Together Until Death

†Capítulo 9†

Adeline

Luka está destrozado y yo me estoy portando como una idiota, carajo.

–Bonito– murmuré conteniendo las lágrimas– Despierta ya llegamos.

Se despertó y bajamos del avión, fuimos hacia un auto y subimos, llegamos a la casa donde nos quedaríamos y subimos a cambiarnos para el velorio, llegamos al siguiente día pero en la noche, yo me puse un vestido negro, tacones negros y lentes negros, fuimos a la casa donde estaba la madre de Luka y entramos, estaba el papá de Luka y la familia, en el centro estaba el cajón de la mamá de Luka y suspiré pesadamente.

–Luka…– murmuró su papá.

Luka estaba con una camisa negra, pantalón negro y zapatos negros, lentes negros, se acercó y me quedé en un lado.

–Adeline– escuché la voz de un pequeño.

Miré y sonreí para disimular la tristeza.

–Hola Iker– murmuré.

–Pensé que no vendrías– murmuró.

–Vine con Luka, no lo podía dejar solo– murmuré.

–Tienes razón, no puedes dejarlo solo, mi hermanito está mal– habló él, tenía solo 9 años, lo tuvieron después de que el último hermano de Luka muriera.

Escuché un golpe y miré, Luka estaba en la pared, su puño de sangre y me acerqué rápidamente.

–Luka– murmuré– Basta.

–Déjame– murmuró frustrado.

–Ven, Luka ven– insistí.

Golpeó la pared de nuevo y lo tomé de la muñeca.

–Luka para...– supliqué al ver su puño– Por favor para...

Se soltó y golpeó de nuevo la pared.

–Luka ya basta…– murmuré llorando.

Me miró y sus lágrimas cayeron.

–Para…– murmuré.

Me abrazó y escondió su cara en mi cuello.

–Tranquilo bonito, aquí estoy y no me voy a ir– murmuré.

–No me dejes solo– suplicó.

–No lo haré– aseguré.

Me dejó de abrazar y me dió un corto beso.

–Perdón…– murmuró.

–Ya pasó, olvídate de eso– murmuré– Aquí estoy y siempre lo voy a estar.

Le limpié los ojitos y se acercó al cajón de su mamá.

–Te voy a extrañar mucho, mamá– murmuró él.

Apreté mis labios en línea recta y mis lágrimas cayeron, nos quedamos en la casa y subimos a la antigua habitación de Luka, me acosté y Luka se acostó en mi pecho, le acaricié suavemente la cabeza y se quedó dormido de tanto llorar, mi celular sonó y contesté.

–Hola princesita– susurré.

–¿Cómo está Luka?– preguntaron Giselle y Leo

–Mal, se quedó dormido, yo estoy con él, está acostado– susurré.

–Mañana vamos a ir, no le digas nada– habló Leo.

–Ok– susurré– Voy a dormir, mañana hablamos.