Cuando la vida te da una segunda oportunidad, no huyes o te escondes, la tomas y solamente tienes algo en mente... no lo arruines.
[Libro 2: Trilogía Reflectores]．
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Probablemente no había sido buena idea perder el control está noche.
Pero ¿qué demonios?, tenía ganas de pasar un buen rato con mis amigos, beber acompañada, cantar a todo pulmón y bailar hasta que mis pies dolieran.
Estaba celebrando el éxito que había tenido en los Black Awards, no había metido la pata y había logrado mantener la calma cuando estuve frente a Bozydar con miles de ojos observando cada movimiento. Mi actuación había sido algo digno de un premio grande, como un Oscar, la madre de Bozydar se sentiría orgullosa de mí.
Me río de mí misma mientras camino hacia el baño, las piernas me tiemblan un poco y mis sentidos están bastante dispersos. La música es tan buena que mi cuerpo se balancea de lado a lado.Sería un milagro si no caía en medio de la pista de baile, los tacones eran altos y mis pies empezaban a doler.
- Agnes. - Alguien me llama.- Ven a beber con nosotros.
Miro hacia la voz femenina que me llama y diviso a dos grandes actrices con las que hice una campaña hace unos años. Están con sus amigos y todos me hacen señas para que me acerque.
Una enorme sonrisa se forma en mis labios con emoción y me acerco lo más rápido que puedo. Una de ellas - que no recuerdo el nombre- me tiende un caballito de tequila puro y un limón. Los tomo en mis manos mientras asiento como saludo.
- Felicidades Agnes, te luciste en la presentación.- Uno de sus amigos me felicita con un guiño coqueto.
- Gracias.- Respondo suavemente.
Estar rodeada de tantas personas era algo nuevo para mi, los únicos con los que convivía eran Bruna y Wells, y ahora también con Tom.
- ¿Vienes sola? - Pregunta el mismo chico.
- No, vengo con unos amigos, pero iba en camino al baño.
- No queremos quitarte el tiempo. - La chica que me habló mueve su mano al aire. - Hay que brindar y tomarnos unas cuantas fotos, después serás libre.
Todos levantan el pequeño vaso cuando escuchan a la chica y la miran expectantes.
- ¡Salud! - Levanta el suyo mirando a sus amigos. - Por los estúpidos ex novios y las chicas que no aceptan ninguna mierda.
El estómago se me cae a los pies, pero continúo sonriendo y asiento. Hay algunos celulares grabando todo, probablemente subiendo historias a sus redes sociales.
- ¡Salud! - Gritó con voz ronca a coro con los demás.
Mis ojos se cierran cuando el líquido baja por mi garganta, pero ya no me quema, he tomado lo suficiente como para desarrollar un poco de resistencia. Exprimo el limón en la boca y hago una mueca ante la acidez. El flash de un celular captura el momento y quedó desconcertada por unos segundos.
- Ahora regreso muchachos. - Murmuro pero nadie me hace caso.
Si no tuviera alcohol corriendo por mi sangre, probablemente me hubiera sentido rechazada al no obtener ninguna respuesta, pero por suerte, estoy lo suficientemente borracha como para que no me importe si me saludan o prestan atención.
