una transferencia al city, un androide noruego, una noche de tragos, un bebé sorpresa y el mundial qatar 2022. sí, es una buena forma de resumir la historia de lizzie y julián.
julián álvarez x female!oc.
the football wags universe:
book 1.
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CHAPTER FIVE nothing could be wrong september 14th, 2022.
El partido contra el Dortmund estaba siendo un completo éxito.
Cuando Julián era un nene que aun no salía de Calchín; no había fecha de temporada que no se colocara la camiseta del Barça y encendiera la tele sólo para sintonizar los partidos de la Champions. Sus hermanos lo boludeaban con que, algún día, sería él quien usara la camiseta de un club europeo y anotara el gol ganador de un partido decisivo; sería él quién se volvería leyenda de club tanto como Lionel Messi era una leyenda del Barcelona.
Julián nunca se los tomó enserio, la idea siempre fue como un simple sueño... hasta que lo ficharon en el City.
—¡Por un 3 a 1, a los 88 minutos de partido, con pase de John Stones! —decía el anunciador, en un inglés rápido que Julián sólo entendió por sus dos meses seguidos escuchando audios de Jack en el grupo de Instagram—. ¡El número 19, la Araña, Julián Álvarez!
La sensación que le dejaba escuchar su nombre retumbar entre los confines del Etihad Stadium era una cosa inexplicable para Julián. Cuando vino a Inglaterra, el Kun no paró de enviarle mensajes sobre la afición del City y cómo sería tratado una vez que se encariñaran con él. No lo había entendido al principio, hasta que comenzó a anotar goles en los pocos minutos de tiempo que Pep le permitía jugar y la presencia de Julián se hizo habitual entre las voces de los hinchas celestes.
Su forma de gritar el nombre de Julián después de cada anotación era mágica. Aunque el anunciador se atragantara con la pronunciación de "la Araña", la afición del City parecía dispuesta a desgarrarse la garganta; mientras le mostraran a Julián lo apreciados que eran sus esfuerzos con el club.
Tal vez, algún día, sería ese grito de "¡Álvarez!" el que se volvería icónico en el fútbol inglés, tanto como era "¡Agüero!". El Kun no se retiró con el City y, todavía, ellos tenían una pancarta electrónica y gigante de él colgando en la entrada del campus junto al resto de leyendas del club.
El pitido final era lo único que detendría a Julián de esforzarse. Se tomó un momento para asimilar que estaban acumulando victorias en fase de grupos, que era probable pasarían a la siguiente fase de la Champions, antes de dejarse caer por completo al suelo, pies y brazos estirados sobre el césped húmedo. Sin poder evitarlo, se echó a reír de felicidad.
Erling, quien siempre parecía venir de la nada, cayó sobre Julián con un grito orgulloso que más bien se oía de guerra. Detrás de él; Phil, Kevin y John no dudaron en aprisionar a Julián debajo de los cuatro, cada uno berreando la canción de victoria del City, esa misma que ahora retumbaba entre las gradas.
