Construimos una coraza para protegernos de aquel mundo que tanto nos había golpeado, en diferentes situaciones, pero con el mismo dolor. Cuando llegue a tú familia, solo siendo una niña, marcaste la línea de indiferencia y nunca recibí más que eso...
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Después de haber perdido mi conciencia momentáneamente ante el agotamiento y debilidad que ya tenía de los días anteriores, la chica que había corrido para atajarme en el suelo y sostenerme, estuvo toda esa misma noche cuidándome en silencio, sin hacer preguntas, ni hostigandome para sacar un poco más de información de la que pude darles recién llegando a su casa; el hombre que me había recibido, el tal Jeon Jungkook, tampoco las hizo, y aunque parecía ser un tipo duro y bastante tajante, me brindó la ayuda que necesitaba para ir recuperando casi por completo mis energías; aunque todo eso lo hizo a través de esa misma chica, quien solo supe que se llamaba Ara, que era estudiante de medicina, y en quien definitivamente él confiaba por completo, se notaba.
Los días comenzaron a pasar lentamente, y para cuando me di cuenta habían transcurrido casi ocho días desde mi llegada a la propiedad Jeon. Las noches eran muy largas, y los días lo eran aún más, pero desde entonces no había podido recuperar mi energía vital del todo, y no sabía porqué, ya que gracias al medicamento que me habían brindado, mi dolor físico se había ido por completo, así como mis heridas habían sanado casi por completo, aún así, no lograba salir de mi cama, ni tampoco me daba la energía para conversar con nadie. Pasaba mis días y noche en silencio, con mi mente en blanco y durmiendo a toda hora, afortunadamente, ni Ara, quien al parecer era mi cuidadora, ni Jungkook había puesto presión en mi, solo esperaban con paciencia esa eventual conversación que estaba pendiente.
Por otro lado, Yeontan no se había ido de mi lado desde entonces, dormía conmigo, después de comer y hacer sus necesidades, volvía a mi lado y se quedaba ahí sin moverse por horas, se notaba inquieto, y estaba casi segura, que era por mi culpa, pero tampoco podía descifrar el motivo de mi estado tan anémico. Ara, con mucha paciencia, venía cada cierto tiempo a la habitación a mirar mi condición y dejarme comida, se notaba que era una chica muy dulce y amable, pero con una seriedad curiosa, todo en ella era curioso, y lo supe estos días que estuve observándola a ella y la relación de su entorno. No había logrado descifrar que tipo de relación tenían ella con Jungkook, pero claramente no era una romántica, ya que la novia de él al parecer también vivía aquí, ni una de familia o amistad, era algo extraño, pero lo que sí se podía notar es que eran importante para el otro, aunque ese Jungkook parecía aún más atento, y Ara, más distante de él. Descifrar esa situación entre ambos fue lo único entretenido que mi mente pudo encontrar para estos días, especialmente cada vez que mi mente quedaba en blanco.
