Together Until Death

†Capítulo 1†

*Actualidad – California*

–¡Hermana!– escuché el agudo grito de mi hermana.

Han pasado ya años, mi pequeña hermana ahora es una niña de siete años y está un poco insoportable.

–¿Qué pasa?– pregunté.

–Mira, quiero ir al cine– exigió.

–A ver muchachita bonita, no estés caprichosa que no te doy nada de premios eh– hablé.

–Pero...– suspiró– ¡Luka!

–No– hablé.

–Pero...– la interrumpí.

–No, Giselle– hablé.

Suspiró y se fue a su habitación.

–Señorita Adeline, el joven Luka la busca– habló Camila.

–Dile que estaré en mi oficina– hablé.

Ella asintió y fui a mi oficina, al rato llegó Luka y entró.

–Buenas noticias– habló él– Mañana firmamos el trato con la mafia Japonesa.

–Al fin, se tardaron bastante– reí.

Asintió y él habló.

–¿Y Giselle?– preguntó.

–Oh, ella está...– me interrumpieron.

–¡Luka!– Giselle apareció.

–Ay no– hablé.

–Hola princesita– habló.

–Mira, te explico que Adeline no me quiere llevar al cine y me dijo que soy caprichosa– se quejó.

–No dije que eres caprichosa– hablé– Solo te dije que no te hagas caprichosa solo porque alguien te consiente mucho.

Miré a Luka.

–Bonita, no es mi culpa que ella sea mi engreída– habló Luka.

–¿Bonita?– preguntó Giselle.

–Bueno, luego te explico, ve con Camila, ella te llevará al cine– habló Luka.

–No, Giselle tiene mucha tarea y tiene que hacerla– hablé.

–Solo son cinco, no es mucho– habló ella.

–Ve con Camila, le dí la orden de que te lleve al cine– habló Luka.

Giselle se fue y lo miré fijamente.

–Sabes muy bien que no me gusta que me lleves la contra Luka, Giselle es mi responsabilidad y tiene que hacer sus deberes, fue suficiente consentimiento durante muchos años, es hora de que consiga las cosas por ella misma– hablé firmemente.

–Adeline es una niña– habló Luka.

–Exacto, una niña que tiene que aprender a conseguir las cosas ella sola, ya fue suficiente– hablé.

Salí de la oficina y llamé a Camila por celular.

–Sí, tiene tarea, regresen a la casa– hablé– No, dile que si no viene no habrá regalos de cumpleaños.

Colgué y Luka me miró.

–No empieces– hablé.

–¿Empezar? Adeline, es una niña pequeña, déjala que sea feliz– habló.

–Es injusto– habló Giselle entrando a la casa.

–Tienes tarea– habló Camila.

Giselle me vió y se acercó.