I.

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CHAPTER ONE
have fun!
august, 26th. 2022.




No se supone que Lizzie saldría aquella noche.

Era el cumpleaños de Jude, a quien Lizzie le había preparado una pequeña cena para dos con el vino que se trajo de su última visita a París y una vela en un panqueque que compró a la anciana en la panadería de la esquina. Las últimas oleadas del calor veraniego morían con el pasar de las horas de aquel 26 de agosto; mientras el sol descendía por el oeste y la luz del día se desvanecía, reemplazada por las farolas de la calle, una luna escondida por nubes y las suaves ventiscas que tanto caracterizaban a Manchester en los primeros vestigios del otoño.

La estación favorita de Lizzie siempre fue el otoño, un gusto que había compartido con su mamá. Valentina García era una mujer nacida y forjada por el clima tropical sudamericano, a la que nunca le gustaron los extremos de las estaciones en los países alejados de la línea del ecuador. Mamá decía que entre asarse por el calor en verano y congelarse hasta los huesos en invierno, ella se quedaba con el soplido de frescura otoñal y el florecimiento de aromas primaverales.

El recuerdo sacó una sonrisa decaída de los labios de Lizzie. Otoño también fue la estación en la que perdió a mamá.

—Deberíamos ir —protestaba Jude—. Es la oportunidad perfecta, Liz. Viernes por la noche, mañana no tenemos nada importante qué hacer y el semestre empieza la próxima semana. ¡Dile que sí, Nadia!

—Tía Nadia, dile a Jude que enloqueció —pidió Lizzie, rascando detrás de las orejas de Aristóteles, que ronroneaba en su regazo—. Nuestra noche ya estaba planeada. Íbamos a cenar, a tirar mierda al imbécil de su novio de turno y luego haríamos una maratón de Crepúsculo.

—Ya hemos hecho maratones de Crepúsculo. ¡La hacemos todos los años! —se quejó Jude, a sus espaldas. Lizzie podía oírla paseándose de un lado a otro por la cocina—. Creo que este es el momento en que deberíamos hacer uso de nuestras credenciales de mayoría de edad y nos colamos a una buena fiesta de niños ricos.

—Métete tus fiestas de niños ricos por el culo.

—¡Nadia!

—¡Neymar!

En la pantalla del celular; los recuadros que contenían a Nadia y a Neymar se colocaron borrosos con el movimiento de ambos, el sonido de las carcajadas inundaron la cocina. Jude continúo quejándose sobre algo acerca de su novio y que ir a una fiesta era una idea maravillosa; pero la mente de Lizzie estaba al otro lado del océano, junto a las personas a las que veía a través de videollamada.

KARMA ━━ julián álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora