CAPÍTULO 6.- El gran regreso

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El viaje de regreso a Los Ángeles se pasa rápido, los pilotos se encargan de hacerme volar por los aires y la azafata es bastante buena dando mamadas

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El viaje de regreso a Los Ángeles se pasa rápido, los pilotos se encargan de hacerme volar por los aires y la azafata es bastante buena dando mamadas. No estaba en mis planes, pero si ella se había ofrecido, no podía ser grosero y declinar su oferta.

Abrocho mis pantalones y me recargo en el cómodo asiento del jet privado, mierda, había pasado demasiado tiempo sin compañía, mi mano había sido de utilidad, pero no se comparaba con la boca cálida de una mujer. Miro a la castaña limpiar su boca y darme una sonrisa lasciva, ella se levanta y acomoda su falda.

Joder, no se suponía que nadie debía enterarse de mi regreso aún.

Sin embargo, alguien había filtrado información sobre mi viaje, específicamente mi hora de llegada al aeropuerto privado donde normalmente aterrizaba después de mis viajes.

No era la primera vez que pasaba, pero había acordado con Tara regresar a la ciudad y tomarme unos días para volver a adaptarme, ella había estado de acuerdo, pero aún así alguien se había encargado de joderme.

Reposo mi cabeza en la suavidad de los asientos de piel y cierro los ojos. Estoy a punto de quedarme dormido cuando una voz femenina me llama.

- ¿Bozydar?

Frunzo el ceño y abro los ojos con molestia. La misma castaña de hace unos minutos está parada frente a mí con una sonrisa tímida.

- ¿Si? - Me aseguro de que mi tono de  voz sea frío.

- Estaba pensando... - Sus manos se aferran a su falda con nerviosismo. - Bueno, como tu y yo, ya sabes...

- Dilo ya.

- ¿Puedo sentarme a tu lado?

La miro fijamente por unos segundos, sopesando las opciones. Los enormes ojos castaños no me atrapan, las cejas pobladas y el moño desordenado no me atraen lo absoluto, ni siquiera su cuerpo voluptuoso en forma de reloj de arena me hace querer follármela.

- No.

- Pero. - Sus ojos se llenan de molestas lágrimas. - Pensé que teníamos algo, la atracción entre nosotros es innegable, y yo, realmente quiero ser tu novia y que me escribas un disco como a tu ex.

Eso era jodidamente suficiente para mi.

- Mira, no sé qué historia te hayas creado en esa cabeza tuya, pero nunca va a pasar nada entre nosotros. - Nos señalo para recalcar mi punto. - No me interesas, ni siquiera te me haces atractiva, solamente fuiste una buena mamada. No quiero una estúpida novia ni ahora ni en los próximos veinte años.

La chica asiente con el rostro sonrojado y murmura algo en voz baja, pero la ignoro.

Su comentario ha tocado un nervio sensible y ahora me ha jodido el humor. ¿Mi novia? ¿Qué demonios? Ni siquiera sabía su maldito nombre. Entrar en una relación no entraba en mis planes a futuro, ni siquiera con Agnes, mierda, con ella menos que con cualquiera.

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