CAPÍTULO 16.- Justicia

986 112 14
                                    

El día está nublado y las nubes amenazan con dejar caer un diluvio sobre la ciudad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El día está nublado y las nubes amenazan con dejar caer un diluvio sobre la ciudad. El chófer se mueve entre el tráfico como un pez en el agua navegando entre calles repletas de autos y callejones abandonados para aminorar el tiempo. Mi representante había insistido en que una persona nos llevara, que se vería mucho más formal llegar en una camioneta oscura a llegar en mi convertible demasiado llamativo.

Iba un poco tarde, no demasiado, solo diez minutos de retraso. Tara se remueve a mi lado con una expresión angustiada, la mujer creía que si no llegábamos a tiempo al juicio nos prohibirían el paso y dejarían libres a los asesinos.

Lo que sucedió esa noche aún me perseguía en sueños, algunas veces me despertaba con un sudor frío cubriendo el cuerpo y el corazón palpitando como si se fuera a salir de mi pecho en cualquier momento. Veía a las personas cayendo al piso con sangre cayendo de sus cuerpos, los gritos de dolor de algunos y el rostro golpeado de Agnes.

Cierro los ojos y recargo mi cabeza en el vidrio de la ventana del vehículo.

La próxima semana empezaría el tour por norteamérica, iniciaríamos con un concierto aquí, en los ángeles, para después recorrer el centro, el norte del país y terminar con los estados al sur. Todos estaban emocionados por empezar a viajar, los ensayos ya habían empezado y el setlist estaba listo. ¿Yo? No estaba tan seguro de querer salir tan pronto, aunque suponía que no tenía nada a lo que aferrarme en la ciudad.

- ¿Estás nervioso? - La suave voz de Tara habla a mi lado.

- No, solamente un poco conmocionado

Habían atrapado a los hijos de punta que habían hecho mierda mi apartamento y asesinado a algunos conocidos.

- También me siento de esa manera, no puedo creer que finalmente van a pagar por lo que hicieron.

No puedo evitar irritarme al escuchar su comentario. Ella no entendía una mierda sobre lo que había sucedido esa noche, no dormía con miedo a tener pesadillas o había buscado una distracción para mantener su mente adormilada.

- Si, justicia. - Murmuro en voz baja.

El enorme edificio antiguo me indica que ya hemos llegado. El chofer estaciona a unos metros de distancia. La prensa ya se encuentra afuera del lugar, algunos de los periodistas están hablando hacia sus cámaras, otros hablan con su equipo y algunos más revisan sus anotaciones una y otra vez. Fácilmente había treinta personas del medio esperando como malditos cazadores a que llegara una carnada.

La cual, suponía, era yo. Joder.

- Hagamos esto rápido. - Indica Tara. - La camioneta de atrás viene con los guardias, permite que bajen ellos primero y después podemos movernos. No hables con nadie, no des declaraciones. Simplemente enfócate en pasar las puertas del tribunal.

Asiento.

Observo a tres hombres enormes rodear la camioneta. Los periodistas se acercan al vehículo como malditos buitres, incluso se empujan unos contra otros. Tara me da un vistazo para asegurarse de que estoy listo y entonces abre la puerta. Bajo el rostro y me coloco entre los hombres.

NO LO ARRUINESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora