Cuando la vida te da una segunda oportunidad, no huyes o te escondes, la tomas y solamente tienes algo en mente... no lo arruines.
[Libro 2: Trilogía Reflectores]．
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El té de manzanilla ayuda a calmar mi estómago después de pasarme varias horas pegada al baño. Mi cabeza palpita como si alguien estuviera presionando mi cerebro con pinzas y huelo horriblemente.
Mi departamento está tan desordenado que me causa dolor visual de tan solo mirar hacia las cajas de comida rápida derramándose del bote o hacia la ropa arrumbada en el sillón sin acomodar. Necesitaba buscar a alguien que me ayudara con la limpieza urgentemente.
Ayer por la noche lo había arruinado de una manera que ni siquiera alcanzaba a comprender, no entendía cómo había tenido sexo con Bozydar. Mi mente está bastante borrosa en cuanto a los detalles o el cómo sucedió todo, simplemente me venía un recuerdo de mi tomándome fotos con unas chicas, y de repente estaba arriba de los sucios lavabos siendo follada como una maldita zorra, y como si eso no fuera vergonzoso, lo que fuera de Bozydar, Marissa, había llegado para terminar de hundirme.
Si, no pensaba salir de mi departamento por varios días, probablemente debería aprovechar para limpiar.
Cuando finalmente el dolor de cabeza disminuye, y mi estómago no se siente tan sensible, me acerco para tomar mi celular de la mesa de centro. El protector está sucio de alguna cosa pegajosa y la pantalla tiene manchas de algo que le salpicó. Asqueroso.
Enciendo la pantalla y mi celular se desbloquea en cuanto ve mi rostro. En la barra de notificaciones aparecen algunas llamadas perdidas de Bruna y Wess, así como menciones en posts de redes sociales. Selecciono la notificación de la cuenta de los premios y veo las fotos que han subido de mi; en la alfombra, en el escenario, detrás de escena, me veía asombrosa.
Dentro de las publicaciones que han hecho, se encuentra un video con la sútil descripción "Donde hubo fuego... cenizas quedan", de cuando le di el premio a Bozydar. Lo analizo minuciosamente, pero me veo poco afectada ante su presencia o la situación, el único gesto que alcanzo a notar es cuando no solté el micrófono.
Suspiro con satisfacción.
Después de revisar varias páginas y algunas de mis otras redes, llego a la conclusión de que no había nada malo en las redes o en las páginas principales de chismes, todos hablaban de mi buen desarrollo como presentadora de premios y cómo no me había afectado el convivir con Boz. Todos apostaban a que ahora era feliz en mi nueva relación con Tom.
Eso me recordaba a que no les había informado a mis amigos que me había ido del lugar, seguramente era por eso que tenía llamadas perdidas y mensajes. Como si me hubieran leído la mente, el nombre de Bruna aparece en la pantalla principal y deslizo mi dedo para contestar.
- ¿Si?
- ¡Agnes! Mierda ¿por qué demonios no contestas a las llamadas? - Grita y debo alejar el aparato para que mi cabeza no punce.
- Lo lamento, no supe en dónde dejé mi celular.
- Te hemos estado buscando desde ayer, de repente desapareciste y nadie sabía nada de ti. Thomas estuvo a punto de llamar a la policía.
