IX.

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CHAPTER NINE
the best first night
october 5th, 2022.




Julián nunca puede aburrirse de la sensación de anotar en Champions.

La defensa del København se desanimó en el momento en que Erling abrió el marcador tan temprano en el partido; pero fue el gol de Julián (quinto y último) el que acabó por hundirlos. Lo que sea que el entrenador les haya dicho al equipo danés en los vestuarios durante el entretiempo, no funcionó. Los golearon y con ganas.

El rugido de la adrenalina que siempre quedaba en Julián después de ganar era algo a lo que le encantaba aferrarse, desde sus días de Calchín.

—¡Na, na, na, na! —cantó Erling, al ritmo de la hinchada en las afueras del campus mientras bajaban del bus. Julián estaba subido a su espalda, balanceando el puño de forma orgullosa—. ¡Na, na, na, na! ¡City!

Al final, Julián sí descubrió cuál era la canción de celebración del City. Sólo tuvo que soportar a Erling riéndose por cinco días de que llevara ya tres meses en el club y nadie se la hubiera hecho saber antes, con lo mucho que la cantaban.

De camino a los vestuarios del campus, pasaron junto a las pancartas electrónicas de las leyendas del City, tanto de jugadores retirados como de quienes seguían en el equipo. Kun; Francis Lee; Bell the King; el Conquistador; incluso Kevin estaba allí. A Julián le daba una sensación extraña pensar que algún día él podría ser uno de ellos, que sería su cara la que sonreiría desde la pantalla y todas las estadísticas de la trayectoria en su carrera estarían expuestas para que futuros jugadores las observaran, como él y Erling hacían ahora.

—Vamos a ganar la Champions —dijo Julián.

—Pensé que sólo querías la Premier.

El bulliceo de sus compañeros, alejándose por el pasillo, no se perdió hasta que traspasaron las grandes puertas del vestuario. Estas estaban custodiadas por dos guardias de seguridad que, de acuerdo con Kevin, llevaban allí tanto tiempo como el Conquistador hizo historia en el club. Julián afianzó su agarre a los hombros de Erling, recordando esa primera conversación que tuvieron tras conocerse, entre los rizos de un inglés roto y uno nativo olvidado.

—Podemos tener las dos ¿No?

—Sí, podemos. —Erling sonrió—. ¿Por qué tan feliz, Araña? Tuviste un subidón de energía esta semana, nunca te oí hablar de la Champions antes.

KARMA ━━ julián álvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora