†Prólogo†

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*13 de enero de 2019*

–Adeline vamos a salir, regresamos tarde te quedas sola– habló mi madre.

Sip, yo soy Adeline Koch, hija de Layna y Kellen Koch, yo, la hija mayor, cabello negro, ojos azules, piel blanca, mi hermana, Giselle Koch, una pequeña de 3 años, igual a mí, mis padres, bueno al parecer tiene una junta importante de trabajo.

–¿Cuándo me quedé con ustedes?– pregunté.

–Mi niña, sabes que es trabajo– habló mi papá.

–Si pa, se cuidan mucho– sonreí.

–Tú igual mi reina– me dió un beso en la frente– Antes de irme, ten esto.

Me dió una caja roja de terciopelo, la abrí y dentro tenía un lindo collar de diamantes.

–Papi gracias– sonreí.

–De nada princesa, te queremos mucho– habló él.

Me abrazó y mamá igual.

–Cuídate, eres nuestra princesa, tú y tu hermana– habló mamá.

–¿Irán en auto?– pregunté.

Ellos asintieron.

–¿Sabes qué si nos pasa algo tú serás la heredera verdad?– preguntó papá.

Asentí.

–Pero eso no pasará, no aún, bueno vayan, yo cuido a Giselle– hablé.

Asintieron y se fueron.

–Oh Giselle– sonreí.

Fui a la habitación de mi hermanita pequeña.

–Hola nena– sonreí

Giselle sonrió y se durmió ya que era de noche, la dejé en su cuna y bajé a la sala, ¿ya mencioné que vivo en una mansión? Bueno ya lo hice.

*20 de enero de 2019*

–Es que deben de haber llamado hace una semana abu– hablé por celular.

–Dramática– habló ella.

Colgué y prendí el televisor.

Noticia de último momento, uno de nuestros periodistas está conectado en Francia, lugar donde lamentablemente, Layna Koch y Kellen Koch acaban de tener un terrible accidente, lamentablemente ellos no están con vida, solo se encontraron a ellos dos, sus hija están bien, lamentamos la partida de los grandes empresarios– habló la señorita de las noticias.

Estaba parada viendo la tele y me derrumbé en el piso.

–¡No ellos no!– grité llorando.

Los guardias entraron y me miraron.

–¿Señorita?– preguntó uno.

–Déjenme sola– pedí.

Ellos salieron y Leo, mi primo, fue a verme.

–Adeline– habló.

–¿Qué haré sin ellos?– pregunté.

Leo se acercó y lo abracé.

–No puedo Leo, no sé llevar esto sin mis padres– lloré– Les dije que era mala idea aceptar el trato, los franceses los odian.

–Adeline, tienes que calmarte– pidió– Por Giselle.

Together Until DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora