegurarme de que todo esté en orden y escondo la pequeña botella de alcohol en el mueble debajo del lavabo bajo todas las toallas esponjosas.
No era mi intención tomar este día, pero los nervios me estaban matando.
Hoy por la mañana me había informado mi representante que Bozydar iba a ir a los premios y sería el invitado de honor con una presentación asombrosa.
Llevábamos en este hotel más de cuatro horas, todos a mi alrededor se movían con prisa y gritaban indicaciones a los asistentes para que todo salga perfecto. Incluso mi representante está aquí, lo cual era totalmente extraño, ya que él solo se encargaba de buscar proyectos, negociar, agendar citas y recordarme sobre las fechas.
Debido a que eran los Black Awards, él estaba aquí. Era uno de los trabajos más importantes que había realizado en toda mi carrera, estar en cadena internacional no era cualquier cosa y eso me ponía nerviosa.
En cuanto salgo del baño siento los ojos de todos analizandome de cerca, buscando cualquier mínima imperfección para poder eliminarla en un instante.
El vestido que Wells había escogido, era precioso, de un color azul profundo; con un escote en V delantero, mangas a medio caer y una falda larga que arrastraba hasta el piso con un corte tan alto de lazo izquierdo que mostraba de mi medio muslo para abajo. Los detalles eran exquisitos, era una pieza única que llevaba tan solo unas cuantas semanas en venta desde su presentación oficial. El encaje por encima del busto le daba un toque elegante, sin embargo, la abertura le daba un giro sensual. De alguna manera combinaba perfectamente.
Me quedaba perfecto el vestido, el color no apagaba el tono de mi piel y mi cabello destacaba.
Miro a Thomas al otro lado de la habitación, está arreglando la corbata del mismo tono que el vestido. Me da una sonrisa animada y no puedo hacer nada más que regresarla. En algún momento de la semana, durante una de nuestras citas, mencioné que era la presentadora de estos premios y fue tanta su emoción por mi logro, que lo invité.
Así que ahora iría acompañada de él a la alfombra negra. Dan estaba emocionado por la noticia y se había asegurado de que hubiera rumores sobre una posible relación corriendo por las redes sociales. La gente comentaba en mis publicaciones sobre él, pero ninguno de los dos había dicho nada porque bueno... no habíamos discutido nada aún.
Me miro frente al espejo repasando mi vestimenta; los tacones de punta abierta negros, el cabello recogido perfectamente en una cola alta adornado con un moño oscuro con pequeños diamantes que lo hacían destacar, la gargantilla con una gran piedra oscura enmedio era el toque final.
