Construimos una coraza para protegernos de aquel mundo que tanto nos había golpeado, en diferentes situaciones, pero con el mismo dolor. Cuando llegue a tú familia, solo siendo una niña, marcaste la línea de indiferencia y nunca recibí más que eso...
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Apoyo mi cabeza en la almohada, tomando una bocanada de humo de mi cigarro mientras mi mirada se centraba en el techo de mi habitación, al fondo podía escuchar como las voces silenciosas de Jimin y Yejun hablan entre ellos en un notable tono preocupado. La presencia de los tres chicos me tenía inquieta y fatigada, especialmente por la de mi hermano adoptivo, si es que podía llamarlo de esa manera, pero más allá de eso, sus delirantes comportamientos a causa de la fiebre, habían dejado una molesta curiosidad en mi mente.
Por otro lado, desde hace unos diez minutos Jimin había ingresado a mi habitación para revisar a Taehyung, quien parecía estar casi inconsciente en mi sofá, mostrando signos de una posible gripe con tendencia a neumonia, que al parecer lo había estado afectando desde hace unos días sin decirle a nadie, según sospechaba Jimin, pero que hasta ahora lo había logrado debilitar, por ello, le había puesto una mascarilla para evitar contagiarnos de sólo ser un simple virus, ya que mi condición no era buena tampoco, y una gripe podría debilitarme aún más.
—Por supuesto que iba a enfermarse de esta manera si entrenaba de esa manera tan inconsciente bajo la nieve, lo peor es que conociendo las medidas correctas para hacerlo y votar todo esto, no lo hizo. —Jimin le murmura a Yejun, quien únicamente afirma en silencio. — Después de tantos años de amistad, no logró entender sus pensamientos y motivos por completo.
—Es Taehyung, cuando crees que ya conoces algo respecto a su personalidad, aparecen cien secretos más de ella. —Yejun finalmente contesta, mirando al chico pelinegro en mi sofá, pronto su mirada se dirige a mí, analizandome con una ceja arriba de reproche. —Naira, no deberías estar fumando, sabes que apenas estas en recuperación, además, no te vez bonita en ese vicio.
Yejun murmura esto última apartando su mirada, Jimin también se gira mirándome también con esa mirada de reproche, frubzo mi ceño, soltando la última bocanada de humo.
—Preocúpate de tu vida, Yejun, que yo lo hago perfectamente con la mía. —Digo en un tono despreocupado, enderezandome con lentitud para poder ir al baño, lavarme los dientes y quitar el sabor a cigarro. Ante mis palabras Yejun aparta la mirada, incómodo, Jimin nuevamente me mira en reproche, y por alguna razón, parece que Taehyung quiere reír, pero su somnolencia no le permite terminar la expresión. Nuevamente esa actitud me llega a incomodar. —Si estuvieran en este lugar veinticuatro horas del día de los siete días de la semana, entenderían que un poco de nicotina es lo que me mantiene cuerda entre tanta basura andante.
